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es no puedan estudiarse científicamente como fenómeno humano; la limitación
está dada únicamente al considerarlos en una dimensión absoluta.
Si bien el objeto de estudio no es una limitación para el estudio científico
de la traducción, el objetivo de dicho estudio es uno de los elementos que le
confiere este carácter. El objetivo de la ciencia es fundamentalmente el
conocimiento que permita la comprensión, explicación y predicción de los
fenómenos de estudio. Un conocimiento descriptivo de los hechos es un paso
necesario para su posterior comprensión, sin embargo, por sí solo no constituye
un objetivo científico. Una disciplina científica avanza en la medida que
trasciende el establecimiento de mapas de los hechos y tiende a construir
mapas de las estructuras de los hechos (teorías), permitiendo, como se dijo
anteriormente, su comprensión, explicación y predicción (Bunge op. cit.:44—
45). En este sentido, el estudio científico de la traducción debe tener dichos
objetivos y no otros ya que se convertiría en un estudio de otra naturaleza.
Por último, no solo el objetivo del estudio le otorga un carácter científico,
sino además es necesario que dicho estudio utilice un método general de
conocimiento propio de la ciencia. Este método es compartido por todas las
disciplinas científicas, aunque su operacionalización en estrategias concretas es
peculiar a cada disciplina. Además, está condicionado a las características del
objeto que se estudia. En este sentido, la experimentación es un método común
en las ciencias naturales pero es difícilmente aplicable a las ciencias formales.
Más aún, considerando que la física es una ciencia natural, en muchos campos
de su ámbito de estudio está imposibilitada de experimentar, como en el caso
de la astronomía. En algunos sectores ha existido una tendencia a sobre valorar
la estrategia general (no necesariamente las tácticas particulares) de las
ciencias naturales y a considerarla como el único método válido de estudio
científico. No obstante, como se analizará más adelante, lo que en estos casos se
ha esgrimido como método es en realidad una estrategia derivada de un método
general compartido por las diversas disciplinas científicas. En este sentido
puede ser abordada la traducción mediante un estudio científico si utiliza este
método general, a través de una estrategia compartida con disciplinas afines y
operacional izada en una táctica (o conjunto de procedimientos específicos)
propia de dicho campo de estudio.
De este modo, para llevar a cabo un estudio científico de la traducción, es
necesario que éste comparta el objetivo y el método general de la ciencia.
Citando a Bunge, se puede decir que “cuando las técnicas científicas se aplican
a la consecución de datos sin hallar estructuras generales, se consigue ciencia
embrionaria, protociencia. Y, cuando el objetivo perseguido es el de la ciencia
madura, pero en cambio no se utiliza su método y sus técnicas, se trata de
especulación acientífica” (op. cit.: 45).