12.07.2015 Views

orientaciones para una teología de los sacramentos - Selecciones

orientaciones para una teología de los sacramentos - Selecciones

orientaciones para una teología de los sacramentos - Selecciones

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

COR TRAETS, S. J.ORIENTACIONES PARA UNA TEOLOGÍA DE LOSSACRAMENTOSOrientations pour une théologie <strong>de</strong>s sacrements, Questions Liturgiques, 53 (1972) 97-118IntroducciónEl fin <strong>de</strong> este artículo no es esbozar un tratado <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong> a gran<strong>de</strong>s rasgos, nitampoco elaborar todos <strong>los</strong> principios básicos sobre <strong>los</strong> que <strong>de</strong>bería construirse estetratado. Nos proponemos simplemente llamar la atención sobre algunos principios apartir <strong>de</strong> <strong>los</strong> cuales creemos que <strong>de</strong>be concebirse <strong>una</strong> teología sacramental y sobrealgunos aspectos <strong>de</strong> esta teología que en nuestros días <strong>de</strong>ben subrayarse. Lo haremos<strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista no sólo especulativo, sino también <strong>de</strong> catequesis <strong>de</strong> <strong>los</strong><strong>sacramentos</strong>.Hemos tenido en cuenta, en primer lugar, a aquel<strong>los</strong> teólogos que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace muchosaños han contribuido a <strong>una</strong> mejor inteligencia <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong>. Citamos a dospioneros: E. Schillebeeckx y K. Rahner. El primero ha empalmado la teologíasacramental con las concepciones <strong>de</strong>sarrolladas por la tradición <strong>de</strong> <strong>los</strong> Padres <strong>de</strong> laIglesia y por santo Tomás; ha clarificado, a<strong>de</strong>más, el sacramento a partir <strong>de</strong> la realidad<strong>de</strong>l encuentro. El segundo ha iluminado la dimensión eclesial <strong>de</strong>l sacramento y haintentado integrarlo en la totalidad <strong>de</strong> la existencia cristiana.También nos ha parecido necesario tomar en consi<strong>de</strong>ración las cuestiones que <strong>los</strong>creyentes actuales se plantean a propósito <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong> y <strong>los</strong> problemas que éstosles acarrean. Muchos fieles se esfuerzan por llevar <strong>una</strong> vida sacramental auténtica. Peroen muchas ocasiones, <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong> les suscitan un malestar real, porque no acaban<strong>de</strong> ver el sentido que tienen en el compromiso <strong>de</strong> la fe y en la realización <strong>de</strong> lasalvación.Se dan a un tiempo renovación y malestar; malestar a pesar <strong>de</strong> la renovación. Lasituación es <strong>para</strong>dójica. Ratzinger la ha formulado así: "por <strong>una</strong> parte, se ha llamado anuestro tiempo el siglo <strong>de</strong> la Iglesia; se le podría llamar también siglo <strong>de</strong>l movimientolitúrgico y sacramental. Porque el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> la Iglesia, hecho entre las dosguerras mundiales, <strong>de</strong>scansa sobre el re<strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> las riquezas espirituales <strong>de</strong> laliturgia antigua y sobre el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong>l principio sacramental... Pero esto no esmás que un aspecto <strong>de</strong> la situación. Pues nuestro siglo <strong>de</strong>l movimiento litúrgico y <strong>de</strong> larenovación <strong>de</strong> la teología sacramental vive, al mismo tiempo, <strong>una</strong> crisis <strong>de</strong> "<strong>los</strong>acramental", un malestar ante la realidad <strong>de</strong>l sacramento, cuya fuerza y agudizamientono han tenido, sin duda, prece<strong>de</strong>nte en el seno <strong>de</strong>l cristianismo".Nuestra exposición constará <strong>de</strong> cinco partes: las dos primeras tratan <strong>de</strong> lo que constituyeel fundamento <strong>de</strong>l sacramento: su aspecto antropológico y religioso, su aspectoteológico y dogmático. Añadimos otras tres consi<strong>de</strong>raciones muy breves: el papel <strong>de</strong> lafe en el sacramento; las relaciones entre tradición y renovación; las aportacionesenriquecedoras <strong>de</strong> <strong>los</strong> contactos ecuménicos.


