¿Qué es fe?¿Ve usted muchos ejemplos de feen el mundo que le rodea? La sociedaden que vivimos está prácticamentedesprovista de fe. La mayoríade las personas no saben mucho acercade Dios debido a que no leen la Biblia.Muchos ni siquiera están seguros de laexistencia de Dios. Otros, aunque creenen Dios, no saben lo que él enseña, lo queha prometido ni lo que exige de los sereshumanos. Estas cosas no deben sorprendernosporque, al fin y al cabo, es imposibleque la gente tenga fe en un Dios queno conoce.¿Y qué sucede con usted? ¿Sabe realmentelo que Dios puede hacer y lo quehará por usted? ¿Ha reflexionado acercade ello?Dios nos dice que, efectivamente, podemosllegar a conocerlo e ir cultivandouna relación personal con él. Podemos saberlo que tiene planeado para nosotros ynuestras familias en esta vida y en el futuro.Por medio de uno de sus siervosDios nos dice: “. . . la piedad para todoaprovecha, pues tiene promesa de estavida presente, y de la venidera” (1 Timoteo4:8). Podemos estar seguros de que élquiere buenas cosas para nosotros.No sólo podemos llegar a conocer aDios —creer en él— sino, más aún, podemosaprender a creerle. Entre estosconceptos existe una gran diferencia. Haymillones de personas que creen en Dios;suponen que existe, aunque probablementeno lo tienen muy en cuenta. Por lotanto, Dios no es muy real para ellos, yesto afecta lo que piensan y hacen.Por otra parte, creerle a Dios es tener feen que él hará por nosotros todo lo quenos ha prometido. Él espera que actuemosconforme a esa creencia. Nos exigeque tengamos una confianza viva en suexistencia, su poder y sus promesas.La fe no es un ingrediente mágico; noobstante, nos conduce a una actitud deverdadera confianza en Dios. La fe nos dala seguridad de que Dios tiene el poder yla voluntad de obrar en nuestra vida. Amedida que se fortalece, la fe deja de ser14 Las Buenas Noticias“Cuando venga el Hijo <strong>del</strong> Hombre,¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:8).únicamente una convicción intelectual,para convertirse en un compromiso y unmodo de vivir; no solamente creemos queDios se preocupa por nosotros, sino quenosotros deseamos hacer su voluntad. Podemosestar seguros de que la voluntad deDios no es que llevemos una vida frívolao improductiva; su deseo es que nos conduzcamosconforme a “la piedad [que]para todo aprovecha” (1 Timoteo 4:8).Con respecto a la fe viva, en la Bibliase nos asegura que “el justo por la fe vivirá”y que “por fe andamos, no por vista”(Romanos 1:17; 2 Corintios 5:7). Estosólo puede ocurrir cuando verdaderamentenos arrepentimos de nuestros pecadosy comenzamos a conducir nuestras vidasconforme a la voluntad de Dios (Mateo7:21-27; Lucas 6:46-49). En otras palabras,los que son guiados por el Espíritude Dios permanecen en las enseñanzas deJesucristo; y en quienes actúa la palabrade Dios, esos son los verdaderos “creyentes”(Romanos 8:14; Juan 8:31; 1 Tesalonicenses2:13).La Palabra de Dios tiene una buena razónpara llamarlos creyentes. En el NuevoTestamento, el sustantivo griego pistis,que es traducido como fe, está estrechamenteligado con el verbo pisteuo, quesignifica “creer”. Sin embargo, el conceptobíblico es mucho más amplio de lo quesuelen sugerir las palabras fe y creer.Cómo definir lo que es feAun en la actualidad, creer en alguien,en algo o en una causa es tener fe en esapersona, cosa o idea; significa creer quees verdadera y justa y que merece el apoyoy la participación de uno. De igual manera,la Biblia define que tener fe es creerabsolutamente en alguien (Dios), creer yactuar conforme a la verdad de su Palabra(la Biblia) y vivir para la causa más grandede todas: el arrepentimiento y la salvaciónde todo ser humano que crea en Jesucristoy en el venidero Reino de Dios(Hechos 2:38; 17:30; 2 Pedro 3:9; 1 Timoteo2:4; Marcos 1:14-15).Tener fe es creer. Pero no cometamosel antiguo error de pensar que si creemosen Dios —esto es, si creemos que él existe—entonces tenemos fe. Hay muchaspersonas que mantienen este conceptoerróneo. Dicen