12.07.2015 Views

luis federico leloir, o cómo hacer buena ciencia en ... - SEBBM

luis federico leloir, o cómo hacer buena ciencia en ... - SEBBM

luis federico leloir, o cómo hacer buena ciencia en ... - SEBBM

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

LUIS FEDERICO LELOIR, O CÓMO HACER BUENACIENCIA EN AMBIENTES HOSTILESFig.1. El grupo inicial de investigadores del Instituto deInvestigaciones Bioquímicas Fundación Campomar. De izquierda aderecha: R. Caputto, A. Paladini, C. Cardini, R. Trucco y L. F. Leloir.(ca. 1947-1948).Primeros años: su formación <strong>en</strong> Medicina yBioquímicaLuis Federico Leloir nació <strong>en</strong> unos de los barrios máselegantes de París (81, Av<strong>en</strong>ue Victor Hugo, a pocascuadras del Arco de Triunfo) el 6 de Septiembre de1906. Según él mismo lo describió alguna vez, susantepasados habían llegado a la Arg<strong>en</strong>tina <strong>en</strong> elperíodo colonial, algunos v<strong>en</strong>idos del sudoeste deFrancia (Oloron-Sainte Marie, <strong>en</strong> el Béarn) y otros delnoreste de España (País Vasco) y habían compradocampos cuando su precio era bajo ya que estabanbajo constante am<strong>en</strong>aza de invasiones indias.Después estas tierras producirían el cereal, losgranos y el ganado que trajeron riqueza al país y alos pioneros que trabajaron <strong>en</strong> ellas. Estacircunstancia le permitió el dedicarse a lainvestigación <strong>en</strong> mom<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> que era difícil oimposible <strong>en</strong>contrar un cargo con dedicaciónexclusiva a ella. Las causas de su nacimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong>París son un tanto tristes ya que sus padres sehabían trasladado a la capital francesa buscando untratami<strong>en</strong>to para una <strong>en</strong>fermedad terminal del padre.Desgraciadam<strong>en</strong>te éste falleció antes de nacer suhijo. A los dos años su madre trajo a Leloir a Bu<strong>en</strong>osAires. Luego de estudios primarios y secundarios <strong>en</strong>colegios privados, Leloir siguió la carrera de Medicina<strong>en</strong> la Universidad de Bu<strong>en</strong>os Aires, donde se recibió<strong>en</strong> 1932 y ejerció la medicina <strong>en</strong> el Hospital deClínicas de la misma. Para realizar su Tesis Doctoralse acercó al director del Instituto de Fisiología dedicha Universidad, el Dr. Bernardo Houssay, qui<strong>en</strong>había obt<strong>en</strong>ido resultados sumam<strong>en</strong>te importantesestudiando el rol de la glándula hipófisis <strong>en</strong> elmetabolismo de los azúcares, resultados éstos que levaldrían el Premio Nobel <strong>en</strong> Medicina de 1947. Larelación <strong>en</strong>tre Houssay y Leloir se prolongaría porcasi cuar<strong>en</strong>ta años, hasta el fallecimi<strong>en</strong>to del primero<strong>en</strong> 1971. La Tesis de Leloir (Suprarr<strong>en</strong>ales e Hidratosde Carbono) mereció el Premio a la mejor Tesis1934. Notando sus propias defi<strong>ci<strong>en</strong>cia</strong>s <strong>en</strong> <strong>ci<strong>en</strong>cia</strong>smás exactas que la medicina Leloir siguió varioscursos del Doctorado <strong>en</strong> Química de la Facultad deCi<strong>en</strong>cias Exactas, Físicas y Naturales de laUniversidad de Bu<strong>en</strong>os Aires, sin llegar a recibirse.Aconsejado por Houssay y otros profesores Leloir setrasladó <strong>en</strong> 1935 a la Universidad de Cambridge paraadquirir un <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to <strong>en</strong> Bioquímica <strong>en</strong> elLaboratorio de Sir Frederick Gowland Hopkins,Premio Nobel <strong>en</strong> Medicina 1929.El Instituto de Fisiología-Estudios sobreOxidación de Acidos Grasos, e Hipert<strong>en</strong>siónVolvió Leloir al Instituto de Fisiología donde <strong>en</strong> elperíodo 1937-1943 trabajó int<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> dostemas, la oxidación de ácidos grasos y las causas dela hipert<strong>en</strong>sión nefróg<strong>en</strong>a maligna, el primero de elloscon Juan M. Muñoz y el segundo con Eduardo BraunM<strong>en</strong>éndez, Juan C. Fasciolo y el mismo Muñoz. Enel primer tema consiguieron que homog<strong>en</strong>atos dehígado fues<strong>en</strong> capaces de oxidar ácidos grasos. Estoque hoy nos parece algo trivial fue un real avance yun texto ya tradicional <strong>en</strong> la <strong>en</strong>señanza deBioquímica (el Biochemistry de Lehninger) pone aeste hallazgo como unos de los hitos <strong>en</strong> la historia dela especialidad. Una anécdota: a fin de efectuar unfraccionami<strong>en</strong>to subcelular y obt<strong>en</strong>er informaciónsobre el sitio d<strong>en</strong>tro de la célula donde se efectuabala oxidación, los homog<strong>en</strong>atos fueron sometidos ac<strong>en</strong>trifugación. Para mant<strong>en</strong>er baja la temperatura yasí impedir que se dañase el material, ante laaus<strong>en</strong>cia de c<strong>en</strong>trífugas refrigeradas <strong>en</strong> el Instituto,Leloir y Muñoz recubrieron a uno de estos aparatoscon cámaras de auto ll<strong>en</strong>as de mezcla refrigerante(agua, hielo y sal). Esto que nos parece risueño,revela un ing<strong>en</strong>io sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te.Trabajos de otros investigadores habían mostradoque si la arteria r<strong>en</strong>al era constreñidamecánicam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> perros, estos desarrollaban unahipert<strong>en</strong>sión perman<strong>en</strong>te. Houssay sugirió a BraunM<strong>en</strong>éndez estudiar las causas de este f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>odebido a que un colaborador suyo había fallecido dehipert<strong>en</strong>sión nefróg<strong>en</strong>a a edad muy temprana. El1


equipo m<strong>en</strong>cionado más arriba logró explicar elmecanismo que g<strong>en</strong>eraba dicha hipert<strong>en</strong>sión. Losaspectos bioquímicos del mismo fueronadmirablem<strong>en</strong>te cubiertos por Leloir. Llegó 1943 y seprodujeron varios acontecimi<strong>en</strong>tos que afectaron lavida de Leloir. En un s<strong>en</strong>tido muy positivo fue sucasami<strong>en</strong>to con Amelia Zuberbulher, matrimonio delque nacería una hija (Amelita) y nueve nietos. Y <strong>en</strong>un s<strong>en</strong>tido negativo fue el quiebre del ord<strong>en</strong>constitucional por un golpe de estado militar.Houssay firmó, con muchas otras personalidades,una carta dirigida a las nuevas autoridades exigi<strong>en</strong>doel respeto de la Constitución, la normalizacióndemocrática y el cumplimi<strong>en</strong>to de lo que se llamó“solidaridad americana”, eufemismo que quería decirsimplem<strong>en</strong>te alineami<strong>en</strong>to de la Arg<strong>en</strong>tina con laspot<strong>en</strong>cias aliadas. El gobierno militar, <strong>en</strong> el queactuaba el futuro presid<strong>en</strong>te Perón, era simpatizantedel Eje por lo que decidió cesantear a todos losfirmantes que fues<strong>en</strong> funcionarios públicos. Houssay,profesor universitario, dejó <strong>en</strong>tonces su queridoInstituto de Fisiología y se trasladó con muchos desus colaboradores a un nuevo instituto creado poriniciativa privada para alojar al maestro (Instituto deBiología y Medicina Experim<strong>en</strong>tal). Leloir decidió<strong>en</strong>tonces viajar con su reci<strong>en</strong>te esposa a USA. Pasóun tiempo trabajando con E. Hunter <strong>en</strong> el laboratoriode Carl y Gerty Cori (ci<strong>en</strong>tíficos checos resid<strong>en</strong>tes <strong>en</strong>St. Louis, USA) (hablaremos de ellos más adelante) yluego con D. Gre<strong>en</strong> (con qui<strong>en</strong> ya había trabajado <strong>en</strong>Cambridge) <strong>en</strong> New York. En ambos lugaresperfeccionó sus conocimi<strong>en</strong>tos de Bioquímica.El nacimi<strong>en</strong>to del Instituto de InvestigacionesBioquímicas Fundación CampomarEn 1945 Leloir regresó al Instituto de Fisiología yaque Houssay había sido repuesto <strong>en</strong> su cargo. Allícom<strong>en</strong>zó a reunir un equipo de trabajo porque, segúndeclaró una vez, “no le gustaba trabajar solo y sí <strong>en</strong>cambio interactuar y cambiar ideas con colegas,especialm<strong>en</strong>te si estos t<strong>en</strong>ían un bu<strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido delhumor”. Fue así que Ranwell Caputto y Raúl Truccoformaron, junto con Leloir, el primitivo núcleo deinvestigadores del grupo. Por ese <strong>en</strong>tonces(mediados de 1946) el Gral. Perón había asumido lapresid<strong>en</strong>cia constitucional de la Nación y una de susprimeras medidas fue disponer la jubilación deHoussay con la excusa de que había llegado a