COR TRAETS, S. J.Función <strong>de</strong> lo simbólico en la vida humanaAl hombre occi<strong>de</strong>ntal le resulta difícil dar en su vida el lugar que le conviene alcomportamiento <strong>de</strong>signado con el nombre <strong>de</strong> acción simbólica. Nuestra mentalidadlleva la marca <strong>de</strong> un empobrecimiento <strong>de</strong> la actitud hacia lo real: las cosas y laspersonas. Consiste en un estrechamiento <strong>de</strong> la percepción; reducimos las cosas y <strong>los</strong>acontecimientos a lo que nosotros verificamos por medio <strong>de</strong> <strong>los</strong> a<strong>para</strong>tos <strong>de</strong> medida. Larealidad, cuantitativamente objetivada, con frecuencia se reduce a objeto <strong>de</strong> trabajo y <strong>de</strong>manipulación. De esta manera es difícil percibir el mundo concreto, visible y sensiblecomo signo, revelación <strong>de</strong> <strong>una</strong> realidad no-medible, más profunda y más plena, sobre laque no tenemos asi<strong>de</strong>ro. Correlativamente reina <strong>una</strong> <strong>de</strong>sconfianza muy comprensible <strong>de</strong>cara a toda experiencia <strong>de</strong> la trascen<strong>de</strong>ncia y <strong>de</strong> lo trascen<strong>de</strong>nte.Sin embargo, muchos filósofos, especialistas <strong>de</strong> psicología religiosa y <strong>de</strong> historia <strong>de</strong> lasreligiones han re<strong>de</strong>scubierto el papel esencial <strong>de</strong> la función simbólica en la vidahumana. Sus trabajos aportan a la teología sacramental <strong>una</strong> ayuda preciosa. Es necesarioque la actitud <strong>de</strong> contemplación y <strong>de</strong> acogida, inse<strong>para</strong>ble <strong>de</strong> la percepción simbólica,vuelva a ser practicada. Se trata <strong>de</strong> llevar nuevamente a <strong>los</strong> hombres a hacer <strong>una</strong>experiencia tal <strong>de</strong> la realidad vívida por el<strong>los</strong> que <strong>de</strong>scubran progresivamente en ella lamanifestación <strong>de</strong>l fundamento último y verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> la existencia que nosotrosllamamos Dios. Así estarán pre<strong>para</strong>dos <strong>para</strong> participar en <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong>.Y <strong>de</strong> aquí se <strong>de</strong>duce ya <strong>una</strong> conclusión: <strong>para</strong> la iniciación en <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong> no bastaapelar a la psicología o a la teología. La iniciación comienza ya en el modo <strong>de</strong>relacionarse con las cosas.¿Pérdida <strong>de</strong> la capacidad simbólica?No todos están <strong>de</strong> acuerdo en la pérdida <strong>de</strong> la capacidad simbólica. De hecho se sigueempleando el lenguaje <strong>de</strong> <strong>los</strong> símbo<strong>los</strong>: se expresa la amistad, por ejemplo, ofreciendoflores, invitando a un banquete... El filósofo holandés Verhoeven <strong>de</strong>clara que "elsímbolo auténtico ha conservado en la vida actual la importancia que tenía en laantigüedad, y esto no solamente en la vida, sino también en el pensamiento que <strong>de</strong> ellaresulta". Vale la pena recalcar que el interés por <strong>los</strong> símbo<strong>los</strong>, también por <strong>los</strong> símbo<strong>los</strong>religiosos, se ha renovado. El hecho va acompañado <strong>de</strong> <strong>una</strong> nueva sensibilidad <strong>para</strong> laexperiencia <strong>de</strong> la trascen<strong>de</strong>ncia, aunque realizada fuera <strong>de</strong>l dominio <strong>de</strong> la religión oficial(pensemos, por ejemplo, en el Jesus-Movement).Este fenómeno se podría atribuir a que, en la religión cristiana, <strong>los</strong> símbo<strong>los</strong> han perdidofuerza bajo el influjo <strong>de</strong> las ten<strong>de</strong>ncias racionalistas <strong>de</strong> <strong>los</strong> últimos sig<strong>los</strong>. La teologíasacramental se ve tentada <strong>de</strong> reducir a conceptos unívocos, <strong>una</strong> realidad que esesencialmente polivalente y más rica.Esta <strong>de</strong>sviación amenaza la celebración sacramental misma al prodigar en exceso lasexplicaciones y las enseñanzas. Hay que volver a dar al símbolo -reducido a un gestotímido- su riqueza original.


