Trabajo Práctico Nº 2 - Facultad de Trabajo Social
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ASIGNATURA: Historiografía <strong>de</strong> la Intervención <strong>Social</strong>AÑO 2012TEMA: unidad5 Estrategia <strong>de</strong> Intervención Higienista<strong>Trabajo</strong> Práctico Nº 2Evaluación: la nota califica para la condición promocionalFecha <strong>de</strong> entrega: 2 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 2012.Consultas: - día martes 25 <strong>de</strong> septiembre en el horario <strong>de</strong> 17:45 a 19:45- por mail histoaux@fts.uner.edu.arModalidad: grupal hasta cuatro integrantes(Señalar carrera y comisión <strong>de</strong> los integrantes)Objetivos:· Facilitar la comprensión <strong>de</strong> las estrategias <strong>de</strong> intervención social.· Apropiarse <strong>de</strong> aspectos <strong>de</strong> la matriz <strong>de</strong> análisis como herramienta metodológica.· Posibilitar análisis comparativo i<strong>de</strong>ntificando rupturas y continuida<strong>de</strong>s que se presentanentre las estrategias.Textos para la realización <strong>de</strong>l trabajo:· FICHAS DE CATEDRA Nº1, Nº2, Nº3, Nº4 y Nº5.· MATUS, Teresa (2002) Propuestas contemporáneas en <strong>Trabajo</strong> <strong>Social</strong>. Hacia unaintervención polifónica. Buenos Aires. Espacio. Cap.: “Un aporte para pensar el dilema<strong>de</strong> la producción <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n social”. Páginas. 215 a 221.· TENTI FANFANI, Emilio (1989) “Estado y Pobreza: estrategias típicas <strong>de</strong>intervención/1”. Editorial Centro Editor <strong>de</strong> América Latina. 1989. Buenos Aires. Punto2.2.4: Racionalización <strong>de</strong> la acción social asistencial. Páginas 63 a 77.· OSZLAK, Oscar (1997) “La formación <strong>de</strong>l Estado Argentino. Or<strong>de</strong>n, Progreso yOrganización Nacional”. Ariel Historia. Buenos Aires. Páginas 15 a 43.· RECALDE, H. (1985) La Iglesia y la cuestión social (1874 - 1910). Centro Editor <strong>de</strong>América Latina. Buenos Aires. Pp 19 a 35· SURIANO, Juan (2000) “Notas sobre los primeros pasos en política social <strong>de</strong>l EstadoArgentino a comienzos <strong>de</strong> Siglo”. En Cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong>l CIESAL. Año 1 Nro. 1.Publicación <strong>de</strong> la UBA. La Colmena. Buenos Aires. Página 9 a 17.· VÁRNAGY, T. (2000). “El pensamiento político <strong>de</strong> John Locke y el surgimiento <strong>de</strong>lliberalismo”. En: BORON, A. (comp.), Filosofía Política Mo<strong>de</strong>rna. De Hobbes aMarx. CLACSO· WANDERLEY, Luiz (1996) “La cuestión social en el contexto <strong>de</strong> la globalización: elcaso latinoamericano y caribeño”. En: R. Castell y otros, Desigualdad y cuestiónsocial. Educ. Brasil.1
· ZIMMERMANN, Eduardo- “Los liberales reformistas. La cuestión social en laArgentina 1890-1916”. Capítulo 3: Los intelectuales y la reforma social. EditorialSudamericana. Universidad <strong>de</strong> San Andrés.1995. Pág.68 a 82.Consignas:A partir <strong>de</strong> la lectura <strong>de</strong>l artículo “Repensar el bicentenario <strong>de</strong> la margi-nación: ciudadanía ypueblos indígenas” En: Revista Pilquen • Sección Ciencias <strong>Social</strong>es • Dossier Bicentenario • AñoXII • Nº 12, 2010, y centrándose en el primer momento histórico que aborda, respon<strong>de</strong>r:1) Argumente: ¿por qué su contenido correspon<strong>de</strong> a la estrategia <strong>de</strong> intervención <strong>de</strong>s<strong>de</strong> elhigienismo o higienista y cuál es la concepción <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n que predomina? Se sugiere parasu argumentación trabajar el texto <strong>de</strong> Matus Teresa.2) Explique que quieren <strong>de</strong>cir los autores al hablar <strong>de</strong>l Estado mo<strong>de</strong>rno en tanto “<strong>de</strong>bió…formar sujetos” y reflexione en tanto la situación <strong>de</strong> los pueblos indígenas en la estrategiahigienista <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los aportes <strong>de</strong> Luiz Wan<strong>de</strong>rley.3) Caracterice los procedimientos-métodos que aparecen en el texto seleccionado