laedad requerida para ella. El hecho de que elinteresado tuviese solo 59 años no pareció afectar <strong>en</strong>modo alguno a los responsables de la medida.Houssay, con sabia previsión, no habíadesmantelado al Instituto de Biología y MedicinaExperim<strong>en</strong>tal al volver al Instituto de Fisiología y allíse mudó junto con la mayoría de sus colaboradores,que se solidarizaron con el maestro, <strong>en</strong>tre los que se<strong>en</strong>contraban Leloir, Caputto y Trucco. Una nuevaincorporación al grupo de Leloir fue la de CarlosCardini, profesor de bioquímica <strong>en</strong> la Universidad deTucumán, de la que había sido desplazado porrazones políticas. En esos mom<strong>en</strong>tos JaimeCampomar, un poderoso industrial textil se acercó aHoussay y le manifestó su deseo de financiar lacreación de un instituto dedicado a la investigación<strong>en</strong> Bioquímica. Houssay le sugirió a Leloir como unposible Director de la nueva institución. Así nació elInstituto de Investigaciones Bioquímicas FundaciónCampomar. Los fondos aportados por JaimeCampomar sumaban 100.000 pesos anuales, que <strong>en</strong>esos mom<strong>en</strong>tos eran equival<strong>en</strong>tes a unos 25.000dólares, suma muy g<strong>en</strong>erosa para la época(corresponde hoy aproximadam<strong>en</strong>te a 10 veces lacantidad <strong>en</strong> la última moneda). Aunque nadie jamáspudo confirmarlo, exist<strong>en</strong> fundadas sospechas deque Cardini fue el inspirador de la decisión de J.Campomar ya que éste era su cuñado. El Institutofue inaugurado <strong>en</strong> Noviembre de 1947 <strong>en</strong> unapequeña casa situada <strong>en</strong> el barrio porteño dePalermo, adyac<strong>en</strong>te al Instituto dirigido por Houssay,al cual se podía llegar por los fondos. Esto facilitó nosólo el uso común de equipos ci<strong>en</strong>tíficos sinotambién el intercambio de ideas <strong>en</strong>tre losinvestigadores de ambos Institutos. Un nuevointegrante del grupo fue Alejandro Paladini, el primerbecario de la Fundación Campomar. En la Figura 1se pued<strong>en</strong> ver a los primitivos integrantes delInstituto de Investigaciones Bioquímicas FundaciónCampomar. Ellos son, de izquierda a derecha,Caputto, Paladini, Cardini, Trucco y Leloir, ésteúltimo abri<strong>en</strong>do una heladera, la cual está aun <strong>en</strong> usohoy <strong>en</strong> día. A los dos primeros se los puede verutilizando un aparato de Warburg para medir elconsumo de oxíg<strong>en</strong>o de confección casera, apeladohumorísticam<strong>en</strong>te Nahuel por sus constructoresusuariospara estar a tono con la exageradaexaltación nacionalista de la época (Nahuel Huapisignifica <strong>en</strong> l<strong>en</strong>gua araucana Lago del Tigre y es elnombre de un gran lago situado <strong>en</strong> la Patagoniaarg<strong>en</strong>tina).Primeros logros ci<strong>en</strong>tíficos del nuevo institutoComo los experim<strong>en</strong>tos sobre oxidación de ácidosgrasos <strong>en</strong> bacterias no daban resultados claros deinterpretar, el grupo decidió cambiar de tema detrabajo. Caputto contó que cuando estaba <strong>en</strong> laUniversidad de Córdoba (Arg<strong>en</strong>tina) haci<strong>en</strong>do suTesis doctoral había logrado sintetizar la lactosa, elazúcar de la leche (disacárido formado por galactosay glucosa), incubando extractos de glándula mamariay glucóg<strong>en</strong>o. El grupo trató <strong>en</strong>tonces de repetirdichos experim<strong>en</strong>tos, pero los resultados fuerontambién <strong>en</strong> este caso poco convinc<strong>en</strong>tes. Muchos2


años después Leloir adjudicaba los primitivosresultados erróneos de Caputto a los métodosanalíticos utilizados, que eran por <strong>en</strong>tonces muyrudim<strong>en</strong>tarios. Posiblem<strong>en</strong>te lo observado porCaputto fuese la formación de otro disacárido(maltosa o glucosa-glucosa) que hoy sabemos sepuede formar por degradación del glucóg<strong>en</strong>o. Dadoque tampoco se avanzaba por este camino, Leloirsugirió estudiar, no la formación, sino la degradaciónde la lactosa, por <strong>en</strong>tonces también desconocida.Como material biológico eligieron a una levadura(Saccharomyces fragilis) capaz de crecer <strong>en</strong> lactosacomo fu<strong>en</strong>te de carbono. Esta levadura es primahermana de la llamada Saccharomyces cerevisiae,microorganismo