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cnt n°343 marzo 2008<br />
Memoria e Historia 17<br />
(...portada)<br />
La mujer en el<br />
anarcosindicalismo<br />
español: pasado y<br />
actualidad del 8 de marzo<br />
“Más grave que la amnesia o el olvido, es la desinformación y la<br />
manipulación de nuestra historia colectiva”.<br />
Dolors Marín Silvestre*<br />
En colaboración con la Secretaría de<br />
Prensa, Propaganda y Cultura del<br />
Comité Nacional de la <strong>CNT</strong>.<br />
La calle, la posibilidad de<br />
igualar salarios y horarios,<br />
la posibilidad de dejar a<br />
los niños en guarderías o<br />
escuelas racionalistas, la<br />
posibilidad de acudir a clínicas o consultorios<br />
destinados a la mujer, disfrutar<br />
de los comedores populares, dejar<br />
atrás el yugo del hogar, la esclavitud cotidiana,<br />
aquello que había expresado Teresa<br />
Claramunt a principios del siglo XX: “La<br />
mujer obrera es la esclava del esclavo”.<br />
Y con la revolución, la colectivización<br />
de fábricas, talleres, o el agro. La igualdad<br />
no era la idea soñada, sino la práctica cotidiana.<br />
Nuestras compañeras de la <strong>CNT</strong>,<br />
nuestras abuelas, avanzaron gracias a un<br />
sindicato revolucionario del que formaban<br />
parte y en los días de la revolución española<br />
las anónimas de toda la Península<br />
empuñaron tranvías, azadas, telares, agujas,<br />
pistolas, plumas, o máquinas fotográficas.<br />
Mucho ha llovido desde entonces. Y las<br />
religiones monoteístas, el capitalismo,<br />
ahora llamado globalización, los burgueses,<br />
ahora llamados técnicos-gestores y el<br />
imperialismo militarista siguen acechando<br />
a la humanidad. La mujer sigue trabajando<br />
por salarios de hambre, emigra de un<br />
lugar a otro llevando consigo a su prole de<br />
la que sigue siendo responsable, realiza<br />
doble jornada laboral, en el taller, la limpieza<br />
a domicilio o donde sea, y más tarde<br />
en su propia casa donde cocina, limpia<br />
y cuida a quién sea. Y además es agredida<br />
por aquellos que dicen que la aman, o se<br />
ve deformada, o considerada un objeto sexual<br />
en los medios de comunicación, la<br />
publicidad o el cine comercial.<br />
La mujer del siglo XXI tiene pendiente<br />
su propia revolución, y con ella una que<br />
libere a su compañero de un papel en el<br />
que tampoco se siente cómodo, el papel<br />
del “hombre dominante”, del “duro” o del<br />
“proveedor económico”. Una revolución<br />
ideológica que devuelva el rango de persona<br />
a mujeres y a hombres, que fomente<br />
la equidad, pero también la fraternidad, la<br />
coeducación y la laicidad como garantía<br />
de que nadie, absolutamente nadie es superior<br />
a otro.<br />
Los y las anarcosindicalistas tenemos<br />
una hermosa historia de lucha y de victorias,<br />
a veces ignorada por nosotros mismos.<br />
Hagamos de ella un trampolín para las luchas<br />
futuras. Y ahora sigamos en nuestra<br />
lucha sindical por salarios justos, por mantener<br />
a la religión sexista y discriminadora<br />
fuera de la escuela, por d<strong>este</strong>rrar <strong>este</strong>reotipos<br />
y canciones sexistas, vengan de<br />
donde vengan. Reclamemos la posibilidad<br />
de hacer que las mujeres no se conviertan<br />
en cuidadoras de familiares o amigos, sino<br />
que reciban por ello un salario justo. D<strong>este</strong>rremos<br />
la feminización de la pobreza, y<br />
reclamemos pensiones dignas para aquellas<br />
que no cotizaron a la Seguridad Social pero<br />
que realizaron jornadas agotadoras de limpieza<br />
domestica en la casa propia y la ajena.<br />
Y luchemos cotidianamente, y en casa,<br />
por hacer compatible para mujeres y hombres<br />
la vida laboral y la autogestión de la<br />
propia suciedad (ropa, platos, compras,<br />
fregoteos, etc.) y también como no, porque<br />
las relaciones de todo tipo y con quién<br />
sean (sexuales, amistosas, vecinales, etc.)<br />
sean placenteras, consentidas, igualitarias<br />
y sobre todo felices. Porque como decía la<br />
máxima de los “Derechos del Hombre y el<br />
Ciudadano”: El hombre tiene derecho a la<br />
Felicidad. Y los anarquistas añadimos que<br />
la compañera, la Mujer, también.<br />
*Dolors Marín, historiadora. Entre sus libros<br />
destaca Clandestinos : el Maquis<br />
contra el franquismo, 1934-1975 (Barcelona,<br />
2002).<br />
Efemérides<br />
Antonio Álvarez<br />
<strong>CNT</strong> Federaciones locales de Fernán Núñez<br />
y Córdoba<br />
Antonio Alvarez nació en Fernán<br />
Núñez en 1916. Afiliado a<br />
la <strong>CNT</strong> desde los dieciséis<br />
años, la guerra le alcanza con<br />
apenas veinte. En esa juventud,<br />
Antonio se va al frente como voluntario<br />
junto con los milicianos<br />
confederales. En los frentes estuvo también<br />
cuando llegó la militarización, en la<br />
famosa 88 Brigada, en la que conoció y<br />
convivió con los Jubiles, los célebres guerrilleros<br />
de Bujalance. Al finalizar la guerra<br />
le esperaban tres duros años en los<br />
batallones de trabajadores franquistas y<br />
la posterior represión y control que ejerció<br />
el fascismo durante tantos años contra<br />
todos aquellos que se le opusieron.<br />
A pesar de todo ello, ya de vuelta en<br />
su pueblo, mantuvo en la clandestinidad<br />
el contacto con los compañeros del sindicato,<br />
en el intento de reorganizar la<br />
<strong>CNT</strong> incluso en los peores años de la dictadura.<br />
Todos aquellos intentos que se vieron<br />
recompensados a la muerte del dictador.<br />
Antonio formó parte de los compañeros<br />
que reconstruyeron el sindicato durante<br />
la transición, aportando siempre el trabajo,<br />
la dedicación y el saber de los hombres<br />
y mujeres verdadera y<br />
profundamente anarquistas, que no necesitan<br />
hacerse notar a cada momento<br />
pero que dejan en sus actos y sus palabras<br />
el auténtico espíritu libertario.<br />
Hasta que la enfermedad se lo impidió,<br />
colaboró siempre en los actos del<br />
sindicato en Fernán Núñez y Córdoba.<br />
Los que tuvimos la suerte de conocerle,<br />
le quisimos y admiramos. Compañero Antonio,<br />
a los que lucháis, gracias por vuestro<br />
ejemplo.