teniendoen cuenta la matriz <strong>de</strong> análisis y explique porque da cuenta <strong>de</strong> lo contradictorio <strong>de</strong>ltérmino intervención.4) Desarrolle conceptualmente el sistema <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> la estrategia higienista recuperandofrases/párrafos textuales significativos <strong>de</strong>l artículo y relacione con la lógica <strong>de</strong>intervención.5) Desarrolle el concepto <strong>de</strong> Estado que trabaja Oszlak y la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Suriano respecto <strong>de</strong> la“construcción <strong>de</strong> la estatalidad”. A partir <strong>de</strong> allí explique el rol <strong>de</strong>l Estado en la estrategia<strong>de</strong> intervención <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el higienismo relacionando con la configuración social <strong>de</strong>lmomento. Compare como se plantea este rol en las estrategias confesional y filantrópicateniendo en cuenta los trabajos <strong>de</strong> Recal<strong>de</strong> y Várnagy respectivamente.2
Revista Pilquen • Sección Ciencias <strong>Social</strong>es • Dossier Bicentenario • Año XII • Nº 12, 2010REPENSAR EL BICENTENARIO DE LA MARGI-NACIÓN: CIUDADANÍA Y PUEBLOSINDÍGENASPor Claudia A. Gotta1, Julio L. Risso2 y María Victoria Taruselli3<strong>Facultad</strong> <strong>de</strong> Ciencia Política y Relaciones Internacionales - Universidad Nacional <strong>de</strong> Rosario;CONICETRESUMENEn este escrito proponemos repensar, en tiempos <strong>de</strong>l Bicentenario y a partir <strong>de</strong> un análisisdiacrónico, las nociones <strong>de</strong> Nación y ciudadanía y su articulación con el lugar <strong>de</strong> exclusiónreservado históricamente a los Pueblos Indígenas en los proyectos hegemónicos <strong>de</strong> país. Encierto modo, el esbozo problemático planteado encuentra en el contexto conmemorativo actualun marco propicio para reflexionar sobre la necesidad <strong>de</strong> una nueva epistemología política que,a modo <strong>de</strong> terreno fértil, nos posibilite re<strong>de</strong>finir categorías analíticas que revelen la complejidad<strong>de</strong> las luchas <strong>de</strong> los Pueblos, como un problema central <strong>de</strong>l Bicentenario.Palabras clave: Nación; Ciudadanía; Pueblos Indígenas; Bicentenario.IntroducciónDE LOS PROBLEMAS DEL BICENTENARIO AL BICENTENARIO COMO PROBLEMAEl proceso <strong>de</strong> organización nacional iniciado en nuestro país luego <strong>de</strong> la Batalla <strong>de</strong> Pavón(1861) consolidó una “episteme nacional” a partir <strong>de</strong> la cual se establecieron los límites <strong>de</strong> lai<strong>de</strong>ntidad nacional, <strong>de</strong>l nosotros y sus otros, configurándose entonces “un modo <strong>de</strong> percepciónimperceptible para sí mismo, un esquema perceptivo que establece silenciosamente un or<strong>de</strong>n<strong>de</strong>l ver y <strong>de</strong>l concebir, con sus discursos y conjuntos tecnológicos específicos” (Grosso; 2008:23). En torno a esa episteme, cuyas marcas aún nos atraviesan como sujetos sociales, segestaron múltiples discusiones sobre los modos <strong>de</strong> re-tratar y narrar la Nación y el cuerpociudadano, sus inclusiones y exclusiones: disputas por el sentido, lucha política no saldada.En medio <strong>de</strong> la complejidad que caracterizó a la <strong>de</strong>limitación <strong>de</strong> fronteras en el marco <strong>de</strong>la conformación <strong>de</strong>l Estado Nación, éste, como todo Estado mo<strong>de</strong>rno, intentó auto<strong>de</strong>finirse ypara ello <strong>de</strong>bió <strong>de</strong>terminar límites, cuantificar, enunciar legitimida<strong>de</strong>s, formar sujetos, formularlegalida<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>tentar el monopolio <strong>de</strong> la violencia física y simbólica (Bourdieu 1998). Así a lolargo <strong>de</strong> su historia y acor<strong>de</strong> con el proceso <strong>de</strong> formación y complejización que le fue propio, elEstado Nación argentino ha re<strong>de</strong>finido su nosotros y sus otros conformando -discursivamente ypor acción u