que creen en Dios; portanto, piensan que tienen fe.Desde luego, es necesario creer enDios, pero eso no es más que el primerpaso. Como dijo uno de los apóstoles:“Tú crees que Dios es uno; bien haces.También los demonios [los ángeles caídos]creen, y tiemblan” (Santiago 2:19).Si sólo creemos, no nos diferenciamosmucho en ese aspecto de los demonios.Si queremos tener una relación íntimay dinámica con Dios, nuestro mo<strong>del</strong>o defe debe ser Jesucristo. Su vida es el ejemploperfecto de la fe. A lo largo de su vidacomo ser humano, Jesús mostró una feviva y alentó a otros no sólo a creer enDios, sino también a creerle a Dios, esdecir, creer lo que él dice y vivir de acuerdocon esta convicción.Cuando Jesús supo que su amigo Lázarohabía muerto, le dijo a su hermanaMarta: “Tu hermano resucitará” (Juan11:23). <strong>El</strong>la respondió que sabía que élviviría nuevamente “en la resurrección,en el día postrero” (v. 24).Si queremos tener una relación íntima y dinámica con Dios,nuestro mo<strong>del</strong>o de fe debe ser Jesucristo. A lo largo de su vidacomo ser humano, Jesús mostró una fe viva y alentó a otrosno sólo a creer en Dios, sino también a creerle a Dios, es decir,creer lo que él dice y vivir de acuerdo con esta convicción.La respuesta de Marta demostró que nosólo creía en Jesús, sino que creía tambiénlo que él decía y lo que Dios habíaprometido en las Sagradas Escrituras. Sufe era mucho más que una aceptaciónacadémica de la existencia de Dios. <strong>El</strong>lacreía la promesa de Dios de resucitar a losmuertos.Jesús le dijo entonces: “Yo soy la resurreccióny la vida; el que cree en mí, aunqueesté muerto, vivirá. Y todo aquel quevive y cree en mí, no morirá eternamente.
¿Crees esto?” (vv. 25-26). Poco despuésde que Marta reafirmó su fe, y luego quellegó María, otra hermana de Lázaro, Jesúsllamó a gran voz: “¡Lázaro, ven fuera!”Y éste salió de la tumba (vv. 27-44).Este episodio en la vida de Marta es unhermoso ejemplo de fe viviente, la clasede fe que Dios espera que tengamos a finde poder darnos la salvación. La fe viva yactiva es la confianza absoluta de queDios puede intervenir en nuestra vida yque lo hará. Nosotros podemos tener estaclase de fe. ¡Nosotros también podemoscreerle a Dios! Si lo hacemos, él estarásiempre con nosotros.En esta sociedad cínica y escéptica esmuy difícil encontrar una fe genuina, activay firme en el Dios de la Biblia. Peroesa fe, junto con las bendiciones que nostrae cuando la vivimos, está disponiblepara quienes realmente le creen a Dios.La fe es una convicción absolutaEn lo que se conoce como “el capítulode la fe”, se nos dice: “Es, pues, la fe lacerteza [el conocimiento seguro, claro yevidente] de lo que se espera, la convicción[el convencimiento pleno, absoluto]de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). La fees nuestra seguridad de que existen cosasque aún no podemos ver.En todo este capítulo se habla acercade personas reales que hace siglos fueronejemplos de lo que es tener fe. <strong>El</strong>los lecreyeron a Dios al grado de arriesgar susvidas, confiados en que él los salvaría olos resucitaría a la vida eterna en su Reino.<strong>El</strong>los creyeron, y su fe les dio la seguridadpara seguir a<strong>del</strong>ante.La fe verdadera no es una ilusión ni esel simple deseo de que todo salga bien.Es una convicción absoluta de que Diosestá profundamente interesado en nosotrosy que siempre nos dará lo que másnos convenga.Cada uno de nosotros puede tener estaclase de fe. De hecho, es necesario tenerlasi queremos honrar y amar a nuestroCreador, pues “sin fe es imposible agradara Dios; porque es necesario que el quese acerca a Dios crea que le hay, y que esgalardonador de los que le buscan” (v. 6).Este versículo explica dos aspectos <strong>del</strong>a fe. <strong>El</strong> primero es que debemos creerque Dios existe, que él es el único ser perfectamentejusto y que todo lo puede.Esto es algo que podemos comprenderpor medio de la magnificente creación físicaque nos rodea (Romanos 1:20). Luegodebemos creer que Dios finalmente recompensaráa quienes con toda humildadlo buscan y le obedecen.