revista internacional 145 web.pdf - Corriente Comunista Internacional
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L o s soviets a n t e la c u e s t i ó n d e l Estado 19<br />
ras de los Soviets, Asambleas Generales.<br />
Los Consejos de Fábrica, corazón<br />
de la organización de la clase obrera<br />
Ya antes de la toma del poder vimos<br />
que los Consejos de Fábrica habían<br />
jugado un papel clave ante la crisis<br />
que sufrieron los Soviets en julio (39)<br />
y como los habían recuperado convirtiéndolos<br />
en órganos de la insurrección<br />
de octubre (40) . En mayo de 1917,<br />
la Conferencia de Consejos de Fábrica<br />
de Jarkov (Ucrania) había reclamado<br />
que éstos “se convirtieron en órganos<br />
de la revolución decididos a consolidar<br />
sus victorias” (41) . El 7-12 de<br />
agosto de 1917, una conferencia de<br />
Consejos de Fábrica de Petersburgo<br />
decidió crear un Soviet Central de<br />
Consejos de Fábrica que se constituyó<br />
como Sección Obrera dentro del<br />
Soviet de la capital e inmediatamente<br />
coordinó a todas las organizaciones<br />
soviéticas de base e intervino activamente<br />
en la política del Soviet radicalizándola<br />
cada vez más. Deutscher<br />
en su obra Los sindicatos soviéticos<br />
reconoce que:<br />
“los instrumentos más poderosos y<br />
mortíferos de subversión eran los<br />
consejos de fábrica y no los sindicatos”<br />
(42) .<br />
Los consejos de fábrica junto con<br />
las demás organizaciones de base<br />
emanaban de la clase obrera de forma<br />
directa y orgánica, recogían con<br />
mucho más facilidad que los Soviets<br />
sus pensamientos, sus tendencias, sus<br />
avances, mantenían una profunda simbiosis<br />
con ella.<br />
Como el proletariado sigue siendo<br />
una clase explotada en el periodo de<br />
transición al comunismo, no tiene<br />
ningún estatus de clase dominante en<br />
el terreno económico. Ello le impide<br />
–contrariamente a la burguesía– delegar<br />
el poder en una estructura institucional<br />
que ejerza su representación, es<br />
decir, en un Estado con su irresistible<br />
tendencia burocrática a alejarse de las<br />
masas e imponerse a ellas. La dictadura<br />
del proletariado no puede ser un<br />
órgano estatal sino una fuerza de combate,<br />
de debate y movilización permanentes,<br />
una configuración que refleje<br />
a las masas obreras a la vez que las<br />
modele, que expresa simultáneamente<br />
su auto-actividad y su proceso de<br />
transformación.<br />
Mostramos en el artículo 4º de esta<br />
serie cómo tras la toma del poder,<br />
39) Ver http://es.internationalism.org/rint141-<br />
consejos.<br />
40) Ver http://es.internationalism.org/rint142-<br />
consejos.<br />
41) Brinton, op cit., ver nota 10, p. 32.<br />
42) Citado por Brinton, op cit., p. 47.<br />
esas organizaciones soviéticas de base<br />
fueron desapareciendo. Ello constituyó<br />
un hecho trágico que debilitó al<br />
proletariado y aceleró el proceso de<br />
descomposición social que estaba sufriendo.<br />
La Guardia Roja, nacida efímeramente<br />
en 1905, renació con fuerza en<br />
febrero impulsada y supervisada por<br />
los Consejos de Fábrica, llegando a<br />
movilizar unos 100 mil efectivos. Se<br />
mantuvo activa hasta mediados de<br />
1918, pero el estallido de la guerra<br />
civil, la llevó a una grave crisis. La<br />
potencia enormemente superior de los<br />
ejércitos imperialistas puso en evidencia<br />
su incapacidad para hacerles<br />
frente. Las unidades del Sur de Rusia,<br />
comandadas por Antonov Ovsesenko,<br />
opusieron una heroica resistencia pero<br />
fueron barridas y derrotadas. Víctimas<br />
del miedo a la centralización, las unidades<br />
que intentaron funcionar carecían<br />
de suministros tan elementales<br />
como cartuchos. Eran más una milicia<br />
urbana, con limitada instrucción y<br />
armamento y sin experiencia de organización,<br />
que podían funcionar como<br />
unidades de emergencia o como auxiliares<br />
de un ejército organizado, pero<br />
que no podían hacer frente a una guerra<br />
en toda regla. La urgencia del momento<br />
obligó a formar a toda prisa el<br />
Ejército Rojo con su rígida estructura<br />
militar (43) . Éste absorbió numerosas<br />
unidades de la Guardia Roja que acabaron<br />
disolviéndose. Hasta finales de<br />
1919, hubo intentos de reconstituir la<br />
Guardia Roja, de hecho, hubo Soviets<br />