noble si los hay, ya que es utilizada<strong>en</strong> la fabricación del pan, del vino y de la cerveza.En diez años el equipo liderado por Leloir describió elmecanismo g<strong>en</strong>eral de formación de disacáridos, deoligo y polisacáridos. En estas transformacionesjuegan un papel es<strong>en</strong>cial los llamados nucleótidoazucares, el primero de los cuales <strong>en</strong> sercaracterizado por Leloir y su grupo fue la uridinadifosfato glucosa (UDP-Glc). El determinar laestructura del UDP-Glc fue un verdadero “tour deforce” para el grupo, dado lo primitivo delequipami<strong>en</strong>to y técnicas disponibles y el pococonocimi<strong>en</strong>to que se t<strong>en</strong>ía <strong>en</strong>tonces de propiedadesde compuestos que hoy nos parec<strong>en</strong> familiares. Porejemplo, habían determinado que el UDP-Glc t<strong>en</strong>íaun residuo de glucosa y dos fosfatos pero elcompuesto daba un espectro de absorción a la luzultravioleta que era algo distinto del de loscompuestos que poseían ad<strong>en</strong>ina, el único conocidohasta ese mom<strong>en</strong>to. Un día Caputto <strong>en</strong>tró exultanteal laboratorio con el ejemplar del último número de larevista The Journal of Biological Chemistry. En él secomunicaba el espectro de la uridina, que eraidéntico al del compuesto aislado por Leloir y suscolaboradores.Esto permitió completar la estructura del UDP-Glc. Ladesesperanza del grupo <strong>en</strong> poder determinar laestructura del UDP-Glc está bi<strong>en</strong> reflejada <strong>en</strong> eldibujo de Leloir del 8 de Marzo de 1949, donde se veun barco hundiéndose, llevando un gallardete con lapalabra CoCo <strong>en</strong> su mástil (se refiere al UDP-Glc, elsegundo cofactor involucrado <strong>en</strong> la transformación deglucosa <strong>en</strong> galactosa), con PA (Paladini) tratando desalvarse y al propio Leloir ya casi irremediablem<strong>en</strong>teperdido (Figura 2).Más nucleótido azúcares y su rol como dadoresde azúcares <strong>en</strong> procesos biosintéticosEl UDP-Glc fue el primer nucleótido azúcar <strong>en</strong> serdescubierto y su transformación <strong>en</strong> uridina difosfatogalactosa indicó la primera función de los nucleótidoazúcares, esto es la transformación de un azúcar(glucosa) <strong>en</strong> otro (galactosa). Otrosnucleótidoazúcares fueron descubiertosinmediatam<strong>en</strong>te por el grupo, como la uridinadifosfato N-acetilglucosamina (UDP-GlcNAc) y laguanosina difosfato manosa (GDP-Man).Actualm<strong>en</strong>te se ha perdido la cu<strong>en</strong>ta de losnucleótido azúcares que se han aislado de diversasfu<strong>en</strong>tes (levaduras, plantas, bacterias, protozoarios,células de mamíferos, etc.) pero posiblem<strong>en</strong>te pas<strong>en</strong>del c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ar. El m<strong>en</strong>cionar GDP-Man obliga am<strong>en</strong>cionar al colaborador de Leloir que trabajó <strong>en</strong>este proyecto, Enrico Cabib, el tercer becario delInstituto. Lam<strong>en</strong>tablem<strong>en</strong>te Enrico dejó nuestro paísa raíz del avasallami<strong>en</strong>to de la autonomíauniversitaria <strong>en</strong> 1966 y prosiguió (y aún prosigue)una brillante carrera <strong>en</strong> USA. Precisam<strong>en</strong>te fueCabib qui<strong>en</strong>, junto con Leloir, describió el segundorol, de lejos el más conocido e importante, de losnucleótido azúcares, esto es el de dador de azúcares<strong>en</strong> la formación de di- tri- oligo y polisacáridos.También el grupo de Leloir describió el mecanismode formación de nucleótido azúcares.Los trabajos de Leloir y colaboradores sobr<strong>en</strong>ucleótido azúcares inspiraron a incontablesinvestigadores <strong>en</strong> el resto del mundo. Uno de ellos,Herman Kalckar (danés resid<strong>en</strong>te <strong>en</strong> USA, por ciertomuy amigo de Leloir) tuvo la ocurr<strong>en</strong>cia de decir queél se había limitado a trabajar <strong>en</strong> “Place P-Gal”, a lolargo de la “rue du Docteur Leloir” (<strong>en</strong> Bioquímica P-Gal indica galactosa-fosfato, compuesto clave <strong>en</strong> elllamado “camino de Leloir” por el cual se transformagalactosa <strong>en</strong> glucosa).Síntesis de glucóg<strong>en</strong>o, la fresa de la tortaFig.2. Dibujo de Leloir <strong>en</strong> el cual describe la desesperanza del grupo<strong>en</strong> resolver la estructura del UDP-Glc. PA se refiere a A. Paladini yCoCo precisam<strong>en</strong>te al UDP-Glc, el segundo cofactor involucrado <strong>en</strong>la transformación de glucosa <strong>en</strong> galactosa (el primero era la glucosa1,6-diP, también descrita por el mismo grupo).Como sabemos, el glucóg<strong>en</strong>o es un polímeroformado por la unión de muchas glucosas de sumaimportancia <strong>en</strong> el metabolismo de los seres vivos,desde bacterias a mamíferos. Se sintetiza <strong>en</strong> épocas3


