Los Caballeros Templarios - La Cruzada del Saber
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hiciese a las posesiones de los caballeros <strong>Templarios</strong><br />
lo mismo que se hizo en Francia, es decir,<br />
expropiarlas.<br />
Cuando, por orden papal, fue abolida la<br />
Orden <strong>del</strong> Templo, el rey D. Dinis, en 1317, no<br />
consideró criminal la actuación de los <strong>Templarios</strong><br />
en Portugal y decidió garantizar su permanencia<br />
al crear una nueva organización: la Orden<br />
de Cristo, a la cual se transfirió todo el patrimonio<br />
de los <strong>Templarios</strong>. El derecho a la tierra en<br />
Portugal les fue concedido a título perpetuo.<br />
Con esa decisión, todos los que eran perseguidos<br />
en Europa se refugiaron en Portugal, y el castillo<br />
de Tomar se transformó en un depositario de los<br />
secretos que la Inquisición, más tarde, no consiguió<br />
descubrir.<br />
Orden de Cristo<br />
El 14 de marzo de 1319, el papa Juan XXII,<br />
con la bula Ad ea ex qui Ad ea ex quibus reconoció<br />
oficialmente a la “Orden de Caballería de<br />
Nuestro Señor Jesucristo”, destinada a combatir<br />
a los enemigos de la fe. Al poner a D. Gil Martins<br />
como Maestro de la Orden de Cristo, D. Dinis<br />
solucionó el problema <strong>del</strong> control de la Orden<br />
<strong>del</strong> Templo, pues D. Gil era miembro también<br />
de la Casa de Avis, orden militar y religiosa de<br />
mucho prestigio. <strong>Los</strong> frailes profesos elegirían a<br />
los futuros maestros y el abad de Alcobaça era el<br />
responsable de la supervisión de la Orden. <strong>La</strong><br />
Corona portuguesa donó a la Orden de Cristo<br />
los bienes de los <strong>Templarios</strong> y la villa de Castro<br />
Marim, y de acuerdo con su estatuto contaba con<br />
un pequeño contingente de 69 caballeros, 9 clérigos<br />
y 6 sargentos, es decir, 84 frailes.<br />
Durante el período de los Descubrimientos,<br />
Portugal se mostró ante el mundo como una<br />
verdadera potencia. El infante D. Henrique, hijo<br />
de D. João I (1385-1433), que fue maestro de la<br />
Orden con apenas veintiséis años, combatió a los<br />
moros en Ceuta y ayudó a Portugal a expandirse<br />
en ultramar, al participar activamente en la<br />
colonización de Madeira y de las Azores. Fue<br />
el gran navegante y fundador de una auténtica<br />
e innovadora escuela náutica en Sagres, donde<br />
se estudiaban las disciplinas <strong>del</strong> arte de navegar<br />
para descubrir nuevas tierras, encontrar un<br />
camino marítimo hacia la India y difundir la fe<br />
cristiana. <strong>La</strong> riqueza generada por sus travesías<br />
creció notablemente, hasta el punto de que el Infante<br />
decidiera, en 1149, reformular la Regla de<br />
la Orden, con mientes en su crecimiento y prosperidad.<br />
“Se cree que la Orden de Cristo ha heredado<br />
<strong>del</strong> Templo el hábito de los profesos, sustituyendo<br />
apenas en él la cruz orbicular adoptada<br />
en 1146, que pasó a ser su distintivo especial. En<br />
la Regla de los <strong>Caballeros</strong> de la Orden de Cristo,<br />
reformada en 1149 por iniciativa <strong>del</strong> Infante D.<br />
Enrique, se estableció que el hábito se usara tanto<br />
de día como de noche; de día sobre el jubón<br />
u de noche sobre el cuerpo, sin separase de él.”<br />
En cuanto a los mantos blancos, ‘que han de usar<br />
en días de fiesta en los que comulguen, deben<br />
llegar al piso o cerca <strong>del</strong> tobillo, y ser abiertos<br />
por la parte derecha, y que las otras ropas de los<br />
Clérigos Frailes sean igualmente largas. Y que<br />
los caballeros, por el ejercicio que han de tener<br />
en las armas y caballería, traigan vestiduras al<br />
menos hasta la rodilla y de ahí hacia atrás sean<br />
tan largas como quieran y traigan sus faldas y<br />
mantos de tal guisa que la cruz venga siempre<br />
recta en el pecho donde han de llevarla’. <strong>La</strong> cruz<br />
canónica era de lana (para párrocos y frailes) o<br />
de seda (para comendadores y caballeros), roja<br />
sin perfil de otro color u oro, salvo el rojo. <strong>Los</strong><br />
paños verdes, rojos y amarillos estaban expresamente<br />
prohibidos y era obligatorio (bajo pena<br />
de multa para la colecta <strong>del</strong> convento) el uso de<br />
manto blanco para comendadores y caballeros<br />
en los días de Navidad, Circuncisión de Nuestro<br />
Señor, Epifanía, Purificación de Nuestra Señora,<br />
Semana Santa (desde el Domingo de Ramos<br />
hasta el Domingo de Pascua), Ascensión, Espíritu<br />
Santo, Santísima Trinidad, Cuerpo de Dios,<br />
Invención de la Santa Cruz, Visita de Santa Isabel,<br />
Nuestra Señora de las Nieves, Asunción de<br />
Nuestra Señora, Nacimiento de Nuestra Señora,<br />
Exaltación de la Santa Cruz, Todos los Santos,<br />
Presentación de Nuestra Señora, Concepción de<br />
Nuestra Señora y Anunciación.” 4<br />
Cuando a mediados <strong>del</strong> siglo XV los exploradores<br />
portugueses avanzaban rumbo al<br />
Atlántico Sur, la presencia de los miembros de<br />
la Orden de Cristo aumentó significativamente.<br />
En el primer semestre de 1493, el papa Alejandro<br />
VI publicó dos bulas, las Inter Caetera, que le daban<br />
a la Orden de Cristo supremacía espiritual y<br />
religiosa en los dominios conquistados. <strong>Los</strong> sacerdotes,<br />
que también eran miembros de la Or-<br />
4- eleções Reader´s Digest, Portugal Misterioso, 1998, p.312.