omisión- la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> un cuerpo nacional 1 . Entre dichas <strong>de</strong>finiciones la adjudicación<strong>de</strong> ciudadanía ha sido uno <strong>de</strong> los mecanismos más efectivos a la hora <strong>de</strong> in-corporar, <strong>de</strong> incluiro excluir y así reducir complejida<strong>de</strong>s. En este sentido, podría <strong>de</strong>cirse que hablar <strong>de</strong> ciudadaníaes también un modo <strong>de</strong> hablar <strong>de</strong> las <strong>de</strong>finiciones e in<strong>de</strong>finiciones estatales.1 Al respecto, sugerimos confrontar: Halperin Donghi, Tulio. “Balances <strong>de</strong> una época” y “En torno <strong>de</strong> la formación <strong>de</strong>lEstado Nacional”, en: Estado y sociedad en el pensamiento nacional. Antología conceptual para el análisiscomparado. Buenos Aires, 1989; y Oszlak, Oscar. La formación <strong>de</strong>l Estado Argentino, Buenos Aires, Belgrano, 1988.3
En torno a este ejercicio se <strong>de</strong>sarrolla el presente trabajo. Mediante el mismo nossituamos en una <strong>de</strong> las infinitas fronteras que <strong>de</strong>termina el Estado Nación: la <strong>de</strong> ciudadanía,como territorio <strong>de</strong> lucha política a partir <strong>de</strong>l cual se impone la <strong>de</strong>limitación <strong>de</strong> un nos-otros 2 . Enesta instancia, nuestra intención es discurrir con “otros espejos” (Gotta 2003) y re-pensar entérminos generales la ciudadanía argentina y más específicamente los modos dominantes enque el otro-indígena fue negado, silenciado y/o interpelado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la misma.Proponemos entonces reflexionar, en tiempos <strong>de</strong>l Bicentenario, sobre las nociones <strong>de</strong>Nación y ciudadanía y su articulación con el lugar <strong>de</strong> exclusión reservado históricamente a losPueblos Indígenas en los proyectos hegemónicos <strong>de</strong> país. Pensamos que el acto <strong>de</strong> discutirestos problemas en el Bicentenario <strong>de</strong>bería transformarse en una discusión <strong>de</strong> los problemas<strong>de</strong>l Bicentenario, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>l Bicentenario mismo. Tal pretensión <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse como unejercicio reflexivo –antes que un abordaje histórico taxativo <strong>de</strong> la historia nacional- que procuracontribuir a la <strong>de</strong>construcción <strong>de</strong> nuestro presente y a la politización <strong>de</strong> nuestro día-a-día.A partir <strong>de</strong> dicho posicionamiento <strong>de</strong>cidimos abordar dos momentos históricos en torno ala problemática planteada: el primero se relaciona con la censura e invisibilización estatal <strong>de</strong> laalteridad indígena producida hacia fines <strong>de</strong>l siglo XIX en el marco <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> consolidación<strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad nacional; el segundo, correspon<strong>de</strong> a una aparente visibilización <strong>de</strong> la diferenciaindígena promovida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1980 a partir <strong>de</strong> discursos estatales basados en elreconocimiento (formal) <strong>de</strong>l pluralismo y la diversidad cultural.Así pues, al indagar acerca <strong>de</strong> las formaciones <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s y alterida<strong>de</strong>s pasadas ycontemporáneas, centramos nuestro enfoque en la funcionalidad y aplicabilidad <strong>de</strong> lascategorías <strong>de</strong> Nación y ciudadanía antes que en aquel contexto histórico que le dio origen,como un modo <strong>de</strong> interrogarnos por el quién, el cómo y el hasta dón<strong>de</strong>, más que por el <strong>de</strong>s<strong>de</strong>cuándo.LOS LÍMITES DE LA CIUDADANÍA EN LAS NARRATIVAS DE LA NACIÓNLa gesta patriótica que enarboló la <strong>de</strong>nominada Generación <strong>de</strong>l ’80 comenzó a<strong>de</strong>terminar sus efectos hegemónicos tras la década <strong>de</strong> 1860. A partir <strong>de</strong> entonces,progresivamente se fue <strong>de</strong>finiendo y