EFEMÉRICES2010MARIO VARGAS LLOSA:UN NOVELISTA POLIÉDRICOSusana AgustínDoctora en Filología Hispánica. Profesora <strong>de</strong> Enseñanza SecundariaVargas Llosa recibiendo el nobel <strong>de</strong> Literatura 2010, enreconocimiento a toda su carrera.El mejor homenaje que a todo buen novelista se le pue<strong>de</strong>brindar es leer sus obras. Pero si a<strong>de</strong>más encuentra reconocidasu carrera con la concesión <strong>de</strong>l premio literario más importante,los homenajes se tornan en una sucesión <strong>de</strong> congresos,conferencias, encuentros, lecciones y <strong>de</strong>bates que bombar<strong>de</strong>aránal lector común y suscitará toda suerte <strong>de</strong> polémicasentre los especialistas. Pero cuando el escritor es nada menosque Mario Vargas Llosa, el homenaje se multiplica casi hastael infinito, tantas son las distintas lecturas que sus libros ofrecena todos los públicos, admiradores, profesores o estudiosos.El nuevo Nobel es autor <strong>de</strong> numerosas novelas, ya inmortalese intemporales, cuyo logro resi<strong>de</strong> en presentar el acontecimientomás extraordinario como lo más normal y verosímil<strong>de</strong>l mundo. La complejidad radica precisamente enofrecer lo sucedido con absoluta naturalidad. Porque su obrano sólo es inmensa y magnífica, también es poliédrica, cubista,en ocasiones, esperpéntica. Son muchas las páginas <strong>de</strong>Vargas Llosa en las que <strong>de</strong>scubrimos las huellas <strong>de</strong>lValle−Inclán más mo<strong>de</strong>rno.Uno <strong>de</strong> los aciertos incuestionables <strong>de</strong> Vargas Llosa consisteen mezclar a partes iguales dosis <strong>de</strong> realismo mágico yesperpento: ambos son dos buenos ingredientes con los queescribir una novela genial. Pero el Nobel no preten<strong>de</strong> <strong>de</strong>formarsistemáticamente el sentido trágico <strong>de</strong> la vida española,como lo hiciera Valle un siglo antes. La realidad que plasmael peruano ya está suficientemente <strong>de</strong>formada. Y <strong>de</strong> maneraharto sorpren<strong>de</strong>nte. Vargas Llosa no precisa <strong>de</strong> espejo cóncavoalguno: cualquiera le sirve para que el lector contemplela <strong>de</strong>formación grotesca <strong>de</strong> la civilización tal y como es.Maneja a la perfección ese doble código mediante el cualcaricaturiza la situación al tiempo que adquiere un significadomás profundo, cargado <strong>de</strong> ácida crítica e intención satírica.La novela no necesita más y así una <strong>de</strong> sus criaturasclama, pero ¿cuándo se nos jodió el Perú? Acaso el novelistano buscaba contestación alguna, tan solo que nos cuestionásemossi se trataba <strong>de</strong> una interrogación retórica. Aunqueseguramente la pregunta adquiere dimensiones más amplias,pues tiene más calado.Del mismo modo que Valle ahonda en los nuevos gustosy estilos que han traído consigo las vanguardistas cuando creasu esperpento, así Vargas Llosa indaga en una nueva estéticaliteraria. Parte <strong>de</strong>l boom <strong>de</strong> la narrativa hispanoamericana,aunque superándolo, pues coloca la narrativa en el siglo XXI.Su creador ha implantado un singular estilo en el que mezclarealidad y ficción. En algunas ocasiones resulta bien evi<strong>de</strong>nte,La tía Julia y el escribidor, La fiesta <strong>de</strong>l Chivo. En otras,no tanto: ¿Quién mató a Palomino Molero?, Lituma en losAn<strong>de</strong>s. A veces lo novelado eclipsa todo a su alre<strong>de</strong>dor, historiasreales o ficticias. Es el caso por ejemplo <strong>de</strong> Roger Casament,el complejo personaje <strong>de</strong> El sueño <strong>de</strong>l celta. O <strong>de</strong> Flora24 / FEBRERO 2011 CDL
Tristán y Paul Gauguin cuya entidad histórica queda trascendidaen El Paraíso en la otra esquina. La novela ha superadoal ser mortal, al individuo <strong>de</strong> carne y hueso, la creaciónnarrativa prevalece sobre el dato biográfico.Hombre atento, sensible e implicado con la época en quele ha tocado vivir, Vargas Llosa no duda en incorporar la técnicacinematográfica a su narrativa. Así el tiempo interno <strong>de</strong>la narración discurrirá <strong>de</strong> diferentes maneras a capricho <strong>de</strong>lnovelista, que como el director <strong>de</strong> cine juega con los planos,las secuencias y el montaje antes <strong>de</strong> ofrecer el resultado finala sus espectadores. Varias historias discurren paralelas en Latía Julia y el escribidor. Distintas acciones convergen enalgún punto en Conversación en La Catedral. Hilos narrativosse ocultan, aparecen, <strong>de</strong>saparecen y reaparecen <strong>de</strong> nuevoen Los cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> don Rigoberto. Algunas tramas se ofrecensuperpuestas o yuxtapuestas como en El Paraíso en laotra