10.07.2015 Views

Articultores en el CCEBA

Articultores en el CCEBA

Articultores en el CCEBA

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Paraná Ra’anga es una expedición fluvial de la que participaronmás de treinta artistas y ci<strong>en</strong>tíficos –antropólogos, sociólogos,ecólogos, geógrafos, astrofísicos, historiadores d<strong>el</strong>arte y de la ci<strong>en</strong>cia, ing<strong>en</strong>ieros, arquitectos, educadores ambi<strong>en</strong>tales,músicos, artistas visuales, escritores y filósofos–arg<strong>en</strong>tinos, paraguayos, holandeses y españoles.La expedición se planteó llegar a Asunción d<strong>el</strong> Paraguay<strong>el</strong> 29 de marzo, luego d<strong>el</strong> cierre de esta edición de Gazpacho.Ojalá lo hayan logrado.Martín Prieto, <strong>el</strong> director d<strong>el</strong> C<strong>en</strong>tro Cultural Parque España,nos contó día a día los avatares de la travesía a travésde su blog. Esto nos contaba <strong>el</strong> lunes 15 de marzo, cuandoya estaban <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>o río, por fin:Salimos de La Paz a las siete de la tarde, destino Goya.Preveíamos 48 horas de navegación, sin paradas, lo que daríalugar a bu<strong>en</strong>a cantidad de actividad interna, que empezó esamisma noche d<strong>el</strong> miércoles 27 con una lectura de poemas deD.G.H<strong>el</strong>der. Primero, unos de Juan<strong>el</strong>e Ortiz, leídos desde susejemplares originales, esos libros altos y anchos, con muchoaire y letra diminuta que no circularon durante años y que leimportaron a muy pocos y que ahora son objeto de devociónde coleccionistas (y fetichistas) y que Julia Solomonoff habíarecogido <strong>en</strong> casa de sus tías <strong>en</strong> Paraná y sumado a la cadavez más variada y compleja biblioteca d<strong>el</strong> barco, parte de lacual será donada antes de llegar a destino, aún no hemos decididosi a una biblioteca pública de Pilar o de Formosa. H<strong>el</strong>der,después de los de Ortiz, leyó varios poemas propios, mi<strong>en</strong>trasescanciaba <strong>en</strong> un vaso alto cerveza Baviera –la preferida d<strong>el</strong>as que ofrece <strong>el</strong> bar d<strong>el</strong> barco– que se mant<strong>en</strong>ía fría <strong>en</strong> lo queacá se llama una champagnera, allá una frapera y <strong>en</strong> todaspartes, cuando acaba al afrancesami<strong>en</strong>to baladí, un balde.A la mañana sigui<strong>en</strong>te, Ignacio Fontclara, <strong>en</strong> cubierta y conla compañía de Mito Sequera y Bartomeu M<strong>el</strong>iá como refer<strong>en</strong>ciasantropológicas y teológicas, dio un taller sobre chipá o,como decía él, chipa, palabra grave: dos bolsas de harina, agua,huevos, una salmuera de naranja, un puñado de anís: así empezó.Cuando terminó eso que parecía que iba a ser una clase decocina y si lo fue lo fue con variaciones, <strong>el</strong> clima había cambiadoconsiderablem<strong>en</strong>te, <strong>el</strong> vi<strong>en</strong>to soplaba no regular como hastaayer, sino cruzado, brioso, <strong>el</strong> río se puso imprevistam<strong>en</strong>te crespo,empezó a levantar olas y finalm<strong>en</strong>te se largó a llover, rabiosam<strong>en</strong>te.No por la lluvia sino por <strong>el</strong> vi<strong>en</strong>to y <strong>el</strong> consecu<strong>en</strong>teoleaje, <strong>el</strong> barco buscó amparo <strong>en</strong> las islas, <strong>en</strong> lo que <strong>el</strong> capitánimaginó una bahía, <strong>en</strong> <strong>el</strong> límite <strong>en</strong>tre Entre Ríos y Corri<strong>en</strong>tes:De parte nuestra, sólo los intrépidosparaguayos de la tripulación pisarontierra para amarrar <strong>el</strong> barco contrala costa, y este com<strong>en</strong>tario de PereJoan: «Bonito lugar ha <strong>el</strong>egido <strong>el</strong>capitán para que muramos todos»un corral inundado, una casita de chapa apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te abandonada.De parte nuestra, sólo los intrépidos paraguayos de latripulación pisaron tierra para amarrar <strong>el</strong> barco contra la costa,y este com<strong>en</strong>tario de Pere Joan: «Bonito lugar ha <strong>el</strong>egido <strong>el</strong> capitánpara que muramos todos». Dos horas y media más tarde,volvimos a zarpar. Goya empezaba a quedar cada vez más lejos.A la tarde, los paisajistas, que se juntan a dibujar <strong>en</strong> una cubiertaa babor, <strong>en</strong> tanto había cambiado <strong>el</strong> color d<strong>el</strong> paisaje (losverdes eran ahora oscuros, <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o de plomo) habían cambiado<strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o también: de Espino a Turner, por decir. Así pasamosfr<strong>en</strong>te a Esquina: dos torres altas, rojas, a lo lejos. A las sietediluviaba, y mi<strong>en</strong>tras M<strong>el</strong>iá daba una charla abierta sobre susexperi<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> comunidades indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> <strong>el</strong> Brasil y <strong>en</strong> Paraguay,<strong>el</strong> capitán pr<strong>en</strong>dió <strong>el</strong> <strong>en</strong>orme farol d<strong>el</strong> barco para buscar,<strong>en</strong> las islas, señales que le indicaran –él sabría leer– posibilidadde amparo otra vez, hasta que <strong>el</strong> cad<strong>en</strong>ón t<strong>en</strong>so d<strong>el</strong> ancla marcóque estábamos haci<strong>en</strong>do pie fr<strong>en</strong>te a la isla. Así estaremos,anclando y volvi<strong>en</strong>do a navegar, según mandara <strong>el</strong> vi<strong>en</strong>to, hastaque a las 1 y media de la mañana <strong>el</strong> capitán decidió que nodaba para más y <strong>en</strong> tanto caía agua a baldazos sobre babor,los radares salpicados no devolvían información confiable y <strong>el</strong>hasta <strong>en</strong>tonces c<strong>el</strong>ebrado equilibrio d<strong>el</strong> barco cedió por primeravez desde que zarpáramos de Rosario –un perceptible vaivénque duró lo sufici<strong>en</strong>te como para ser vu<strong>el</strong>to r<strong>el</strong>ato por todos a lamañana sigui<strong>en</strong>te, a la hora d<strong>el</strong> desayuno– echamos ancla hastalas 5 media. Que los más jóv<strong>en</strong>es festejaran hasta tarde <strong>el</strong>cumpleaños de uno de <strong>el</strong>los no disipó <strong>el</strong> clima de inquietud quesobre los mayores despertó la torm<strong>en</strong>ta que duró, persist<strong>en</strong>te,toda la mañana. A Goya ya no iríamos a llegar de ningún modoy <strong>el</strong> intercambio de pasajeros –bajaban ocho, subían cinco– seharía antes de medianoche, <strong>en</strong> un trasbordo <strong>en</strong>tre una lanchade Prefectura y <strong>el</strong> Paraguay.Toda la expedición, día a día <strong>en</strong> blogd<strong>el</strong>director.blogspot.comwww.ccpe.org.ar29

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!