¿Por qué muchos carecen de fe?Mucha gente no tiene la fe de que senos habla en la Biblia debido a que nocreen ni ponen en práctica lo que Jesúsenseñó: “Si me amáis, guardad mis mandamientos”(Juan 14:15). La mayoría nisiquiera puede nombrar los Diez Mandamientos.Algunos suponen que Jesús obedecióesos preceptos por nosotros, de maneraque ya no tenemos que obedecerlos.Otros creen que lo que hagamos no importa,siempre y cuando sintamos “amor”por los demás.Mucha gente se aferra a conceptosequivocados sobre el mensaje de Jesús, elevangelio. Nuestro Salvador, quien vino apredicar el evangelio <strong>del</strong> Reino de Dios,nos dice: “¡Arrepiéntanse y crean las buenasnuevas!” (Marcos 1:15, Nueva VersiónInternacional). No obstante, muchísimosno han entendido nunca el verdadero<strong>El</strong> reformador Martín Lutero se refirióal libro de Santiago como una“epístola de paja”. Frustrado por la actitudde los dirigentes religiosos quedecían que esta epístola respaldaba susconceptos erróneos de que la gente seganaba la salvación por medio <strong>del</strong> dineroque daba a la iglesia, Lutero llegóa esta errónea conclusión. Quizá cansadoya de tanta discusión, no fue capazde entender esta epístola y no quisoaceptar lo que Santiago dijo cuandoafirmó que, necesariamente, las obrasdemuestran la fe.En la actualidad, muchos aplican incorrectamentelas palabras de Luteroporque no entienden las circunstanciasque las originaron. Martín Lutero vivióuna vida de castidad y dedicación, peroen ciertas ocasiones sus vehementespalabras y discusiones han sido sacadasde su contexto histórico con el fin dedisculpar estilos de vida desordenados.Jesucristo espera hechos —obras—de nosotros, pues él mismo declaró:“No todo el que me dice: Señor, Señor,entrará en el reino de los cielos, sino elevangelio que Jesús predicó, y los conceptoserróneos producen una fe defectuosa.Ya que la fe tiene que ver con buscaractivamente a Dios (Hebreos 11:6), debemosbasar nuestra fe en un conocimientocorrecto de la Palabra de Dios.(Si se interesa en saber más acerca <strong>del</strong>verdadero mensaje que Jesús enseñó, nosagrada ofrecerle, sin costo alguno parausted, el folleto titulado <strong>El</strong> evangelio <strong>del</strong>Reino de Dios.)Cambiar nuestra forma de vivir parasometernos a Dios —lo que en la Bibliase llama arrepentirse— se basa en la convicciónde que Dios intervendrá en nuestravida y, finalmente, nos dará la vidaeterna. Para poder recibir la salvación esnecesario tener fe, que implica tanto conocimientocomo acción. En resumidascuentas, Dios no va a darle la salvación aalguien que no le cree ni le obedece, puestal persona sólo se amargaría la vida eternamentea sí misma y a los demás. Por lotanto, si no tenemos fe verdadera, tampocotenemos esperanza.<strong>El</strong> libro de Santiago:¿Una ‘epístola de paja’?que hace la voluntad de mi Padre queestá en los cielos” (Mateo 7:21).En Hebreos 2:17 se nos dice que Jesucristoes nuestro sumo sacerdote misericordioso.Las obras y la gracia vande la mano. Santiago, un medio hermanode Jesús, escribió su epístola deacuerdo con las enseñanzas e instruccionesde Jesús. Él no sólo habló acercade las obras (Santiago 2:14-17), sinotambién acerca de la gracia (Santiago4:6) y dijo: “<strong>El</strong> Señor es muy misericordiosoy compasivo” (Santiago 5:11).En la Biblia, es clara e invariable la enseñanzade que la salvación es una dádivade Dios. Pero, aunque es una dádiva,algo que no nos podemos ganar, esnecesario que obedezcamos a Dios siqueremos recibirla.<strong>El</strong> apóstol Pablo escribió: “Por graciasois salvos por medio de la fe; y esto node vosotros, pues es don de Dios . . .somos hechura suya, creados en CristoJesús para buenas obras” (Efesios 2:8-10). Santiago lo resume de esta manera:“La fe sin obras es muerta” (Santiago2:20). BNNoviembre-Diciembre de 2000 15