COR TRAETS, S. J.Ritualismo y compromisoLos <strong>sacramentos</strong> son celebraciones rituales. La acción simbólica está fijada <strong>de</strong> <strong>una</strong>forma bastante tradicional y hierática. Este ritualismo ha provocado <strong>una</strong> reacción. Pero,como se ha escrito recientemente, J os comportamientos <strong>de</strong> reacción, dado que proce<strong>de</strong>n<strong>de</strong> <strong>una</strong> actitud negativa, no pue<strong>de</strong>n conducir más que al empobrecimiento". Por esto hayque estimular el sentido <strong>de</strong>l comportamiento ritual. Hay que mostrar a <strong>los</strong> fieles, y quizámás particularmente a <strong>los</strong> jóvenes, que el hombre en su vida recurre a <strong>los</strong> ritos porqueéstos -precisamente por sus formas estables- favorecen e incluso realizan el compromisoy la comunión interpersonal. Viviendo el gesto ritual reconocemos que toda situaciónvivida auténticamente por nosotros compren<strong>de</strong> algo más que el resultado <strong>de</strong> nuestraacción y <strong>de</strong> nuestro esfuerzo.Al mismo tiempo cabe llamar la atención sobre la función <strong>de</strong> las instituciones<strong>de</strong>positarias <strong>de</strong> <strong>los</strong> ritos. Contribuyen a estimular tanto <strong>los</strong> cambios como lasexperiencias personales. La Iglesia, en concreto, nos posibilita encontrarnos en <strong>una</strong>misma comunidad <strong>de</strong> salvación, adherirnos a <strong>una</strong> misma comunidad <strong>de</strong> fe, compartir através <strong>de</strong>l tiempo y <strong>de</strong>l espacio su experiencia. Pero, por otra parte, hay que tomarconciencia <strong>de</strong> <strong>los</strong> peligros <strong>de</strong> ritualismo que pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>gradar el comportamiento <strong>de</strong> <strong>los</strong>individuos y <strong>de</strong> las instituciones mismas.Acceso a la trascen<strong>de</strong>nciaHemos hablado ya <strong>de</strong> la renovación que experimenta en nuestros días la experiencia <strong>de</strong>la trascen<strong>de</strong>ncia; La novedad consiste en que la trascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la existencia seexperimenta menos exclusivamente que en el pasado en la naturaleza cósmica como tal,y más en el contacto humano con las cosas y en la participación con otros hombres <strong>de</strong><strong>una</strong> condición común; no tanto en circunstancias extraordinarias y más en <strong>los</strong>acontecimientos concretos <strong>de</strong> la vida.¿Cómo pue<strong>de</strong> ser provechosa esta sensibilidad <strong>para</strong> el conocimiento y la práctica <strong>de</strong> <strong>los</strong><strong>sacramentos</strong>? En primer lugar, el acontecimiento sacramental será vivido, másconscientemente que en el pasado, como <strong>una</strong> acción <strong>de</strong> la comunidad. A<strong>de</strong>más, surelación con la vida real concreta aparecerá <strong>de</strong> forma más explícita. Se habrá <strong>de</strong>subrayar, al mismo tiempo, el carácter trascen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la dimensión específicamentecristiana.Por ser celebración <strong>de</strong> nuestra existencia cristiana <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong> hacen posible laexperiencia <strong>de</strong> la que acabamos <strong>de</strong> hablar. Pero muchos se preguntan: ¿qué influenciareal pue<strong>de</strong> ejercer en la vida concreta esta celebración, esta escenificación sagrada conayuda <strong>de</strong> palabras y símbo<strong>los</strong>? En la confrontación con <strong>los</strong> problemas <strong>de</strong>l mundo, ¿no<strong>de</strong>bemos acudir sobre todo a un análisis social y político <strong>de</strong> las situaciones en que nosencontramos y a un compromiso?Una teología sacramental no se pue<strong>de</strong> dispensar <strong>de</strong> tratar en sus prolegómenos la pluridimensionalidad<strong>de</strong> la existencia.La acción directa es necesaria. Pero la vida humana no comporta solamente estructurassociales y políticas. La realización <strong>de</strong> nuestra vocación humana y cristiana exige algo


