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so en tiempos difíciles cuando nossentimos desalentados, este versonos asegura que Dios no condenaa Sus hijos en Cristo. Nada, de hecho,detendrá a Dios de amar a losSuyos (vv. 35-39). Ni las opinionesde otros, ni nuestros sentimientospersonales, ni los susurros deladversario pueden cambiar elhecho del amor de Dios. ¡Ésta esSu promesa!RealizándoloCosechar los beneficios de laspromesas de Dios no es siemprealgo automático. Nosotros podemosaceptar lo que Dios ofrece orechazarlo y perdernos la bendición.Si usted quiere poner laspromesas de Dios a trabajar en suvida, pruebe estos pasos:1. Familarizese con la granamplitud de las promesas de Diosy cómo podrían aplicarse a suvida. Usted hace esto escuchandoy leyendo la Palabra. Escuche losbuenos sermones. Comprométasea usted mismo al estudio personalde la Biblia. Escuche programacióny música Cristiana.2. Personalice una promesaespecial que aborde una necesidadactual. Piense en esa promesano como dirigida a todo creyenteen general, sino a usted personalmente.Trate de sustituir su nombrepara hacer esa promesa sólo parausted. Para mí, Filipenses 4:6, 7se leería de la siguiente manera:“Andy, por nada estéis afanoso,sino en todo por oración y ruego,con acción de gracias, y que laspeticiones de Andy sean delantede Dios; y la paz de Dios quesobrepasa todo entendimientoguardará el corazón y la mente deAndy en Cristo Jesús.”3. Espere que Dios cumplaesa promesa en su vida; vea yespere pacientemente cómo Él lohace. Recuérdese a usted mismoconstantemente lo que Dios haprometido sobre todo: “No te desampararé,ni te dejaré” (Hebreos13:5). Al concentrarse en estapromesa, usted combate la duda yla soledad.Para cumplir una promesa pornosotros, Dios a menudo revela loque debemos hacer para que estosuceda. El Salmo1, por ejemplo,dice ser como árbol plantado juntoa corrientes de aguas, que da sufruto en su tiempo, y su hoja nocae; y todo lo que hace, prosperará.Ésa es la promesa. Nuestraparte, dado en el mismo texto, esdeleitarse en la ley de Dios y meditaren ella diariamente. A travésde estos momentos de estudioy reflexión, Dios traerá la fuerzay la prosperidad a la realidad ennuestras vidas.Cuando declaramos y nosapropiamos de las promesas deDios, debemos tener cuidado deno ser presuntuosos, exigiendoque cumpla con Sus palabras.Ambos testamentos nos adviertende poner a nuestro Señor a prueba(Deuteronomio 6:16; Mateo 4:5-7). Recuerde que Dios cumpleSus promesas de acuerdo a Superfecta voluntad, y Él sabe lo quees mejor para nosotros. Podemosconfiar en que Dios tiene nuestromejor interés en su corazón.Cerca de DiosLa vida algunas veces nos vienecon gran intensidad: pérdida,incertidumbre, y decepción. Lasinterrogantes surgen en nuestrasmentes acerca de la fidelidad deDios. Aunque Sus promesas nosiempre vienen fácilmente en esasveces, sí pueden ser nuestro mapapara guiarnos a través de nuestrasluchas, moviéndonos más cerca aDios.Al tiempo de escribir esto, yatengo más de dieciocho mesesconsecutivos sin trabajo. Estoy muypreocupado ante la incertidumbreeconómica de mi familia. ¿Conseguiréempleo otra vez? ¿Quéocurre después del desempleo?¿Hay algo mal en mí? A menudollevo estas preocupaciones delantede Dios.Aunque no tengo ninguna respuestaclara, la preocupación hasido reemplazada por una calmainterna cuando me concentro enpromesas como Filipenses 4:6,7.A diferencia del pasado donde mepreocuparía y perdería el sueño,hoy tengo una paz sorprendenteque solamente Dios pude proveer.¡Él lo prometió! ABAndy y DebbieHassen tienencuatro niños yviven en Springfield,MO, dondeayuda en el serviciopastoral.Dios cumple Sus promesas de acuerdoa Su perfecta voluntad, y Él sabelo que es mejor para nosotros. Podemosconfiar en que Dios tiene nuestro mejorinterés en su corazón.Marzo-Abril 2011 • 15