esquina y en La casa ver<strong>de</strong>. O bien un tiempo aparentementelineal oculta varias acciones, convergentes o divergentessegún el parecer <strong>de</strong>l escritor, que se pier<strong>de</strong>n una y otravez para reencontrarse en Travesuras <strong>de</strong> la niña mala. Peroen todo momento prevalece un elemento común que el novelistamaneja con especial maestría: la elipsis, recurso tambiénexcepcional <strong>de</strong> la pluma <strong>de</strong> Valle-Inclán. Nada sobra en lasobras <strong>de</strong> Vargas Llosa, ningún adjetivo, ninguna <strong>de</strong>scripción,ninguna reflexión. Todo está celosamente medido y la expectación<strong>de</strong>l lector va incrementándose con silencios, con acontecimientosque ya han pasado, aunque no los haya percibido,con sentimientos que irá <strong>de</strong>scubriendo poco a poco, consensaciones e impresiones que se revelan en pequeñas dosis.Indudablemente solo podíamos compren<strong>de</strong>r la complejidad yla riqueza <strong>de</strong> matices <strong>de</strong> Madame Bovary tras estudiar el análisisque Vargas Llosa nos ofrece. La gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> la elipsisen sus manos posibilita la creación <strong>de</strong> obras intemporales.Su maestría se <strong>de</strong>muestra en el uso <strong>de</strong>l estilo indirectolibre. Ningún lector entra en ningún momento en conflictocon los personajes, cuya conciencia queda <strong>de</strong>snuda y a la vista<strong>de</strong> todos. Antes al contrario, siente una mayor implicacióncon ellos. Ahonda en los matices que muestran sus etopeyasy profundiza en cuantas perspectivas se ofrecen. Los guiñosse suce<strong>de</strong>n en los diálogos. Asistimos a un coro en el que sedistingue una gran variedad <strong>de</strong> voces: se escucha el habla <strong>de</strong>los cholos, nos contagiamos con los diminutivos <strong>de</strong> los miraflorinos,sonreímos con sus huachaferías, <strong>de</strong>scubrimos giroscastrenses y percibimos los vulgarismos que pronuncian entredientes. Pero Vargas Llosa se nos presenta siempre elegante,nunca cae en lo soez, su dominio <strong>de</strong>l idioma es extraordinario.Nos manipula hasta convertirnos en cómplices <strong>de</strong> todosy cada uno <strong>de</strong> los narradores <strong>de</strong> sus obras. El lector queda asíatrapado en las re<strong>de</strong>s sabiamente tejidas por el novelista:cuando ha comenzado a leer alguno <strong>de</strong> sus libros, no pararáhasta llegar al final. Y todo esto lo consigue mediante la técnicay los temas que aborda. Porque son muchos los ángulosque su obra ofrece, los planos y las aristas que <strong>de</strong>scubre enuna misma obra. Las gran<strong>de</strong>s pasiones <strong>de</strong>l ser humano, amor,amistad, erotismo, sensualidad, fluyen junto a las mayoresmiserias que es capaz el hombre <strong>de</strong> infligir: miedo, terror, torturas,vilezas, vejaciones, ruindad, maldad, rencor, humillación,<strong>de</strong>spotismo... La riqueza temática en estas novelas adoptacarácter universal cuando aborda <strong>de</strong>terminados asuntos: los<strong>de</strong>rechos humanos, la abolición <strong>de</strong> la esclavitud, la libertad<strong>de</strong>l individuo, los nacionalismos, la lucha obrera, las dictaduras,la actuación <strong>de</strong> los servicios secretos a instancias <strong>de</strong>lEstado... Podría resultar <strong>de</strong>masiado <strong>de</strong>nso el resultado, peroel dominio <strong>de</strong> Vargas Llosa le lleva a dosificar el sentido <strong>de</strong>lhumor. Así unas veces provocará la carcajada, la sonrisa, serácaricatura o fina ironía.Cuando Mario Vargas Llosa regrese a la Feria <strong>de</strong>l Libro<strong>de</strong>l Retiro para firmar sus libros, muchos lectores le felicitarán.Por el Premio, cómo no. Pero también porque es el grannovelista <strong>de</strong> nuestra época, porque ha investigado en apuestasarriesgadas y ha intentado siempre nuevas fórmulas encada una <strong>de</strong> sus novelas jugándosela, porque ha sido valientey ha conducido la narrativa por los nuevos <strong>de</strong>safíos y la hacolocado ante un nuevo horizonte. Porque ha <strong>de</strong>mostrado, enfin, en cada una <strong>de</strong> sus entregas la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong>l poliédricoescritor que sin duda es. Vaya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquí nuestra enhorabuenapor tan merecido galardón. Y mientras suspiramos que porfin se ha hecho justicia, no <strong>de</strong>jamos <strong>de</strong> pensar en tantas horasinmersos en sus obras, tantas tar<strong>de</strong>s persiguiendo a la niñamala, viviendo en la casa ver<strong>de</strong>, visitando a don Panta, conversandoen La Catedral y últimamente, soñando con el celta.CDL FEBRERO 2011 / 25EFEMÉRICES2010