La Curia InformaEL APOSTOLADO PASIONISTAEN LAS GALERAS PONTIFICIAS DECIVITAVECCHIAP. Fabiano Giorgini, C.P.P. Paulino Alonso, C.P.22La ciudad de Civitavecchia, situada en el mar tirreno,- para los romanos Centumcellae por sus pequeñosdiques en la playa, llamados “celle/celdas/escolleras”-, fue conocida, ya en la época romana, por supuerto. Durante el Estado Pontificio llegó a ser labase más importante de las galeras pontificias en elmediterráneo por el comercio, las operaciones militaresy el trasporte de viajeros, hasta ser consideradacomo el puerto de Roma. Para comprender mejorel apostolado de los pasionistas es útil recordar quela tripulación de las galeras se componía de marineros,bombarderos, soldados y remadores, en totalhasta 500 personas en cada galera. Los remadoreseran los condenados por delitos a los trabajos forzadosde los remos y estaban amarrados con una cadenaa un pie.Los pasionistas conocían muy bien, desde los orígenesde la Congregación, el puerto de Civitavecchia.El fundador llegó la primera vez en septiembre de1721, San Vicente Mª Strambi nació en 1745 yMons. Tomás Mª Struzzieri desde Civitavecchiazarpó a Córcega en 1769, volviendo 10 años mástarde.Apostolado de la Congregaciónen la ciudad deCivitavecchiaLos pasionistas, a la vez queevangelizaron al personal delas galeras pontificias, realizaronnumerosos ministeriosapostólicos en la ciudad. En1742 S. Pablo de la Cruz y suhermano Juan Bautista predicaronuna misión con sumoprovecho de la población yganaron para la Congregaciónal P. Marco Aurelio Pastorelli.Predicaron otra misión en1746 y un triduo en 1767. En la misión de 1773, enla que participó San Vicente Mª Strambi, ante laafluencia de un numerosísimo gentío, fue necesariopredicar en la plaza de S. Juan. En esta misión algunosjóvenes decidieron abrazar la vida religiosa.Después de la muerte de S. Pablo de la Cruz seispasionistas misionaron en 1783 la población deCivitavecchia, incluyendo los ejercicios espiritualesal clero. En 1845 predicaron otra misión en las iglesiasde S. Francisco y de Santa María. El cardenalMacchi, obispo de Civitavecchia, sede episcopaldesde 1825, vino desde Roma para asistir a lamisión. Recibió a los misioneros delante de la puertamayor de la Iglesia con un conmovedor discursoy asistió todas las tardes en San Francisco. Grandefue la participación en las predicaciones y en lasconfesiones. Los hijos de la Pasión predicaron dosveces los ejercicios públicos, en 1850 y en 1853 apetición del cardenal Lambruschini en ocasión deljubileo. La iglesia fue incapaz de contener los feligreses,debiéndose quedar los misioneros variosdías para poder cumplir con los penitentes.Los misioneros pasionistas predicaron los ejerciciosespirituales en el seminario, erigido en 1828, por lomenos cuatro veces: 1842,1843,1847 y 1899. Elcardenal Macchi, obispo de Porto y Santa Rufina yde Civitavecchia, pidió al P. Antonio Testa un religiosopara predicar los ejercicios espirituales alSínodo diocesano, celebrado en los días 28-30 demayo de 1846. El Superior General designó alBeato Lorenzo Mª Salvi que predicó en la capilladel seminario presentesel CardenalMacchi, Mons.Bocci, obispo sufragáneo,los dos vicariosgenerales, loscanónigos de la catedraly de la colegiatade Castelnuovo, los19 arciprestes, lossuperiores religiososexistentes en la diócesisy los alumnosdel seminario.En el orfanato deCivitavecchia, regentadopor las Maestras Pías, los pasionistas predicaronlos ejercicios, entre los años 1840-1857, por lomenos siete veces; y, en los años 1847-1862, cuatroveces a las niñas de primera comunión.Civitavecchia, Muelle del Lazzaretto Boca de Poniente