COR TRAETS, S. J.más. Por esto -en la misma vida profana- sentimos a interva<strong>los</strong> regulares la necesidad <strong>de</strong>momentos <strong>de</strong> fiesta, <strong>de</strong> celebraciones. Muchos elementos, plenos <strong>de</strong> sentido, contenidosen estos momentos <strong>de</strong> fiesta, clarifican y realizan nuestra existencia. En el<strong>los</strong>advertimos que no son tanto resultado <strong>de</strong> nuestros propios esfuerzos y análisis cuanto undon que se nos ofrece.De esta manera nos encontramos pre<strong>para</strong>dos <strong>para</strong> el sacramento propiamente dicho,<strong>para</strong> un acontecimiento en el que, <strong>de</strong> <strong>una</strong> manera explícita, alabando a Dios y dándolegracias, celebramos el misterio <strong>de</strong> nuestra re<strong>de</strong>nción y <strong>de</strong> nuestra salvación en Cristo,anticipando su acabamiento final.REFLEXIÓN TEOLÓGICA Y DOGMÁTICAPara compren<strong>de</strong>r lo que es un sacramento cristiano no bastan las consi<strong>de</strong>racionesantropológicas. Los <strong>sacramentos</strong> nos ponen en relación con Cristo y su salvación. Porconsiguiente, hemos <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong> a partir <strong>de</strong> la economía <strong>de</strong> la salvacióncristiana, conforme a lo que po<strong>de</strong>mos enten<strong>de</strong>r por la Escritura y por la reflexiónulterior <strong>de</strong> la Iglesia. Esta es la tarea propia <strong>de</strong> la reflexión teológica y dogmática.Pero esta tarea y la <strong>de</strong> las ciencias humanas son complementarias. Existe <strong>de</strong> la <strong>una</strong> a laotra <strong>una</strong> continuidad discontinua. Cristo aporta, superando toda expectativa, larealización <strong>de</strong> todas las esperanzas humanas y <strong>de</strong> todas las revelaciones divinas. Elsacramento aparece entonces como la acción simbólica religiosa en que nuestraexistencia es asumida en la historia <strong>de</strong> salvación originada en Cristo. Afirmar estacomplementariedad en la práctica, es tarea ardua. Se trata <strong>de</strong> construir <strong>una</strong> teologíasacramental en la que <strong>los</strong> datos <strong>de</strong> las ciencias humanas no figuren sólo como uncapítulo preliminar, sino que acompañen y sostengan la reflexión dogmática en todos<strong>los</strong> puntos.Sacramentos y vida cristianaEn primer lugar hay que situar <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong>, a nivel <strong>de</strong> la reflexión dogmática, en elmarco <strong>de</strong> la totalidad <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> pertenencia a Cristo, ya que nuestra pertenencia aCristo se <strong>de</strong>spliega en gran parte fuera <strong>de</strong> las celebraciones sacramentales.Ahora bien, "no se pue<strong>de</strong> negar que la conciencia religiosa media <strong>de</strong> <strong>los</strong> últimos sig<strong>los</strong>ha i<strong>de</strong>ntificado, casi instintivamente, la acción <strong>de</strong> la gracia con la acción sacramental".Los <strong>sacramentos</strong> parecían el único medio <strong>de</strong> encuentro con la salvación <strong>de</strong> Cristo. Deaquí se ha producido un verda<strong>de</strong>ro aislamiento <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong>. El cristiano <strong>de</strong>bía, <strong>de</strong>alg<strong>una</strong> manera, <strong>de</strong>jar su vida profana <strong>para</strong> encontrar a Dios en el contexto <strong>de</strong> <strong>una</strong>celebración sacramental. Pero el cristiano <strong>de</strong> hoy tiene un sentido muy agudo <strong>de</strong>l valor -.y también <strong>de</strong>l valor cristiano- <strong>de</strong>l mundo concreto en el que vive y trabaja. Le resultamuy difícil pensar que su experiencia cristiana alcanza su punto culminante en el ámbitosegregado <strong>de</strong> las celebraciones sacramentales.Los <strong>sacramentos</strong> cristianos encuentran su realización a partir <strong>de</strong> la vida misma. En lamedida en que vivimos nuestra vida entera en unión con Cristo, la vida nos pre<strong>para</strong> a lacelebración <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong>, y nosotros <strong>los</strong> celebramos <strong>para</strong> <strong>de</strong>scubrir más


COR TRAETS, S. J.explícitamente, <strong>para</strong> aceptar y realizar más profundamente el verda<strong>de</strong>ro sentido <strong>de</strong>nuestra vida entera.Sólo situando <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong> en el marco <strong>de</strong> la totalidad <strong>de</strong> la vida santificada pornuestra pertenencia a Cristo, la teología podrá <strong>de</strong>jar claro el carácter específico <strong>de</strong>lsacramento cristiano.Relación con Cristo y con la IglesiaCon este mismo fin la teología sacramental tendrá que dar un relieve especial a ladimensión cristológica y eclesial <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong>.Los <strong>sacramentos</strong> se han <strong>de</strong> ver en la prolongación <strong>de</strong> la sacramentalidad, concebida enun sentido más amplio, <strong>de</strong> Cristo y <strong>de</strong> la Iglesia. Hablamos <strong>de</strong> sacramentalidad en unsentido amplio <strong>para</strong> dar a enten<strong>de</strong>r que no se trata aquí <strong>de</strong> celebraciones rituales,cultuales. Es importante saber que la prioridad, como lo muestra el uso que Pablo y <strong>los</strong>Padres hacen <strong>de</strong>l término mysterion-sacramentum, recae no en <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong> rituales,sino en Cristo y en la Iglesia. Los <strong>sacramentos</strong> concretan la sacramentalidad <strong>de</strong> Cristo y<strong>de</strong> la Iglesia.En las situaciones fundamentales <strong>de</strong> nuestra existencia recurrimos al sacramento <strong>para</strong>que nos <strong>una</strong> a Cristo, y <strong>para</strong> vivirlas con él y <strong>para</strong> él. La Iglesia juega aquí un papelesencial. Es, como dice Rahner, el signo querido por Cristo que actualiza, en y <strong>para</strong> elmundo, la presencia salvadora <strong>de</strong> Dios <strong>de</strong> <strong>una</strong> manera dura<strong>de</strong>ra y victoriosa,prolongando así la sacramentalidad <strong>de</strong> Cristo. Para unirnos a Cristo ha tomado, <strong>de</strong>lmundo natural que le ro<strong>de</strong>a, ritos religiosos a <strong>los</strong> que ha dado <strong>una</strong> forma y un contenidoespecíficos, capaces <strong>de</strong> manifestar la presencia <strong>de</strong> la acción salvadora <strong>de</strong> Dios.Pero es necesario que la Iglesia se haga digna <strong>de</strong> fe en su actividad ritual cuandomuchos fieles se preguntan por el significado y la necesidad <strong>de</strong> la misma Iglesia comoinstitución.La Iglesia <strong>de</strong>be manifestar, en su teología y en su catequesis, y quizá más en la maneracomo dispensa <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong>, que la actividad que ella ejerce está en función directa<strong>de</strong> la misión que tiene como comunidad <strong>de</strong> salvación. Debe manifestar que su actividadsacramental es prolongación <strong>de</strong> la sacramentalidad <strong>de</strong> Cristo y recibe sin cesar vida <strong>de</strong>la vida <strong>de</strong> Cristo. Uniéndonos a Cristo, la Iglesia se constituye como comunidad que nopue<strong>de</strong> vivir sino en Cristo y por él.Los <strong>sacramentos</strong> no se celebran, pues, sólo con vistas a la santificación <strong>de</strong> <strong>los</strong> fieles,sino que en el<strong>los</strong> la Iglesia actualiza su propio misterio y se lo muestra al mundo.Contexto <strong>de</strong>l sacramentoHay que alegrarse <strong>de</strong> que la teología sacramental comprenda hoy mejor que en elpasado que el sacramento es <strong>una</strong> acción <strong>de</strong> Cristo. Lo cual significa que Cristo actualiza<strong>para</strong> nosotros, en el rito sacramental y por él, su existencia humana en su disposición <strong>de</strong>abandono total a su Padre, que él nos asume en su muerte que lleva a la vida.