naturalizando la noción <strong>de</strong> un único centro <strong>de</strong> po<strong>de</strong>rpolítico (el Estado), la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>ntidad colectiva (los argentinos) y el sentimiento <strong>de</strong>pertenencia a un cuerpo superior (la Nación). Paralelamente, el <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>producción capitalista produjo el proceso <strong>de</strong> territorialización 3 inherente al flamante Estado2 La i<strong>de</strong>ntidad nacional habita el imaginario social y a partir <strong>de</strong> ella se <strong>de</strong>limita un nosotros y un otros, es <strong>de</strong>cir, unellos cuya otredad pue<strong>de</strong> ser mas o menos radical <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong>l grado <strong>de</strong> diferenciación y extrañeza con que selos conciba.Con la inscripción <strong>de</strong>l “nos-otros” que aquí utilizamos, preten<strong>de</strong>mos insinuar el hecho <strong>de</strong> que todai<strong>de</strong>ntidad es una imputación <strong>de</strong> sentido sobre una relación social diferencial entre grupos humanos quese concebirán unidos en un nos (i<strong>de</strong>ntidad inclusiva) siempre y cuando exista otro/s (i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>xcluyente) <strong>de</strong>l cual puedan diferenciarse explicita o implícitamente.3 La territorialización es entendida aquí como el proceso por el cual se <strong>de</strong>senvuelven hegemónicamenteun conjunto <strong>de</strong> acciones y discursos a partir <strong>de</strong> los cuales se ‘fabrica territorio’, es <strong>de</strong>cir, se <strong>de</strong>sarrolla unmodo <strong>de</strong> concebir y representar a un espacio, <strong>de</strong>limitándoselo físicamente y su-poniéndole unatemporalidad propia, esto es, la medida <strong>de</strong> un pasado, un presente y un futuro. Tal proceso <strong>de</strong>territorialización instaura entonces un nuevo modo específico <strong>de</strong> concebir el espacio que <strong>de</strong>sdibuja oborra toda significación espacial previa. Un territorio es una abstracción, es <strong>de</strong>cir, un producto <strong>de</strong>l4
Nación -signado por la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Territorio Nacional-. En este contexto fue factible y necesario<strong>de</strong>limitar fronteras en el territorio y en el cuerpo <strong>de</strong> la ciudadanía. Al <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> Francesc Nadal“cualquier proyecto territorial supone trazar límites o mojones no sólo sobre el territorio, sinosobre todo entre los hombres.” (Nadal; 1990: 99)Hacia la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo XIX, la presencia <strong>de</strong> comunida<strong>de</strong>s indígenas en losterritorios <strong>de</strong> la actual región chaqueña y la pampeano-patagónica, se planteaba como unacuestión política que <strong>de</strong>bía resolverse. A medida que se iba consolidando la matriz Estado-Nación-Territorio y afianzándose el mo<strong>de</strong>lo económico agroexportador, la ampliación <strong>de</strong> lafrontera interna, para la incorporación <strong>de</strong> nuevas tierras productivas sobre las cuales el EstadoNación venía formalmente reivindicando soberanía, mostraba inevitable la ocupación <strong>de</strong>finitiva<strong>de</strong> dichas regiones.En ese contexto, la figura <strong>de</strong>l indígena aparecería, con creciente énfasis, como la <strong>de</strong>lenemigo <strong>de</strong> la civilización, escollo que impedía encaminar una exitosa marcha hacia el or<strong>de</strong>n yel progreso. Así pues, el complejo sistema <strong>de</strong> relaciones fronterizas supuso continuosenfrentamientos armados entre las comunida<strong>de</strong>s indígenas y el Estado Nación en construcción,<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cual se pergeñaron y efectivizaron tanto estrategias militares <strong>de</strong>fensivas comoofensivas. No obstante, es en 1879 cuando, a partir <strong>de</strong> la ofensiva militar roquista conocidacomo Conquista <strong>de</strong>l Desierto, “la lucha contra el indio toma un carácter sistemático y <strong>de</strong>ofensiva final.” (Grosso; 2008: 19). Al <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> David Viñas, esta contienda significaría para laArgentina oficial “el <strong>de</strong>cisivo sometimiento <strong>de</strong> los indios” (2003: 17) y “el “necesario cierre”, “elperfeccionamiento natural” o “la ineludible culminación” […] <strong>de</strong> la conquista española <strong>de</strong>América inaugurada en el Caribe” (op.cit.: 54). Así pues, más allá <strong>de</strong> que la expansión territorial<strong>de</strong>l Estado sobre los territorios habitados por comunida<strong>de</strong>s indígenas se extendió hasta entradoel siglo XX, la “epopeya roquista” se imprimiría en la historia oficial como el emblema <strong>de</strong> la<strong>de</strong>finitiva consolidación estatal: instancia originaria <strong>de</strong>l Estado Nación que revela la apertura <strong>de</strong>un período signado por su efectiva unificación territorial y por la homogeneización étnica,cultural, política y económica <strong>de</strong> sus sujetos. La Conquista <strong>de</strong>l Desierto inició así el proceso <strong>de</strong>“incorporación forzosa” (Delrío, 2005: 33) <strong>de</strong>l sujeto indígena al Estado. Fue a partir <strong>de</strong>entonces que la pregunta por el “qué hacer con los salvajes sometidos” comenzó a ocupar unlugar central en los <strong>de</strong>bates y proyectos políticos hegemónicos. Muchas y diversas fueron lasalternativas propugnadas por la elite dirigente para solucionar tal cuestión 4 7 y en ese contextose puso en discusión el hecho <strong>de</strong> si los indígenas <strong>de</strong>bían pertenecer o no al cuerpo ciudadano.La noción <strong>de</strong> ciudadanía <strong>de</strong> la época estaba relacionada con una perspectivaabsolutamente territorial propia <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> construcción nacional argentino. Por lo tanto, elius solis impedía consi<strong>de</strong>rar a los indios una nación aparte ya que, por haber nacido en territorioargentino, <strong>de</strong>bían ser también reconocidos inevitablemente como ciudadanos. En ciertossectores <strong>de</strong> la elite se <strong>de</strong>splegó entonces una pulsión asimilacionista que buscaba<strong>de</strong>cisivamente sumergir al indio en la blancura i<strong>de</strong>ntitaria borrando su real existencia en tantoimaginario social que nos i<strong>de</strong>ntifica y que respon<strong>de</strong> a una tradición, a una historia, a una construcción <strong>de</strong> realidad.La imposición <strong>de</strong> un territorio, entonces, pue<strong>de</strong> significar un ‘borrón y cuenta nueva’ que asigna nueva tradición,nueva historia, y reconstruye los modos <strong>de</strong> percibir la realidad <strong>de</strong> aquellos sobre los que recae.4 Acerca <strong>de</strong> dichas alternativas, cfr. Mases, Enrique. Estado y cuestión indígena. El <strong>de</strong>stino final <strong>de</strong> los indiossometidos en el sur <strong>de</strong>l territorio (1878-1910), Buenos Aires, Prometeo Libros/Entrepasados, 2002 y Delrio, Walter M.Memorias <strong>de</strong> expropiación. Sometimiento e incorporación indígena en la Patagonia 1872-1943, Bernal, UniversidadNacional <strong>de</strong> Quilmes, 2005.5
otro. Así fue como tras la Conquista <strong>de</strong>l Desierto la “piadosa y cristiana misericordia argentina”puso al indio ante un dilema <strong>de</strong>l tipo medieval que le ofrecía muerte segura o cobijo civilizado,esto es, extinción física real o inclusión en tanto infiel, incapaz, paria, pobre y/o vencido.De esta forma el Estado buscó incorporar a los indios al cuerpo ciudadano aunque <strong>de</strong> unmodo paternalista que hasta mediados <strong>de</strong>l siglo XX los <strong>de</strong>finiría <strong>de</strong>spreciable yvergonzosamente como menores <strong>de</strong> edad (Lenton 1992: 55) Aquel que en tiempos <strong>de</strong> laConquista fuera un indioenemigo se trasformaba ahora en una figura <strong>de</strong>sdibujada y ubicada enel pasado más oscuro.Paralelamente, la antes discutida cuestión indígena fue siendo relegada <strong>de</strong> la agenda<strong>de</strong>l Estado Nación en pos <strong>de</strong> una creciente, aunque no nueva, y “más urgente” preocupación:superar