La Curia InformaLa predicación en las galeras pontificiasEn 1758 cuatro pasionistas predicaron dostriduos en las galeras pontificias con ocasión deljubileo promulgado por Clemente XIII. La primeraverdadera misión fue, por encargo de ClementeXIV, en 1772. Los misioneros: PP. Juan BautistaGorresio, Vicente Mª Strambi y Antonio Galvagno,quedaron profundamente impresionados viendo la“grandísima necesidad de aquella pobre gente /que/no quería confesarse sino con los pasionistas”. Lospresos eran 1896, por lo que fue necesario quevinieran a ayudar en las confesiones los capitularesque estaban llegando a Tarquinia, debiéndosepostergar el capítulo de la Provincia de laPresentación hasta el final de la misión. Entre lospresos se encontraban 136 turcos, de los que algunosse convirtieron a la fe cristiana y fueron enviadosa Roma para preparárseles al bautismo. Como elP. Juan María escribe en los Anales, para los misionerosuna misión “de muchísimo trabajo y muynotable sufrimiento”, pero se consiguieron “conversionesmaravillosas”.Más famosa y espectacular fue la misión de1783, pedida por el Cardenal Vicario de su Santidady por el Cardenal Secretario de Estado, predicadapor 10 misioneros, dirigidos por el P. Juan BautistaPorta, consultor general. Siendo el mes de noviembrelos misioneros no siempre pudieron predicar alabierto, por lo que tuvieron que distribuirse en lascinco galeras.Todos los misioneros estaban bien preparados,comprometiéndose con voluntad y fervor, aayudar a los cerca de 3000 “pobres presos”. Causóprofunda admiración la heroicidad de la conductadel P. Bartolomé Pepini. Nacido en Andonno(CN)en 1727 y profesado en 1759, fue un religioso degran caridad. En la misión se dedicó con todas susfuerzas a confesar y aliviar a los pobres condenados,hasta llegar a ser considerado “un mártir de losgaleotes”. De hecho había llegado aCivitavecchia con fama de santo.Desde su infancia se dedicó a la contemplacióny era conocido como“hombre de oración”. La contemplaciónera para él la ocupación másagradable de su corazón y, a su vez,llegó a ser un verdadero especialistacomo confesor en los retiros y en lasmisiones. Era conocido dentro y fuerade la Congregación como un extraordinarioservidor de los pobres queamaba con todo el ardor de su caridad.Se le había escapado en una ocasión, que deseabaayudar a los galeotes, y morir en una galera y Diosle concedió realizar estos deseos. Andando a lamisión tenía el presentimiento que aquella sería laúltima y así se lo decía a los demás: “sé que voy ala muerte, pero voy contento, porque voy a morirpor obediencia”. Con esta disposición heroica, todoel tiempo que le quedaba libre de sus obligacioneslo empleó en la asistencia a los galeotes, escuchandosus confesiones con invicta paciencia y caridady, si le avanzaba el tiempo, se dirigía al hospital paraasistir a los presos enfermos.Durante la misión se enfermó de gastritis ypulmonía o pleuritis, enfermedades contraídas en elejercicio de las confesiones en el hospital. A pesarde los remedios, el 4 de noviembre de 1783 entregósu alma al Señor. En la celebración de las exequiaslos galeotes, agradecidos al siervo de Dios, que porayudarles había contraído la enfermedad, comprarontreinta antorchas, para que ardieran en su funeral,y en las galeras recitaron en su sufragio tres oficiosde difuntos. Para secundar su petición fueenterrado en la iglesia de la muerte en el cementeriode los galeotes e inscrito en la cofradía de la buenamuerte.Durante la misión también los condenados predicarona los misioneros. Estos, de hecho, quedaronadmirados viéndoles su humildad y compunción,dando señales de una verdadera conversión. Aunquecargados de pesadas cadenas, estaban, por propiainiciativa, las noches en pie, para poder recibir elSacramento de la Reconciliación, algunos más deuna vez. En esta ocasión, seis o siete esclavos turcosdeclararon querer convertirse al cristianismopidiendo ser instruidos en la fe cristiana.Diez pasionistas predicaron una terceramisión en el mes de marzo de 1795. A continuaciónpredicaron durante ocho días los ejercicios espirituales“a la tropa de Civitavecchia”. Los dos ministeriosprodujeronun frutomuy abundantey se advirtieronconversionesmaravillosas.Elgasto total deestos ministeriosfue de120 escudos y88 céntimospagados por laCámara Apostólica.Civitavecchia, el Arsenal y la Capitanía del Puerto23