COR TRAETS, S. J.Para que el conocimiento y práctica <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong> se vean favorecidos, la teología<strong>de</strong>be esclarecer mejor la acción sacramental <strong>de</strong> Cristo en este contexto más amplio. Enprimer lugar el contexto <strong>de</strong> la pertenencia a Cristo fuera <strong>de</strong> las celebracionessacramentales. En todos <strong>los</strong> momentos <strong>de</strong> nuestra existencia Cristo resucitado nosasume en el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> su propia vida. Por eso no po<strong>de</strong>mos reducir la actualización <strong>de</strong>lmisterio <strong>de</strong> su vida en nosotros a <strong>los</strong> momentos <strong>de</strong> celebración.Pero, entonces, ¿qué aña<strong>de</strong> el sacramento? Recurrimos al sacramento en las situacionesfundamentales <strong>de</strong> nuestra existencia. Estas situaciones son ritualizadas en <strong>una</strong>celebración cultual que expresa la acción <strong>de</strong> Cristo. Celebrados por la Iglesia, estos ritosevocan a la vez, por <strong>una</strong>s palabras y gestos apropiados, el pasado salvífico vivido porJesús, la realidad actual <strong>de</strong> su presencia, su venida final en un porvenir hacia el cual élnos re-envía. Y, al mismo tiempo, el rito se convierte en la expresión <strong>de</strong> nuestra acogida<strong>de</strong> la salvación en la fe.En resumen, lo que tiene lugar en el sacramento, en tanto que acontecimiento <strong>de</strong> gracia,tiene lugar en la totalidad <strong>de</strong> nuestra existencia <strong>de</strong> redimidos. Pero, lo que se extien<strong>de</strong> atoda nuestra vida, recibe en el sacramento su explicitación formal.Pero, a<strong>de</strong>más, es <strong>una</strong> explicitación <strong>de</strong>cisiva. El sacramento cristiano es un rito eclesial.Es la Iglesia la que dispone <strong>de</strong>l rito; y es la Iglesia la que, en momentos fundamentales<strong>de</strong> nuestra vida, nos une a Cristo asumiéndonos en su propia comunión.Rasgos específicosAhora resulta posible indicar <strong>los</strong> rasgos específicos propios <strong>de</strong>l sacramento cristiano.Sin querer dar <strong>una</strong> <strong>de</strong>finición, trataremos <strong>de</strong> <strong>de</strong>scribir su naturaleza por medio <strong>de</strong> trescaracterísticas. El sacramento cristiano es: a) <strong>una</strong> celebración cultual -con todo lo quecomporta como expresión explícita <strong>de</strong> nuestra relación con Dios-; b) por la cual somosreligados, en las situaciones fundamentales <strong>de</strong> nuestra existencia, a la salvación <strong>de</strong>Cristo y a la misión en su nombre en la Iglesia; y a<strong>de</strong>más, uniéndonos a Cristo, laIglesia se compromete y se actualiza ella misma como signo eficaz <strong>de</strong> la salvación queCristo trae; y por fin, c) la gratuidad y la iniciativa <strong>de</strong> la gracia divina y la respuesta quenosotros damos en la fe encuentran en este acontecimiento la expresión manifiesta yvivida.De esta forma nuestro <strong>de</strong>stino humano encuentra en <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong> explicacióniluminadora y su fundamento último. Pues nos revelan a Dios (que viene a nosotros ynos llama a vivir como hombres libres) y a Cristo (que hace posible esta vocación y nospermite ser asumidos en su propio <strong>de</strong>stino por la pertenencia a la Iglesia).Así, pues, dando toda la seriedad necesaria al valor <strong>de</strong> salvación contenido en la parteextra-sacramental incluso profana pero, sin embargo, santificada, <strong>de</strong> nuestra existenciacristiana, se podrán relativizar <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong> sin caer, no obstante, en ningún error.Los <strong>sacramentos</strong> no son el medio único <strong>de</strong> nuestro encuentro con Cristo. Tampoco son,necesariamente y siempre, <strong>los</strong> puntos culminantes <strong>de</strong> nuestra experiencia religiosa. Perola teología y la catequesis <strong>de</strong>ben poner <strong>de</strong> manifiesto el valor propio y la necesidad <strong>de</strong>la vida sacramental.