que ofrecieron coordinar sus unidades<br />
con el Ejército pero éste las rechazó<br />
sistemáticamente e incluso las disolvió<br />
por la fuerza.<br />
La desaparición de la Guardia Roja<br />
otorgó al Estado soviético uno de los<br />
atributos clásicos del Estado –el monopolio<br />
de la fuerza armada–, con ello<br />
el proletariado quedaba completamente<br />
indefenso pues carecía de una fuerza<br />
militar propia.<br />
Los Consejos de Barrio desapare-<br />
43) Sin entrar en una discusión que deberá desarrollarse<br />
más a fondo sobre la necesidad o no<br />
de un Ejército Rojo en la fase del periodo de<br />
transición que podemos caracterizar de Guerra<br />
Civil Mundial (es decir, cuando el poder no ha<br />
sido tomado por el proletariado en todo el mundo),<br />
hay algo evidente en la experiencia rusa:<br />
la formación del Ejército Rojo, su rápida burocratización<br />
y afirmación como órgano estatal,<br />
la ausencia total de contrapesos proletarios de<br />
la que gozó, todo ello reflejó una relación de<br />
fuerzas muy desfavorable a escala mundial con<br />
la burguesía. Como señalamos en el artículo de<br />
la serie sobre “El comunismo” de la Revista <strong>Internacional</strong><br />
n o 96 “Cuanto más se extienda la<br />
revolución a escala mundial, más será dirigida<br />
directamente por los consejos obreros y sus<br />
milicias, más predominarán los aspectos políticos<br />
sobre los militares, y menos necesitará un<br />
“ejército rojo” que dirija la lucha”.<br />
cieron a fines de 1919. Integraban en<br />
la organización proletaria a los trabajadores<br />
de las pequeñas empresas y<br />
comercios, los desempleados, jóvenes,<br />
jubilados, familiares, que forman<br />
parte de la clase obrera como conjunto.<br />
Eran igualmente un medio esencial<br />
para obrar paulatinamente hacia<br />
la incorporación al pensamiento y la<br />
acción proletaria de capas de marginados<br />
urbanos, pequeños campesinos,<br />
artesanos, etc.<br />
Pero la desaparición de los Consejos<br />
de Fábrica significó el golpe decisivo.<br />
Como vimos en el artículo 4º de<br />
esta serie, aquella tuvo lugar de forma<br />
bastante rápida de tal manera que a<br />
fines de 1918 ya no existían. Los sindicatos<br />
jugaron un papel clave en su<br />
destrucción.<br />
El conflicto apareció claramente<br />
en una animadísima Conferencia Pan<br />
rusa de Consejos de Fábrica celebrada<br />
en vísperas de la insurrección de octubre.<br />
En los debates se manifestó que:<br />
“cuando se formaron los consejos de<br />
fábrica los sindicatos dejaron de existir,<br />
los consejos llenaron el vacío”.<br />
Un delegado anarquista dijo:<br />
“los sindicatos quieren tragarse a los<br />
consejos de fábrica, pero la gente no<br />
está descontenta de ellos aunque sí lo<br />
está de los sindicatos. Para el obrero,<br />
el sindicato es una forma de organización<br />
impuesta desde fuera mientras<br />
que el Consejo de Fábrica está muy<br />
cerca de ellos”.<br />
Entre las resoluciones aprobadas<br />
por la conferencia una decía:<br />
“el control obrero sólo es posible en<br />
un régimen donde la clase obrera<br />
tenga el poder económico y político<br />
(…) se desaconsejan las actividades<br />
aisladas y desorganizadas (…), el<br />
que los obreros confisquen las fábricas<br />
en provecho propio de los que en<br />
ellas trabajan es incompatible con los<br />
objetivos del proletariado” (44) .<br />
Sin embargo, los bolcheviques eran<br />
prisioneros del dogma: “los sindicatos<br />
son los órganos económicos del proletariado”<br />
y en el conflicto entre éstos y los<br />
consejos de fábrica tomaron partido por<br />
los primeros. En la conferencia antes<br />
mencionada, un delegado bolchevique<br />
defendió que:<br />
“los consejos de fábrica debían ejercer<br />
funciones de control en provecho<br />
de los sindicatos y que debían, además,<br />
depender financieramente de<br />
ellos” (45) .<br />
44) Citado en Brinton, op. cit., p. 48. Entusiasmado<br />
por los resultados de la conferencia,<br />
Lenin exclamó “debemos trasladar el centro<br />
de gravedad a los Consejos de Fábrica. Ellos<br />
deben convertirse en los órganos de la insurrección.<br />
Debemos cambiar la consigna y en<br />
lugar de decir: “todo el poder para los soviets”<br />
decir “todo el poder a los consejos de fábrica”<br />
(ídem) .<br />
45) Brinton, op. cit., p. 35.