naturaleza dominicana - Grupo Leon Jimenes

LA NATURALEZA DOMINICANA • ÁMBARPor un pedazo de ámbar de este tipo los museosdel extranjero han pagado miles de dólares.Yo conocí a un muchacho, antiguo minero deámbar, que ahora vive holgadamente porque aldarse cuenta del interés de esos museos, pedazode ámbar que sacaba y en el cual advertía la presenciade animal o de planta, era pedazo de ámbarque ni por asomos llevaba a vender a los artesanosnativos, sino que lo guarda para proponérselo amuseos. Y mientras llega la compra, los tiene depositadosen un banco, por lo mucho que valen.Incluso ha viajado a Alemania y otros países paracerrar estos tratos.Y ahora una advertencia: como en la viña delSeñor hay de todo, no faltan algunos artesanos pícarosque por encarecer la mercancía le ofrecen alcliente piezas de ámbar con una abeja adentro.No se le ocurra comprarlas, porque son piezasfalsificadas; y no precisamente de ámbar sino desustancias plásticas que se asemejan al ámbar.La abeja que presentan es nuestra abeja común,la del apiario o del panal silvestre, que es de la especieApis mellifera, traída de Europa después delDescubrimiento por los españoles, apenas quinientosaños atrás. Es la abeja del Quinto Centenario(1992) que estamos a punto de celebrar, y dela cual, antes de eso, no había un solo ejemplar enningún punto de América.¿Cómo puede, entonces, contener abejas unámbar que se formó 20 millones de años atrás?En nuestro continente había otra clase de abejas.Las del grupo de las Meliponas, por ejemplo.Abejas sin aguijón, que no pican y que no hacentanta miel como las otras. Con panales construidosde manera totalmente distinta.Estas son exclusivas del Nuevo Mundo. Del mismomodo que las otras lo fueron del Viejo Mundoy están aquí sólo porque las trajeron.Y a propósito: yo le he preguntado al profesorMarcano si aquí hay Meliponas, y él me ha dichoque no. Que nunca se han visto. Aunque es probable—añade— que las haya habido antes, porquecuando en un texto de alguno de los cronistas deIndias el autor mienta abejas, seguramente que lasconfundió con Meliponas, que son las de América.Pero si hubo, desaparecieron.Y precisamente el ámbar confirma que las hubo.Por lo menos 20 millones de años atrás. Porquedel grupo de las Meliponas es uno de los insectoshallados en un trozo de ámbar dominicano.Un dato final: el ámbar procede sobre todo de lasraíces del algarrobo, que es donde más resina daesa planta.Entre los animales encontrados en ámbar secuentan los diminutos pseudoescorpiones.Con esta particularidad: todas las piezas en queaparecen, contienen también hormigas. Y es casiseguro que sean especies tanto de hormigas comode pseudoescorpiones, de las que prefieren vivir debajode las piedras. En tal caso, pueden quedar fácilmenteembebidas en la resina fresca, si la plantaque dio el ámbar produce resina en la raíz, comoes el caso de Hymenaea courbaril.(1º oct., 1988, pp. 10-11)29