COR TRAETS, S. J.ADHESIÓN PERSONAL EN LA FEEs necesario que la teología dé un lugar más amplio a la función esencial que tiene laadhesión personal <strong>de</strong> fe en el acontecimiento sacramental. Es verdad que la teología noha cesado jamás <strong>de</strong> subrayar la necesidad <strong>de</strong> nuestra fe <strong>para</strong> que el sacramento produzcaen nosotros la gracia. Pero la reacción a causa <strong>de</strong> la Reforma ha llevado a consi<strong>de</strong>rar enprimerísimo lugar el carácter objetivo <strong>de</strong> la eficacia <strong>de</strong>l rito sacramental. Los manualesprestan poca atención al sacramento como expresión <strong>de</strong> la fe personal, comoacontecimiento <strong>de</strong> fe. Numerosas publicaciones recientes y la Constitución sobre laLiturgia <strong>de</strong>l Vaticano II manifiestan, sin embargo, que se ha producido un cambiocompleto en el curso <strong>de</strong> <strong>los</strong> últimos años.En esta materia nos parece que hay que poner <strong>de</strong> relieve:1) En el acontecimiento sacramental la necesidad <strong>de</strong> la fe <strong>de</strong>be ser comprendida a partir<strong>de</strong> la exigencia primordial y fundamental puesta al hombre: le es necesario creer enCristo <strong>para</strong> ser salvado. Tal es el mensaje <strong>de</strong>l NT. La teología sacramentaria, a partir <strong>de</strong>lmensaje bíblico, <strong>de</strong>berá iluminar la manera como la fe exigida <strong>para</strong> la salvación seexpresa por medio <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong>. Deberá evi<strong>de</strong>nciar cómo estos <strong>sacramentos</strong> noshacen vivir nuestra fe <strong>de</strong> manera auténtica.La fe es <strong>una</strong> exigencia, <strong>una</strong> llamada dirigida al hombre. Pero esta misma exigencia esliberadora y fuente <strong>de</strong> vida. De esta forma el sentimiento <strong>de</strong> tener que cumplir,recibiendo <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong>, <strong>una</strong> obligación exterior <strong>de</strong>jará lugar al gozo <strong>de</strong> po<strong>de</strong>rparticipar en un acontecimiento <strong>de</strong> salvación, porque encontramos en él algo liberador yvivificante.2) Importa que nuestra fe personal pueda encarnarse <strong>de</strong> <strong>una</strong> manera real en elacontecimiento sacramental. Hay que tomar en serio el sacramento como acciónsimbólica con sus dos aspectos: la intervención divina y el compromiso humano.Nos parece que el malestar constatado no es otra cosa que <strong>una</strong> reacción justificadacontra <strong>una</strong> representación <strong>de</strong>ficiente <strong>de</strong> Dios que se ha infiltrado también en la práctica<strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong>. ¿No se ha intentado inconscientemente salvaguardar la acción <strong>de</strong>Cristo en <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong>, minimizando en cierta manera la acción <strong>de</strong>l hombre? Laintervención divina se lleva a cabo a través <strong>de</strong> la acción humana; no solamente a través<strong>de</strong> la acción <strong>de</strong> un ministro o <strong>de</strong> <strong>una</strong> comunidad, sino también a través <strong>de</strong> la acción queaquel a quien se confiere el sacramento.La fe es condición y efecto <strong>de</strong>l sacramento mientras Cristo es la causa. La doctrinasobre la eficacia objetiva <strong>de</strong>l rito ex opere operato sólo tien<strong>de</strong> a expresar que lainiciativa y la primacía <strong>de</strong> la acción es <strong>de</strong> Cristo. No se trata <strong>de</strong> <strong>de</strong>rogar esta doctrina,sino <strong>de</strong> completarla.¿Decimos lo suficiente al afirmar que la fe es condición <strong>de</strong> eficacia y efecto saludable<strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong>? Esto podría significar que nosotros nos acercamos con nuestra fe aun sacramento ya plenamente constituido, <strong>de</strong> manera que pondríamos en marcha sumecanismo y haríamos brotar así la fuente <strong>de</strong> la salvación. Se constata enseguida <strong>una</strong>mentalidad que tien<strong>de</strong> a reducir el rito a <strong>una</strong> realidad puramente objetiva.


