Nada nos prohíbe llamar a las cosas por su nombre. Ni la lengua ni el pensamiento puedenlimitarse, pero muchos de los temas con los que nos topamos cotidianamente están cruzados enalg<strong>un</strong>o de sus vértices por la discriminación y no los vemos o no acertamos a darles el tratamientoperiodístico que corresponde.Hasta ahora, lo más común en el <strong>periodismo</strong> mexicano ha sido abordar la discriminación desdela reacción mediática: si <strong>un</strong> locutor dijo tal cosa, si <strong>un</strong> jerarca de la Iglesia se expresó de tal manera,entonces hay que buscar la reacción. la consecuencia es que se llega al tema tangencialmente,sólo a partir de criterios “efectistas”, por llamarlos de algún modo, que dejan de lado la esencia delproblema.En los siguientes apartados haremos <strong>un</strong> repaso de las fallas más com<strong>un</strong>es que se tienen enlas coberturas y que fortalecen la discriminación.Pobrecitos los pobresLos periodistas pueden ser socios en la tarea deponer temas en la agenda pública.Guilherme Canela44SUBESTimACióN/SUb LimACióN. expresiónCon intenCión de apoyo que inferiorizao sobreestima a individuoso grupos por determinadas CaraCterístiCas.La intenCión es otorgarLesvaLores que Con esa expresión se re-ConoCe que no tienen. se Consideraque tienen menos CapaCidad, menosposibiLidades, que son inferiores aLa generaLidad y por eso se Le ayuda,o bien que haCen Cosas “extraordinarias”que en otras personas son“normaLes”.la palabra discriminación aparece cada vez con mayor frecuencia en el vocabulario periodísticomexicano, pero en la mayoría de los casos no se tiene claro cómo abordarla en la labor cotidianay a veces <strong>sin</strong> darnos cuenta incurrimos en <strong>un</strong>o de sus rasgos más com<strong>un</strong>es: la revictimización. Confrecuencia, al evidenciar <strong>un</strong>a situación de discriminación, lo hacemos con <strong>un</strong>a mirada de lástima yno de reconocimiento de derechos de <strong>un</strong> ser humano. Veamos el siguiente ejemplo:
“Buscan acuerdos a favor de adultos mayores y discapacitados”,Milenio, 8 de septiembre de 2010.Matamoros, Coahuila.– Para que dentro de sus programasurbanos se tome en cuenta a las personas másdesvalidas de <strong>un</strong>a com<strong>un</strong>idad, el pasado fin de semanase re<strong>un</strong>ieron los encargados de atender a Personas Adultasmayores y con capacidades diferentes de los cincom<strong>un</strong>icipios de la Comarca lag<strong>un</strong>era y de Sierra Mojada,en la Ciudad Universitaria, dependiente de la UniversidadAutónoma de Coahuila (uadec) en torreón, <strong>para</strong> firmar<strong>un</strong> acuerdo o convenio de colaboración m<strong>un</strong>icipal en beneficiode esta población.oralia Villegas González, quien es coordinadoram<strong>un</strong>icipal <strong>para</strong> los programas de los Adultos Mayoresy Personas con Capacidades Diferentes, informó quela re<strong>un</strong>ión se llevó a cabo entre los encargados de estadependencia m<strong>un</strong>icipal y los directores de Urbanismo yobras Públicas y de Desarrollo Social de cada m<strong>un</strong>icipioparticipante, quienes se comprometieron al firmar dichoconvenio a dejar ciertos espacios y alg<strong>un</strong>as otras obras,así como de tomarlos en cuenta <strong>para</strong> que reciban los beneficiosde programas sociales, ya que se ha notado quehan bajado pocos recursos <strong>para</strong> apoyarlos.45Desde el inicio, la nota está redactada con <strong>un</strong> tono de conmiseración hacia “las personas másdesvalidas de la com<strong>un</strong>idad”. las acciones de las autoridades no se plantean obligación, si no quese abordan como si se tratara de <strong>un</strong> favor o <strong>un</strong> acto bondadoso de los f<strong>un</strong>cionarios <strong>para</strong> “tomarlosen cuenta <strong>para</strong> que reciban los beneficios”.En la nota, no se cuestiona por qué es necesario ese convenio, ni cuál es la responsabilidad–por omisión– de quienes han provocado la precaria situación de la com<strong>un</strong>idad. Esto se debe a <strong>un</strong>error común en la prensa mexicana: se reproduce información oficial <strong>sin</strong> cuestionarla o contextualizarla.En este caso, la nota pudo tomar otro rumbo si se hubiera escrito desde <strong>un</strong>a perspectiva dederechos de las personas adultas mayores y las personas con discapacidad, quienes no necesitanque nadie, incluidas las autoridades gubernamentales, las “apoye”; lo que requieren es que se creencondiciones adecuadas <strong>para</strong> su libre ejercicio de derechos y libertades f<strong>un</strong>damentales: salud, educación,cultura, trabajo, vivienda, entre otros.la nota del convenio pudo ser p<strong>un</strong>to de partida <strong>para</strong> explicar la ausencia de políticas de atencióna estos dos grupos: ¿qué programas se realizan en esos m<strong>un</strong>icipios <strong>para</strong> fomentar la inclusiónde personas adultas mayores o personas con discapacidad en distintas áreas? Si existen, ¿qué porcentajede estas personas tiene acceso y cómo? Si no existen, ¿por qué? ¿Hay <strong>un</strong> marco legislativoque respalde el cumplimiento de esta obligación gubernamental? ¿Se cumple?