Los Caballeros Templarios - La Cruzada del Saber
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trada por una previsible derrota en una contienda<br />
en territorio inhóspito y enemigo frente a un<br />
enemigo superior. Con la caída de San Juan de<br />
Acre se aceleró un proceso irreversible. Vale la<br />
pena analizar la siguiente descripción:<br />
“Peregrinos, en su mayoría italianos, llegan a San<br />
Juan de Acre, firmemente decididos a ‘cazar musulmanes’.<br />
Al desembarcar exterminan una fila<br />
de campesinos que iban al mercado, entre ellos,<br />
sirios cristianos que usaban barba, signo distintivo<br />
de los infieles. El sultán Esseraf, debido a la<br />
agresión, sitió la ciudad y previno al nuevo Maestro<br />
<strong>del</strong> Templo, Guillermo de Beaujeu (…) Después<br />
de recibir la carta <strong>del</strong> sultán, amenazadora a<br />
pesar de la apariencia caballerosa, la población de<br />
San Juan de Acre, el 5 de abril de 1291, pudo ver<br />
desde los muros de la ciudad más de sesenta mil<br />
caballeros, espada en la mano, seguidos por otros<br />
tantos infantes que empujaban gigantescas catapultas.<br />
Tras las murallas, un número reducido<br />
de defensores: trece mil soldados a pie y solamente<br />
setecientos caballeros para defender una población<br />
de treinta mil habitantes. Luego de una semana<br />
sin acción, los turcos iniciaron el asalto (…) las<br />
torres cayeron una tras otra (…) <strong>Los</strong> grandes<br />
Maestros <strong>del</strong> Templo y de los Hospitalarios no se<br />
dejaron amedrentar y lucharon, hombro a hombro,<br />
solidariamente“.<br />
Se abrían brechas en la muralla por todos lados,<br />
y los cristianos, milagrosamente consiguieron<br />
contener a los invasores que cedieron momentáneamente<br />
terreno.<br />
“De repente los mamelucos repelidos regresaban<br />
en gran número y a pesar de todos los actos de<br />
heroísmo y de la valentía de las dos órdenes, el<br />
enemigo los venció definitivamente. <strong>Los</strong> francos<br />
capitularon poco después; los <strong>Templarios</strong> y los<br />
Hospitalarios, resistieron con bravura la batalla.<br />
Seguidamente, un relato contundente acerca de la<br />
muerte <strong>del</strong> Gran Maestro Guillermo de Beuajeu.<br />
A los 5 días <strong>del</strong> mes de abril de 1291, a las tres<br />
horas una flecha le atravesó el pecho. Sintiéndose<br />
gravemente herido, el Maestro <strong>del</strong> Templo interrumpe<br />
el combate. Pensando que huía un cruzado<br />
le dice: ‘Por Dios señor, no nos abandone, si no<br />
la ciudad estará perdida!’. Con la respiración dificultada<br />
Guillermo exclama: ‘No estoy huyendo.<br />
Mira el golpe; en realidad estoy muriendo!’. El<br />
horror invadió toda la ciudad. <strong>Los</strong> mamelucos no<br />
respetaron a nadie. Exaltados por el sentimiento<br />
de victoria, dieron golpes de sable a todo lo que<br />
se movía, se apoderaron de las mujeres, mataron<br />
a las que no les interesaba o las que eran objeto de<br />
litigio.<br />
“A pesar <strong>del</strong> furor <strong>del</strong> combate, un bastión se<br />
mantuvo en pie, último espacio de la resistencia:<br />
la torre que sirve de convento fortificado a los<br />
<strong>Templarios</strong> (…) El sultán ordena que arremetan<br />
contra la torre, atacándola piedra a piedra, desde<br />
las fundaciones. En el momento en que se da el<br />
asalto, la torre cae sobre los <strong>Templarios</strong> y sobre<br />
dos mil soldados musulmanes. (…) Luego de que<br />
el telón cae sobre la epopeya <strong>del</strong> Medio Oriente,<br />
la Orden <strong>del</strong> Templo, lejos de haber sucumbido<br />
al hundimiento, todavía resiste en Europa, donde<br />
continuará desarrollándose gracias a las riquezas<br />
que acumuló. <strong>La</strong> aventura oriental brillará tras el<br />
Templo como una luz eucarística. <strong>La</strong> Orden tiene<br />
un pasado. Una aureola.” 17<br />
<strong>La</strong> historia de las <strong>Cruzada</strong>s, tiene su epílogo y la<br />
Orden <strong>del</strong> Templo vio su prestigio disminuido.<br />
Guillermo de Tiro, resumió así la situación <strong>del</strong><br />
punto de vista de los adversarios de los caballeros<br />
<strong>Templarios</strong>:<br />
“Durante mucho tiempo mantuvieron intacto su<br />
objetivo noble y ejercieron su actividad muy seriamente.<br />
Hasta que por fin empezaron a despreciar<br />
‘la humildad, guardiana de todas las virtudes, que<br />
si se coloca voluntariamente en el lugar más firme,<br />
no corre riesgo de que caiga’. Se apartaron<br />
<strong>del</strong> patriarca de Jerusalén, de quien habían recibido<br />
el establecimiento de la Orden y sus primeros<br />
privilegios, rehusaron la obediencia que sus<br />
antecesores le habían demostrado. También para<br />
las Iglesias de Dios se volvieron muy incómodos,<br />
pues se apartaron <strong>del</strong> diezmo y de los primeros<br />
rendimientos y echaron a perder injustamente sus<br />
posesiones.” 18<br />
<strong>La</strong> Orden estaba sufriendo ahora las consecuencias<br />
de haberse transformado poco a poco<br />
en un negocio lucrativo. <strong>Los</strong> rumores acerca de<br />
sus tesoros incalculables no desmentían las siguientes<br />
directrices monetarias:<br />
1) Depósito de valores a cambio de una<br />
declaración (embrión <strong>del</strong> cheque). Por ser inex-<br />
17- Obra citada de Michel Picar, pp. 96-100.<br />
18- Obra citada de Edward, p. 168.