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tercera epoca revista hispano - americana num. 278 - Frente de ...

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A lo mejor un compatriota, para <strong>de</strong>cirnos queacudamos a una cita a las cuatro en punto, acompañaeste «punto» con a<strong>de</strong>mán <strong>de</strong> formidableenergía: sacu<strong>de</strong> el brazo como si en la mano llevaraun alfanje y bajo el alfanje se hallara el cuello<strong>de</strong> un gigante y se tratara <strong>de</strong> <strong>de</strong>gollar a éste.Claro está que <strong>de</strong>spués nuestro compatriota noacu<strong>de</strong> a la cita. Nadie ignora que también en lo<strong>de</strong>saforado <strong>de</strong> los gestos, ocupamos con los napolitanosy los judíos rusos la primera categoría enel globo.Anda hoy sugestionando a gran número <strong>de</strong> psiquiatrasalemanes y norteamericanos, una teoría<strong>de</strong> las psicosis e histerias, <strong>de</strong>bida a SigmundFreud, médico y -profesor en Viena*. Reducida atérminos extremos, la teoría es la siguiente :Toda representación lleva consigo, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>una imagen <strong>de</strong> la cosa o acción representada, unestado afectivo o energía psíquica concomitante.Un <strong>de</strong>seo fuerte es una representación lastradacon una ingente aglomeración <strong>de</strong> energía psíquica.Lo propio ocurre con la imagen <strong>de</strong> una escena violenta.Al presentársenos ciertos <strong>de</strong>seos, nuestras conviccionesmorales o estéticas nos obligan a <strong>de</strong>jarlosinsatisfechos. Pero un <strong>de</strong>seo que permaneceinsatisfecho es, según Freud, una con<strong>de</strong>nsación<strong>de</strong> afectividad que pugna por expandirse, por actualizarse,gastándose en forma <strong>de</strong> movimientosmusculares e inyectándose en el resto <strong>de</strong> nuestrasi<strong>de</strong>as y quereres. Esa pugna es dolor para el almay resulta a menudo insoportable. Entonces nuestraconciencia, no contenta con <strong>de</strong>jar insatisfechoel <strong>de</strong>seo, lo expulsa <strong>de</strong> sí mismo, lo aherroja enlos sótanos <strong>de</strong>l alma y allí queda «inconsciente»,sin po<strong>de</strong>r volver, por lo común, al plano <strong>de</strong> lapercatación. Con él va <strong>de</strong> lasquenete o mozo, laenergía psíquica, el afecto. Este permanece comoun tumor <strong>de</strong> emotividad presto a estallar, a liberarse<strong>de</strong> cualquier modo. Mas habiendo sido expulsadala representación en cuyo servicio ibaoriginariamente, se tiene que buscar otra cuyotránsito a la plena conciencia y al mecanismo motor<strong>de</strong> los músculos no ofrezca dificultad. ¿Cómoencontrarla?Las representaciones se hallan asociadas en lar-* Nótese que hago sólo referencia a aquella parte <strong>de</strong>las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Freud <strong>de</strong> positivo valor científico. Para nadaaludo a su método interpretatorio <strong>de</strong> los sueños, ni a sugrotesca ampliación dé la génesis sexual a toda la vida<strong>de</strong> la conciencia.NORTE/19

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