Instituto se opusieron a esta diversificación temática,pero no así Leloir que la apoyó con firmeza comouna forma de increm<strong>en</strong>tar la riqueza de lainvestigación.En los primeros años <strong>en</strong> la nueva sede Leloir dirigiósus esfuerzos a estudiar la formación de un primohermano del glucóg<strong>en</strong>o, el polímero de reserva delas plantas, formado también por numerosasunidades de glucosa, llamado almidón, muy conocidopor cierto por las amas de casa. Primero Leloir usócomo precursor <strong>en</strong> la síntesis de este compuesto alUDP-Glc, ya que como vimos más arriba, dichocompuesto funcionaba <strong>en</strong> el caso del glucóg<strong>en</strong>o. Losdatos experim<strong>en</strong>tales obt<strong>en</strong>idos mostraron, sinembargo, que dicho compuesto era muy pobreprecursor <strong>en</strong> la formación del almidón. Leloir razonó<strong>en</strong>tonces que tal vez el UDP-Glc no era el precursoradecuado y sintetizó químicam<strong>en</strong>te distintosnucleótido azúcares, todos ellos con glucosa comoresiduo de monosacárido. Encontró así que el ADP-Glc (ad<strong>en</strong>osina difosfato glucosa) era mucho mejorprecursor que el UDP-Glc. Posteriorm<strong>en</strong>te,estudiando la composición de nucleótido azúcaresdel maíz tierno, Leloir <strong>en</strong>contró que el ADP-Glc eraun compuesto de exist<strong>en</strong>cia biológica real y no uninv<strong>en</strong>to de laboratorio. El ADP-Glc resultó sertambién el precursor de la síntesis de glucóg<strong>en</strong>o <strong>en</strong>bacterias. Leloir pasó <strong>en</strong>tonces a estudiar diversaspropiedades (s<strong>en</strong>sibilidad al calor, al ácido o álcalisuaves, aspecto ante el microscopio electrónico, etc.)del glucóg<strong>en</strong>o formado <strong>en</strong> el tubo de <strong>en</strong>sayosigui<strong>en</strong>do el camino bioquímico propuesto por él opor el propuesto por los esposos Cori (que <strong>en</strong>realidad es una reversión del camino normal dedegradación). Encontró que el glucóg<strong>en</strong>o sintetizadopor estos dos procedimi<strong>en</strong>tos pres<strong>en</strong>taba algunaspropiedades difer<strong>en</strong>ciales. Ya que las propiedadesdel polímero formado por el camino propuesto porLeloir eran similares a las del polímero natural estoconstituyó una prueba directa de que el caminodescrito por nuestro biografiado era el que realm<strong>en</strong>teocurría <strong>en</strong> el organismo.El camino de glicosilación de proteínasLa descripción de este camino (años 1968-1978aproximadam<strong>en</strong>te) fue la última gran contribución deLeloir a la Bioquímica. Las glicoproteínas sonespecialm<strong>en</strong>te importantes <strong>en</strong> la sociología celular yaque mayoritariam<strong>en</strong>te están insertadas <strong>en</strong> lamembrana plasmática estando los azúcares del ladoexterno no del interno de las células. Esto hace quelos azúcares unidos a proteínas sean los primeroselem<strong>en</strong>tos reconocidos cuando una célula <strong>en</strong>tra <strong>en</strong>contacto con otra o con una proteína (por ejemplouna hormona). A mediados de los años 60 loslaboratorios de Phillips Robbins (MassachussetsInstitute of Technology) y Jack Strominger (HarvardUniversity) comunicaron que azúcares unidos aciertos lípidos participaban <strong>en</strong> la síntesis depolisacáridos constituy<strong>en</strong>tes de la pared celular debacterias como intermediarios <strong>en</strong>tre los nucleótidoazúcares y el producto final. Leloir y suscolaboradores <strong>en</strong>contraron que <strong>en</strong> el interior de lascélulas de organismos superiores se formaba unoligosacárido compuesto por catorce monosacáridosunido a un lípido. Este oligosacárido era transferido<strong>en</strong> bloque del lípido a proteínas y luego procesado(esto