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1.1.2. El concepto de ciencia<br />
El análisis anterior sobre la posibilidad de una ciencia de la traducción<br />
hace necesario explicitar el significado del concepto de ciencia para aclarar su<br />
alcance en el estudio de la traducción.<br />
Etimológicamente, el vocablo ciencia deriva del latín scientia y significa<br />
conocimiento; sin embargo, en la actualidad tiene fundamentalmente dos<br />
connotaciones principales. Por una parte se aplica, como concepto general y<br />
logístico, a la investigación metódica de las leyes generales de los fenómenos<br />
para lograr su inteligibilidad. En este sentido, se la equipara a la actividad del<br />
científico y al método por el cual adquiere conocimiento. Por otra parte,<br />
también alude a un cuerpo de doctrina, metódicamente formado y ordenado,<br />
que constituye una rama o disciplina del saber humano. Así, se la asimila al<br />
producto de la investigación científica, adoptando el carácter de ciencia<br />
aquellas disciplinas que ocupan este método de adquirir conocimiento.<br />
El cuerpo de doctrina elaborado científicamente por una disciplina<br />
constituye una acumulación de conocimiento, fruto de un esfuerzo sistemático<br />
de muchos individuos a través del tiempo. Por ello es una construcción social<br />
que evoluciona de acuerdo con las épocas, conformando una suerte de edificio<br />
conceptual necesariamente sustentado sobre cimientos que permiten su<br />
desarrollo. De esta manera, todas las ciencias formulan y reformulan su<br />
conocimiento sobre la base de que éste es perfectible y no dogmático.<br />
Similarmente, el método empleado para alcanzar dicho conocimiento ha<br />
evolucionado, adaptándose a las necesidades que plantea el conocimiento<br />
acumulado. Así es como inicialmente el estudio racional de los fenómenos se<br />
llevó a cabo mediante un método filosófico deductivo, apoyado en premisas<br />
“esencialmente verdaderas” que, a través de una deducción rigurosa,<br />
permitirían comprender la naturaleza y características de un ámbito de<br />
fenómenos.<br />
Cuando la ciencia se independiza de la filosofía, cambia su método,<br />
centrándose en la observación de los fenómenos; tal como se dan en la<br />
naturaleza, para descubrir inductivamente las leyes que los rigen. La dificultad<br />
para captar inductivamente dichas leyes, así como la acumulación de teorías<br />
divergentes para un mismo fenómeno, favorecieron la formalización de un<br />
método hipotético-deductivo en que cada teoría se considera una proposición<br />
hipotética, no necesariamente verdadera, cuyas consecuencias —lógicamente<br />
derivables— pueden ser contrastadas en la realidad para inferir acerca de su<br />
validez (Himmel y Maltes 1987).<br />
Este método, ampliamente aceptado en las ciencias naturales, no siempre<br />
ha mostrado la misma utilidad en las ciencias sociales, más por la resistencia<br />
de estos fenómenos a constituir una evidencia “objetiva” de la validez de las