COR TRAETS, S. J.Pero el rito sacramental concreto es mucho más. Es, a la vez y <strong>de</strong> <strong>una</strong> maneraindisoluble, un acontecimiento que nos sobreviene (algo objetivo) y <strong>una</strong> acción quenosotros realizamos (la expresión y como la encarnación <strong>de</strong> nuestra fe). La primacía <strong>de</strong>esta acción, con todo, la tiene Cristo. El es quien, en la acción simbólica que encarnanuestra fe, ejerce su acción salvadora.3) Se insiste actualmente en la función mediadora <strong>de</strong> la fe <strong>de</strong> la Iglesia. Se hare<strong>de</strong>scubierto un pensamiento central <strong>de</strong> <strong>los</strong> Padres y <strong>de</strong> <strong>los</strong> teólogos <strong>de</strong> la Edad Media.Pero la fe <strong>de</strong> la Iglesia no reemplaza nuestra fe personal. Por el contrario, la fe <strong>de</strong> laIglesia se actualiza en la fe <strong>de</strong> <strong>una</strong> comunidad concreta, <strong>de</strong> personas concretas, a las quetrascien<strong>de</strong>. Es pues oportuno preguntarse si se pue<strong>de</strong> dar la acción sacramental sin queexista un mínimo <strong>de</strong> fe personal. No se pue<strong>de</strong> eludir la pregunta porque es un problemapastoral agudizado con referencia a <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong> <strong>de</strong>l bautismo y <strong>de</strong>l matrimonio. Setrata, en efecto, <strong>de</strong>l bautismo <strong>de</strong> niños cuyos padres han abandonado toda prácticareligiosa, y <strong>de</strong>l sacramento <strong>de</strong>l matrimonio solicitado por personas no practicantes.TRADICIÓN Y RENOVACIÓNNuestra época es más consciente que otras <strong>de</strong> <strong>los</strong> condicionamientos históricos yculturales que afectan al cristianismo. Estos no impi<strong>de</strong>n que Dios haya dirigido, en ypor Cristo, un mensaje <strong>de</strong>finitivo a la humanidad. Pero este mensaje lleva, incluso en suexpresión neotestamentaria, el sello <strong>de</strong> <strong>una</strong> cultura <strong>de</strong>terminada, <strong>de</strong> <strong>una</strong> experiencia<strong>de</strong>terminada <strong>de</strong> la existencia y <strong>de</strong>l mundo. Las tradiciones cristianas sucesivas se hanesforzado en dar al acontecimiento único y <strong>de</strong>cisivo <strong>de</strong> la salvación <strong>una</strong> expresiónsatisfactoria <strong>para</strong> sus contemporáneos. Nosotros también lo <strong>de</strong>bemos hacer. Hay que dara la realidad sacramental <strong>una</strong> forma concreta capaz <strong>de</strong> estimular la fe <strong>de</strong> nuestroscontemporáneos y <strong>de</strong> permitirles expresarla <strong>de</strong> forma auténtica y encarnada. Como seve, se trata <strong>de</strong> algo más que <strong>de</strong> dar a <strong>los</strong> ritos <strong>una</strong> forma apropiada. En efecto, lacomprensión misma <strong>de</strong> lo que es un sacramento ha conocido <strong>una</strong> cierta evolución hastanuestros días. Pero esta evolución no se ha orientado en el sentido <strong>de</strong>l progreso.La teología sacramentaria <strong>de</strong>berá apoyarse sobre la tradición transmitida <strong>de</strong>l pasado.Pero este lazo con la tradición, lejos <strong>de</strong> constituir un freno, <strong>de</strong>be más bien orientar einspirar nuestros esfuerzos. La evolución vendrá <strong>de</strong>terminada, en gran parte, por lasituación social y cultural <strong>de</strong> la sociedad existente.La reflexión se centrará sobre la relación que existe entre la manera tradicional como <strong>los</strong><strong>sacramentos</strong> han sido comprendidos y celebrados, y la necesidad <strong>de</strong> renovar sucomprensión y su expresión.Surgirán problemas concretos: ¿habrá que buscar otra expresión ritual <strong>para</strong> <strong>los</strong>cristianos no occi<strong>de</strong>ntales?, ¿no habrá que dar a <strong>los</strong> pequeños grupos y a lascomunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> base mayor amplitud y libertad que les permita crear en su vidasacramental formas que correspondan mejor a su situación?Hay que hacer algo más que un inventario <strong>de</strong>l pasado. Hay que ir más lejos y atreverse aemitir sobre el pasado -también sobre el pasado católico- un juicio crítico. Todatraducción <strong>de</strong>l misterio tiene sus límites y no se ha dado a todas las épocas el traducir yvivir siempre este misterio con la misma fi<strong>de</strong>lidad. El examen <strong>de</strong> las tradiciones <strong>de</strong>l