es que algunos monosacáridos eran removidosy otros agregados), durante el tránsito de éstas pordistintas estructuras membranosas del interior celularantes de llegar a la membrana plasmática o alexterior de las células (glicoproteínas secretadas).Este procesami<strong>en</strong>to puede ser distinto no sólo <strong>en</strong>células de distintos tejidos sino también para distintasglicoproteínas d<strong>en</strong>tro de la misma célula y aún paradistintos oligosacáridos unidos a la misma proteína<strong>en</strong> una misma célula y resulta <strong>en</strong> la gran variedad deestructuras oligosacáridicas pres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> lasglicoproteínas. Esta diversidad explica el rolimportante que juegan los oligosacáridos <strong>en</strong> laespecificidad de procesos de reconocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong>trecélulas y <strong>en</strong>tre células y macromoléculas.El Premio Nobel y sus consecu<strong>en</strong>ciasEl 20 de Octubre de 1970 se conoció la noticia deque la Academia Sueca de Ci<strong>en</strong>cias había conferidoa Leloir el Premio Nobel de Química por sudescubrimi<strong>en</strong>to de los nucleótido azúcares y el rolque ellos juegan <strong>en</strong> el metabolismo de los azúcares.Recuerdo que el día anterior Leloir dejó elexperim<strong>en</strong>to que estaba efectuando sin terminar yapoyó su cabeza sobre sus brazos y a estos sobre lamesada, como dormitando. Al preguntarle por losresultados del experim<strong>en</strong>to me contestó que se lehabían mezclado los tubos de <strong>en</strong>sayo y que no valíala p<strong>en</strong>a continuar con el <strong>en</strong>sayo. Esto eraextremadam<strong>en</strong>te inusual (diría que era la primera vezque sucedía). Poco después conocí la razón de suproceder: resulta que el día anterior un periodistasueco le había adelantado la noticia a fin de t<strong>en</strong>er laprimicia de una <strong>en</strong>trevista. Leloir sabía que sus díasde tranquilidad estaban llegando a su fin. Unaconsecu<strong>en</strong>cia inesperada y risueña del Premio Nobelfue la procesión de inv<strong>en</strong>tores que aparecieron por elInstituto a fin de dar a conocer sus inv<strong>en</strong>ciones aLeloir, el cual amablem<strong>en</strong>te recibió a varios de ellos.La mayoría de los inv<strong>en</strong>tos t<strong>en</strong>ían que ver con el“perpetuum mobile”, <strong>en</strong> abierta contradicción con elsegundo principio de la termodinámica. Otros eranci<strong>en</strong>tíficam<strong>en</strong>te más inof<strong>en</strong>sivos y tal vez másinteresantes, como la fórmula secreta de una muypopular bebida cola o unos anteojos destinados a5


leer sin cansar la vista. Estos consistían de un solovidrio, el cual se ajustaba con una serie de piolinespara leer con un solo ojo. Llegado el cansancio deeste, solo era cuestión de desatar nudos y volver aatarlos para pasar el vidrio al otro ojo.Aparte de las esperadas felicitaciones oficiales, lossucesivos gobiernos no demostraron mayor interés<strong>en</strong> mejorar las condiciones (edificio y equipami<strong>en</strong>to)de investigación de Leloir y sus colaboradores hastaque <strong>en</strong> 1980 el <strong>en</strong>tonces Int<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te de la Ciudad deBu<strong>en</strong>os Aires, donó a la Fundación un terr<strong>en</strong>omunicipal situado <strong>en</strong> el barrio porteño de ParqueC<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario y piloteó la recaudación de fondos paraconstruir un nuevo edificio, el primero que ocuparía elInstituto que hubiera sido diseñado con la expresafinalidad de ser un c<strong>en</strong>tro de investigación <strong>en</strong>Bioquímica. Los costos fueron cubiertosaproximadam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> partes iguales por donacionesprivadas y públicas y la mudanza al edificio de 7.000mts2 tuvo lugar <strong>en</strong> Diciembre de 1983. Leloir tuvo lasatisfacción de ocupar esta nueva sede por cuatroaños.