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Globalización y Solidaridad

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32GLOBALIZACIÓN Y SOLIDARIDADmente supervisado. Ante todo, las naciones deberían poner a punto planesgenerales para atraer inversiones a largo plazo. Tales planes deberíanincluir un clima político estable, una educación segura, una mano de obracalificada, una política de desarrollo tecnológico activa, y claras prioridadespara determinar hacia cuales sectores deberían dirigirse lasInversiones Extrajeras Directas (FDI), y los incentivos a las empresasnacionales. Segundo, los países en vías de desarrollo deberán ejercer unestricto control sobre los movimientos especulativos de capitales a cortoplazo de manera de condicionar tanto el volumen como la composición.Quizá debamos tomar seriamente en consideración la Tobin Tax, propuestapor primera vez en 1972. La idea es muy sencilla: un pequeño impuestosobre cada operación (aproximadamente la mitad porcentual de latransacción), y esto debería ser suficiente para combatir a los especuladores.Esto, debido a que muchos inversores invierten su capital a cortoplazo. Si de golpe el dinero es sacado del mercado, los países deben levantarmucho sus tasas de interés para defender su propia moneda. Pero altastasas de interés son muchas veces desastrosas para las economías nacionales,como sucedió con la crisis en México, Asia sud-oriental y Rusiadurante los años noventa. La Tobin Tax daría a los Bancos Centrales de lasnaciones pequeñas, más espacio de maniobra para afrontar de maneramás eficaz la tiranía de los mercados financieros. En la ExhortaciónApostólica Post-Sinodal, Ecclesia en Asia, el Santo Padre ha insistido“sobre la necesidad de una globalización sin marginación. Con los Padresdel Sínodo, invito a las Iglesias particulares en general, especialmenteaquellas que están en las regiones Occidentales, a operar para hacer que ladoctrina social de la Iglesia tenga la debida influencia en la formulación delas normas éticas y jurídicas que regulan el mercado libre mundial y losmedios de comunicación social. Los líderes y los profesionales católicosdeberían alentar a las instituciones financieras y comerciales, gubernamentalese internacionales a reconocer y respetar estas normas”. 27Hay otro punto fundamental a considerar que generalmente es ignoradoy nunca enfatizado con la debida fuerza. Una nación no debería serobligada a pagar tasas del 15% o superiores sobre su propia deuda nacional.Así como existe un ‘justo salario’ y un ‘justo precio’ debe tambiénexistir una ‘justa tasa de interés’. 28 Quisiera observar sobre este punto que27 Ecclesia in Asia, n. 39 sobre la <strong>Globalización</strong>.28 Un primer enfoque pertinente, audaz y penetrante sobre el tema, que viene a llenaruna laguna de la reflexión actual y quizá también de la propia doctrina social, puedeverse en E. Malinvaud, Que doit-on entendre par de justes finances? Clarifications préli-

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