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Enfermedad inflamatoria intestinal - Avepa

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En la actualidad se sugiere que existe una respuesta inmunitaria exacerbada o incorrecta<br />

ante una variedad de antígenos, incluidos bacterias propias de la flora bacteriana, componentes<br />

de la dieta o incluso contenidos propios del aparato digestivo en contacto con la mucosa<br />

<strong>intestinal</strong>. Esta alteración en la regulación de la respuesta inmunitaria local del aparato digestivo<br />

puede deberse a un aumento de la exposición de los antígenos por una alteración de la<br />

permeabilidad <strong>intestinal</strong>. Se sugiere la existencia de un defecto en la supresión de la función del<br />

tejido linfoide asociado al intestino, dando lugar a un acumulo de células <strong>inflamatoria</strong>s. Este<br />

infiltrado inflamatorio origina la lesión de la mucosa, dando lugar a una absorción adicional de<br />

antígenos y sustancias pro<strong>inflamatoria</strong>s que acaban por cronificar el proceso. Basándose en esta<br />

hipótesis, numerosos autores proponen los tratamientos inmunosupresores como una terapia<br />

eficaz en estas enfermedades.<br />

Debido a este proceso inflamatorio crónico de la mucosa <strong>intestinal</strong> se van a producir<br />

alteraciones tanto en la absorción como en el peristaltismo. Ello puede conducir a alteraciones en<br />

la microbiota <strong>intestinal</strong>, factor al que cada vez se le está dando más importancia.<br />

Cuadro clínico<br />

El IBD se caracteriza por la presencia de signos clínicos muy variados, destacando entre<br />

ellos la diarrea. Cuando el tramo afectado es el intestino delgado, la diarrea es típica de este<br />

tramo, con heces muy voluminosas, con color habitualmente claro (mostaza), con esteatorrea y<br />

con alimentos sin digerir en las heces. El número de deposiciones suele ser normal o estar<br />

ligeramente aumentado. No suele observarse sangre ni moco en las heces, ni tenesmo ni<br />

disquecia. Suelen ser animales con aumento en los borborigmos <strong>intestinal</strong>es y en la frecuencia de<br />

las flatulencias.<br />

Cuando el tramo afectado es el intestino grueso, suele haber sangre fresca y moco en las<br />

heces, con tenesmo, disquecia y urgencia en la defecación y con un aumento en el número de las<br />

deposiciones (a veces, más de 10 deposiciones al día). La presencia de sangre en heces no<br />

diarreicas es más sugerente de neoplasia de intestino grueso, si bien en estos casos también<br />

puede presentarse un cuadro de diarrea de intestino grueso. Por lo demás, las heces suelen tener<br />

un color normal, sin esteatorrea y sin restos de alimentos sin digerir y sin un aumento en las<br />

flatulencias o en los borborigmos <strong>intestinal</strong>es.<br />

Aunque el apetito pueda estar aumentado, suele ser habitual la pérdida de peso debido a<br />

la existencia de un síndrome de malabsorción, especialmente en enteritis crónicas.<br />

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