COR TRAETS, S. J.pasado nos llevará también a consi<strong>de</strong>rar nuestras propias concepciones y realizacionescon mirada crítica.LOS CONTACTOS ECUMÉNICOSLos acercamientos ecuménicos entre las diferentes confesiones cristianas no han <strong>de</strong>jado<strong>de</strong> ejercer en las iglesias respectivas <strong>una</strong> influencia que se ha extendido igualmente a lacomprensión y a la práctica <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong>. Como en otros campos, la atención seha fijado no tanto sobre lo que se<strong>para</strong>, sino sobre <strong>los</strong> puntos <strong>de</strong> encuentro. Esto noquiere <strong>de</strong>cir que <strong>los</strong> problemas, a veces fundamentales, se silencien. Pero el diálogo,menos preocupado por la controversia, ha ganado en apertura. Se acepta lo legítimo <strong>de</strong>la diversidad.Quisiéramos señalar aquí dos síntomas bastante significativos. Ciertos teólogosprotestantes no interpretan tan <strong>de</strong>sfavorablemente como sus pre<strong>de</strong>cesores la doctrinacatólica sobre la eficacia <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong> ex opere operato. Por su parte, la teologíacatólica tien<strong>de</strong> a reconocer que <strong>los</strong> reformadores, subrayando fuerte y a vecesunilateralmente en el acontecimiento sacramental la importancia <strong>de</strong> la fe y <strong>de</strong> la palabra,han estado animados por la preocupación <strong>de</strong> salvaguardar algunos <strong>de</strong> sus elementosesenciales.En el diálogo han salido a la luz aspectos oscuros: ¿qué relación existe entre elsacramento y el mensaje <strong>de</strong> fe que nos es propuesto antes <strong>de</strong> la celebración sacramentaly fuera <strong>de</strong> ella? In<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> <strong>los</strong> problemas ecuménicos, esto pone encuestión la relación entre evangelización y sacramentalización.¿Cuál es la relación en la celebración misma entre el gesto ritual y la palabra? Losestudios actuales sobre el análisis <strong>de</strong>l lenguaje prestan aquí <strong>una</strong> ayuda preciosa.También <strong>los</strong> puntos <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> <strong>los</strong> Padres sobre la palabra sacramental constituyen <strong>una</strong>fuente muy rica <strong>de</strong> inspiración. Todo esto muestra claramente que, en la celebraciónsacramental, la palabra es más que <strong>una</strong> simple fórmula <strong>de</strong> recitación, más que <strong>una</strong>palabra <strong>de</strong> información. Evocativamente, proclama y revela el acontecimiento <strong>de</strong> lasalvación; invita a un abandono <strong>de</strong> fe y es la expresión misma <strong>de</strong> la fe. Másprofundamente todavía, Dios es quien obra por la palabra llena <strong>de</strong> fe <strong>de</strong> la comunidadcelebrante. De esta manera la palabra sacramental <strong>de</strong>sempeña un papel esencial en laeficacia <strong>de</strong>l sacramento. Recordamos la tentativa llevada a cabo por K. Ralhner <strong>de</strong>presentar el sacramento a partir <strong>de</strong> la palabra como "la realización suprema <strong>de</strong> laPalabra divina activa".Des<strong>de</strong> hace varios sig<strong>los</strong> la Iglesia católica-romana y las Iglesias Ortodoxas reconocenexplícitamente la existencia <strong>de</strong> siete <strong>sacramentos</strong>. ¿Son todos <strong>de</strong> igual importancia o seimpone <strong>una</strong> distinción entre <strong>sacramentos</strong> "centrales" y <strong>sacramentos</strong> "periféricos"?, ¿nohay que ser pru<strong>de</strong>ntes cuando se les agrupa a todos indistintivamente en el conceptounívoco <strong>de</strong> sacramento? Por otra parte, hay un lazo que <strong>los</strong> une. Para compren<strong>de</strong>r<strong>los</strong>bien, ¿qué realidad se ha <strong>de</strong> tomar como punto <strong>de</strong> partida?


COR TRAETS, S. J.ConclusiónNo sobrepasaremos las <strong>orientaciones</strong> que hemos querido indicar en este artículo.Subrayamos simplemente que la comprensión <strong>de</strong> la realidad sacramental no es un fin ensí misma. Está en función <strong>de</strong> <strong>una</strong> vida sacramental auténtica.La Iglesia y nosotros con ella <strong>de</strong>bemos intentar presentar <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong> como dignos<strong>de</strong> fe <strong>para</strong> nosotros mismos y <strong>para</strong> nuestros contemporáneos. No po<strong>de</strong>mos olvidar quese trata <strong>de</strong> la credibilidad <strong>de</strong> un dato <strong>de</strong> la fe; sólo <strong>los</strong> que creen podrán reconocerplenamente y vivir <strong>los</strong> <strong>sacramentos</strong>. Pero no es un lujo inútil acudir en ayuda <strong>de</strong> lacomprensión <strong>de</strong> la fe. Frente a <strong>los</strong> problemas cruciales <strong>de</strong> nuestro tiempo nosencontramos, como ha escrito Meyer, ante el dilema siguiente: "O po<strong>de</strong>mos justificar a<strong>los</strong> ojos <strong>de</strong>l mundo -y a nuestros propios ojos- el esfuerzo que hacemos en materia <strong>de</strong>.religión, y en el caso que nos ocupa, en materia <strong>de</strong> <strong>sacramentos</strong>, o <strong>de</strong>bemos renunciar anuestros esfuerzos y consagrar nuestro trabajo a cosas más útiles".Tradujo y con<strong>de</strong>nsó: JESÚS BALLAZ

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!