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8 AQuí y allámiércoles 3 junio 2009CuenterosSección para los escritores latinoamericanosEn tres tiemposEl despertarEs una espera y ella lo sabe. Dejó crecer su cabello parasentir cómo le susurraba al oído en las tardes de muchoviento, cuando perdía conciencia de lo cercano y se dejabaseducir por los últimos recuentos de luz. Para entonces habíaolvidado la imagen que intentaba retraer a su mente yconfundía en su cabeza otras que la falseaban. No importa,se dijo, al fin volveré a entrar por la espiral de mi memoriahasta recuperar lo que habita, seguramente, oculto detrásde los velos que yo misma he dejado caer.Este día salió antes. Había despertado con esa sensaciónque imprime a flor de piel los olores, humedades y cariciasgeneradas en las profundidades de los sueños. También sabíaesto, pero no quiso hacerlo consciente. Por ahora noimportaba. Aspiró la frescura tempranita y sin pensarloapretó el paso por el mismo camino de todos los días. Recorriódos cuadras y dobló en la esquina hacia la izquierda.Al entrar al edificio, su pensamiento aún seguía atado a lospasajes oníricos. Saludó a Don Roberto, quien notó la lejaníade su miranda.- Buenos días Lupita ¿estás bien?- Sí Don Rober, gracias ¿llego tarde?- No. Es más, todavía no hay un alma por aquí excepto lamía y ahora la tuya.- Bueno, pues aprovecharé este tiempo. Hasta luego.Subió la escalera hacia el primer piso y fijó su vista en elviejo reloj que avanzaba, con un cansancio rítmico, el segundero.Diez para las siete. Un profundo suspiro llenó elespacio, mientras un delgado hilo de luz se colaba por lapuerta entreabierta de la oficina. Por él treparon velozmentelos recientes sueños. Durante el resto del día, tres lágrimascorrieron permanentemente escaleras abajo. Sin saberpor qué, Don Roberto estuvo secando los charcos con lafregona vieja.El ocaso.Este espacio es tuyo. Envíatus cuentos -que no debensuperar las 600 palabras,3000 caracteres- y una fotografíaa: cuenteros@aqui-online.com.Los cuentos seleccionadosserán publicados en estasección.El moribundo crepúsculo todavía permitía ver el color violáceode las hortensias del patio. Había pasado la tarde sabatinaregando por horas y con sumo cuidado cada una delas macetas, como para que el líquido vital durara una ausenciatotal. Terminó la faena sin darse cuenta y guardó losaparejos. Hacía un viento cálido y las ramas de los árbolesreflejaban su suave baile en el pequeño estanque que habíaal centro del espacio. Con descuido atisbó el movimiento desus compañeros en el plomizo espejoacuático y sintió brincar sobre su cuerpoal mismo aire que provocaba la danza.Decidió repentinamente bañarse acompañadade los ilusorios acordes. Se desnudóde golpe y se sumergió hasta lacintura en el agua clara. El cielo gris lamiró con curiosidad. Una marisma deplata rodeaba la escultura, a la que losbrazos de los árboles peinaban su largopelo mojado. En los últimos instantesdel ocaso los dedos de sus pies se movieronpor algunos segundos. Soñó.El serenoEl mismo aire que hacía diez años acariciaba sus orejas bajabaahora a saltos por su larga trenza. Sentada sobre el pastohúmedo, la espera continuaba pegada a sus ropas, perfumandosu piel con aromas lozanos.-¿qué piensas hoy?, susurró el sereno, envolviendo su cuerpocon tibieza.- No pienso, sólo espero.A la respuesta cotidiana siguió una languidez total, como siel despojo de la conciencia tendiera un puente entre distintasrealidades. Se acostó despacio sobre la hierba para permitir,sin asomo de voluntad, la entrada lenta y dulce de lasemociones, vertidas en escenarios similares a los que acompañaronlas casi infinitas noches de Scherezada. Pudo entoncespercibir el olor del almizcle y la luz amarillenta ydébil de las lámparas de aceite. Desplegó sus alas para volarentre las agitadas luciérnagas. Escuchó los cantos de las ballenasy supo de las húmedas profundidades. Vistió telastransparentes y calzó zapatillas doradas para moverse dentrode las carpas del amor.Despertó sonriendo apaciblemente en la oscuridad. Hizoentonces un imaginario collar de azahares con los racimosde rocío que en triple hilada colgó de su pecho desnudo.Embelesado, el sereno levantó delicadamente su cuerpo y lasedujo. Ella volvió a sonreir.María Elena Ruiz GallutCápsulasEspectáculosLa periodista peruana Mary Sjoo pasa de estadounidenseUnivisión a TVPerúLima. Después de diez años en la cadenatelevisiva Univisión, la periodistaperuana Mary Sjoo vuelve a su patriacontratada por TVPerú, para hacersecargo del segmento Misceláneadentro del bloque informativo “Lasmañanas informativas”. Antes de volvera tierra Mary trabajó como asistentedel programa “Sábado gigante”del popular Don Francisco y en elprograma “El Gordo y la flaca”, haciendoentrevistas a artistas y notascuriosas. “Mi estilo, dijo Mary Sjoo,será eminentemente informativo”.EspectáculosEcuatorianos finalistas en Natgeo en el concurso musicalde National GeographicQuito. La agrupación ecuatoriana queparticipó con el tema ‘La Tierra noestá bien’, en un concurso musical deNational Geographic por el Día de laTierra (22 de abril), quedó dentro delos 10 finalistas de entre 11 mil 500temas de todo el mundo.Al comentar el hecho y a nombre desu grupo, el baterista de la banda, lacónicoy con humildad se limitó a decir:“Nos queda la satisfacción de queestamos haciendo las cosas bien y talcomo nos las planteamos al unirnospara hacer música”.LiteraturaPremian a Aída Trujillo, nieta del dictador RafaelLeonidasTrujilloSanto Domingo. La novela “A la sombrade mi abuelo”, de Aída Trujillo,nieta del dictador Rafael LeonidasTrujillo, fue premiada la Secretaría deCultura del gobierno dominicano. Eljurado estuvo integrado por el mexicanoJorge Volpi, el salvadoreño ManlioArgueta y el dominicano RobertoMarcallé Abreu. No es la primeraobra literaria que se escribe sobre Trujillo.El laureado escritor peruanoMario Vargas Llosa dedicó a este personajeuna de sus últimas novelas: Lafiesta del chivo.Artes plásticasLa artista colombiana Catalina Mejía participa en elPremio Luis CaballeroBogotá. Con Palabraimagen imagenpalabra’,la artista Catalina Mejía,participa en el Premio Luis Caballero,el galardón más importante para artistasplásticos colombianos mayoresde 35 años. Esta propuesta permite asus visitantes verse reflejados “paraque ellos también participen”’, señalaMejía, quien presenta 24 placas metálicasde 2,44 metros de alto por unmetro de ancho (muestran un collagede libros de arte, como si estuvieranexpuestos en una biblioteca).aQuíwww.aqui-online.com|redaccion@aqui-online.com| Para tu publicidad contáctanos: publicidad@aqui-online.com