¿Cómo era Leloir?Leloir era una persona sumam<strong>en</strong>te s<strong>en</strong>cilla <strong>en</strong> sumanera de ser y de interactuar con otras personas.Trataba a todos sus interlocutores, sin distinción desus niveles culturales o sociales, <strong>en</strong> formadesprovista de formalismos acartonados pero conrespeto y defer<strong>en</strong>cia. Era muy calmo, nuncamostraba <strong>en</strong>ojo pero se molestaba cuando algui<strong>en</strong>emitía <strong>en</strong> su pres<strong>en</strong>cia opiniones descorteses sobreterceros o t<strong>en</strong>ía actitudes poco educadas. Odiaba laost<strong>en</strong>tación y hoy lo podríamos calificar como de“bajo perfil”. Cosa rara <strong>en</strong> la Arg<strong>en</strong>tina de su época,supo compartir la dirección del Instituto con suscolegas de manera a <strong>hacer</strong> s<strong>en</strong>tir a todos susintegrantes, incluso a los doctorandos, comointegrantes es<strong>en</strong>ciales de una gran empresa común.Se podría decir que era un tanto tímido, le costabahablar <strong>en</strong> público, incluso sobre temas ci<strong>en</strong>tíficos.Era bastante mal expositor y se lo veía sufrir cuandodebía dar una charla, incluso los seminarios internosdel Instituto. Creo que uno de sus mayores placeresera estar <strong>en</strong> el laboratorio trabajando con sus manos,cosa que hizo hasta muy poco antes de fallecer <strong>en</strong>Diciembre de 1987. El recibir el Premio Nobel, si bi<strong>en</strong>le produjo una alegría indudable, también le trajoalgo de preocupación, porque intuyó correctam<strong>en</strong>teque sus días de tranquilidad se habían terminado.T<strong>en</strong>ía, eso sí, un sutil y exquisito s<strong>en</strong>tido del humor,del tipo que podríamos calificar como británico, loque hacía un placer trabajar <strong>en</strong> su cercanía yapreciaba a los colaboradores que compartían estacaracterística. Nunca tuvo una oficina privada.Recibía a los visitantes y despachaba los asuntosburocráticos (cuando no t<strong>en</strong>ía más remedio) <strong>en</strong> elmismo laboratorio. El contraste de su personalidadcon la de Houssay fue <strong>en</strong> algunos aspectos muymarcado. Este último era un hombre con actuaciónpública notoria, visitante frecu<strong>en</strong>te de despachosministeriales y presid<strong>en</strong>ciales a fin de obt<strong>en</strong>erfinanciami<strong>en</strong>to para las instituciones promotoras de<strong>ci<strong>en</strong>cia</strong> (Asociación Arg<strong>en</strong>tina para el Progreso de lasCi<strong>en</strong>cias, Consejo Nacional de investigacionesCi<strong>en</strong>tíficas y Técnicas, etc.) que iniciaba y dirigía.Este contraste <strong>en</strong>tre ambas personalidades nodificultó, sin embargo, una larga y estrecha amistad<strong>en</strong>tre ambos, basada tanto <strong>en</strong> el respeto mutuo porsus respectivos logros ci<strong>en</strong>tíficos como <strong>en</strong> una visióncomún de lo que debe ser la educación superior y lainvestigación <strong>en</strong> un país moderno que desea llegar aun desarrollo pl<strong>en</strong>o. Leloir era sumam<strong>en</strong>te austero <strong>en</strong>el manejo de los fondos que le eran confiados parasu administración. Solía escribir los borradores desus trabajos ci<strong>en</strong>tíficos <strong>en</strong> medias hojas de papel yaimpresas de un lado y con lápiz para facilitar lascorrecciones con una goma. Esta austeridad <strong>en</strong> elmanejo de los fondos aj<strong>en</strong>os contrastaba con sug<strong>en</strong>erosidad cuando se trataba de los propios, yaque siempre donó su salario como profesoruniversitario al Instituto y mantuvo con su peculiopersonal gran parte de su biblioteca. Era muying<strong>en</strong>ioso manualm<strong>en</strong>te y muchas veces diseñaba yconstruía pequeños aparatos necesarios para eltrabajo del laboratorio. En <strong>ci<strong>en</strong>cia</strong> es común<strong>en</strong>contrar personalidades que podríamos calificar de“brillantes”, que luego de escuchar una confer<strong>en</strong>ciaci<strong>en</strong>tífica son capaces inmediatam<strong>en</strong>te de brindaruna o varias interpretaciones alternativas a la dadapor el expositor y de sugerir un sinnúmero de ideas yexperim<strong>en</strong>tos para seguir adelante. Este no era elcaso de Leloir. Luego de discutir los resultadosobt<strong>en</strong>idos <strong>en</strong> el laboratorio o de com<strong>en</strong>tar un trabajoaparecido <strong>en</strong> una revista, podrían pasar bi<strong>en</strong> uno odos días hasta que Leloir, con una frase o unapregunta nos sugiriese cómo seguir o nosdemostrase que lo que creíamos haber <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido <strong>en</strong>realidad no había sido realm<strong>en</strong>te así. Creo que suproceder derivaba tal vez de su deseo de no of<strong>en</strong>dero intimidar a sus interlocutores o tal vez porqu<strong>en</strong>ecesitaba madurar sus ideas. Todo lo que tocó(oxidación de ácidos grasos, hipert<strong>en</strong>sión arterial,descubrimi<strong>en</strong>to y función de nucleótido azúcares,camino de formación de glicoproteínas) lo convirtió<strong>en</strong> oro. Una vez que abría un camino <strong>en</strong> Bioquímicadejaba que otros ll<strong>en</strong>aran los detalles del tema. Estosúltimos lo aburrían y lo alejaban de lo que para él eralo es<strong>en</strong>cial y realm<strong>en</strong>te importante, divertirsehaci<strong>en</strong>do <strong>ci<strong>en</strong>cia</strong>. En el Instituto decíamos que laPrimera Ley de Leloir era: número de tubos x ideas =constante. Esto quería decir que si t<strong>en</strong>íamos muchasy <strong>bu<strong>en</strong>a</strong>s ideas el número de tubos (esto es de6


<strong>en</strong>sayos) para obt<strong>en</strong>er bu<strong>en</strong>os resultados seríapequeño mi<strong>en</strong>tras que si las <strong>bu<strong>en</strong>a</strong>s ideasescaseaban, había que aum<strong>en</strong>tar el número de tubospara poder lograr algún resultado publicable. Erantradicionales los experim<strong>en</strong>tos de Leloir de solo dostubos, el <strong>en</strong>sayo y el control. No todos t<strong>en</strong>íamos esedon.Aquel que conozca la historia arg<strong>en</strong>tina, y no <strong>en</strong>traréaquí <strong>en</strong> detalles, se sorpr<strong>en</strong>derá de que se hayapodido <strong>hacer</strong> <strong>ci<strong>en</strong>cia</strong> y de la <strong>bu<strong>en</strong>a</strong> <strong>en</strong> medio de unasituación política extremadam<strong>en</strong>te inestable como lavivida por la Arg<strong>en</strong>tina desde principios de la décadadel 40 hasta 1984, con revoluciones, golpes deestado y gobiernos dictatoriales o fraudul<strong>en</strong>tos a laord<strong>en</strong> del día, con a m<strong>en</strong>udo nulo o azaroso apoyooficial a la actividad ci<strong>en</strong>tífica. Fue el profundo amorde Leloir por su país y los suyos lo que lo llevó arechazar t<strong>en</strong>tadoras ofertas de trasladarse a trabajar<strong>en</strong> el exterior y su inm<strong>en</strong>sa capacidad intelectual loque le permitió <strong>hacer</strong> <strong>ci<strong>en</strong>cia</strong> con escasos medios. Yfundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te que para él, el <strong>hacer</strong> <strong>ci<strong>en</strong>cia</strong> eraes<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te una diversión.Unas palabras que escribió poco después de recibirel Premio Nobel ejemplifican su manera de <strong>en</strong>carar la<strong>ci<strong>en</strong>cia</strong>: “una cosa que yo siempre traté de evitar esel trabajar <strong>en</strong> temas que interesaran ya a muchosinvestigadores o que estuvies<strong>en</strong> de moda. Losinvestigadores jóv<strong>en</strong>es están muchas vecesfascinados por el desarrollo de los temas de moda ydecid<strong>en</strong> trabajar <strong>en</strong> ellos. Para el mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> quellegan a dominar dichos temas, puede ser que elglamour de ellos esté ya declinando, o lo que espeor, que estén sujetos a una compet<strong>en</strong>ciadespiadada. Recuerdo una situación similar cuando<strong>en</strong> mis años juv<strong>en</strong>iles jugaba al polo. Comoprincipiante, t<strong>en</strong>ia jugadores experim<strong>en</strong>tados que meaconsejaban. Una de las tácticas era no correr atrásde la bocha, porque cuando uno la alcanzaba erademasiado tarde. Un jugador experim<strong>en</strong>tado correhacia donde la bocha va a llegar. Hay una difer<strong>en</strong>ciapequeña de tiempo <strong>en</strong>tre ambos comportami<strong>en</strong>tos y<strong>en</strong> el deporte la estrategia se apr<strong>en</strong>de con laexperi<strong>en</strong>cia. En <strong>ci<strong>en</strong>cia</strong> supongo que la estrategia esseguir lo sugerido por los resultados experim<strong>en</strong>talesmás que por la literatura”.Armando J. Parodi, Ph. D.Fundación Instituto LeloirBu<strong>en</strong>os Aires, Arg<strong>en</strong>tinaaparodi@<strong>leloir</strong>.org.ar7

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!