las progresivas amenazas <strong>de</strong> otros agentes que configuraban un nuevo enemigoextraño y purgable: los inmigrantes.El aluvión inmigratorio trajo consigo su propia cultura e i<strong>de</strong>ología frente a las cuales elgobierno nacional no <strong>de</strong>senvolvió políticas claras <strong>de</strong> integración. Así pues, los inmigrantesexpresaron cierta resistencia o <strong>de</strong>sidia por adquirir la ciudadanía nacional y <strong>de</strong>splegaron unaccionar político en el que buena parte <strong>de</strong> la elite dominante encontraba un factor disruptivo queatentaba contra la proyección y consolidación <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad nacional 5 .Conjuntamente con la inmigración y el afianzamiento <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> urbanización,comenzó a hacerse cada vez más notorio el grado paupérrimo y promiscuo en que vivían lossectores subalternos <strong>de</strong> la nueva Argentina. La dirigencia liberal-conservadora no podríacontener plenamente el estallido <strong>de</strong> la cuestión social la cual ocuparía el centro <strong>de</strong> la agendapolítica en <strong>de</strong>trimento <strong>de</strong> la cuestión indígena. El indio sería entonces absorbido por la figura <strong>de</strong>lpobre, <strong>de</strong>l campesino o <strong>de</strong>l mendigo, <strong>de</strong>sdibujándose en él toda consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> alteridad real(en tanto otroindígena) y relegándoselo al olvido.En las formaciones hegemónicas nacionales, lo ‘indio’, lo ‘negro’ y las categoríasmestizas fueron invisibilizados, sepultados bajo el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> ciudadanía. Pasaron aconstituir la subterránea ‘diferencia’, el suelo movedizo bajo los cimientos, sin lugar enlos discursos y las prácticas oficiales pero muy próximas <strong>de</strong> los cuerpos y las voces <strong>de</strong>gran<strong>de</strong>s sectores sociales. (Grosso 2004: 277)Así empezó a efectivizarse la matriz Estado-Nación-Territorio que aún hoy nos habitacomo sujetos y que requirió la organización institucional para su reproducción, iniciándose uncomplejo proceso <strong>de</strong> dominación política y <strong>de</strong> homogeneización y diferenciación <strong>de</strong>l espacio, <strong>de</strong>los sujetos y <strong>de</strong>l tiempo 6 que no contempló al indio como actor social.A partir <strong>de</strong> entonces la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Nación tendría un cuerpo más <strong>de</strong>limitado y preciso,materializado en, y <strong>de</strong>terminado por, aparatos estatales (Althusser 2005) que progresivamente5 Entre dichas acciones percibidas como amenazas al or<strong>de</strong>n vigente, pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>stacarse –por nombrar sólo algunaslaformación <strong>de</strong> cuerpos intra-estatales y re<strong>de</strong>s solidarias (asociaciones, mutuales, etc.) creadas por los inmigrantespara conservar sus raíces culturales y favorecer la cooperación étnica, como así también las movilizaciones obreras ylas exigencias laborales que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus militancias revolucionarias en el socialismo o el anarquismo propugnarían.6 Con relación al proceso <strong>de</strong> homogeneización y diferenciación característico <strong>de</strong>l Estado capitalista, cfr. Poulantzas,Nikos Estado, Po<strong>de</strong>r y <strong>Social</strong>ismo, Madrid, Siglo XXI Editores, 1983, pp. 109-144.6
irían subsumiendo toda producción social, material y simbólica, a la lógica <strong>de</strong> reproducciónpolítica inherente al Estado mo<strong>de</strong>rno. La i<strong>de</strong>ntidad argentina soñada a partir <strong>de</strong> los añosposin<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ntistas tomaba ahora forma y adquiría un rostro que se <strong>de</strong>cía claramente blanco ycivilizado, a la cual el indígena sería integrado, tal como lo afirma Miguel Bartolomé (Bartolomé2008: 151), como sujeto <strong>de</strong> una “ciudadanía <strong>de</strong> segunda clase”.La construcción <strong>de</strong> la ciudadanía nacional se inscribe en una larga historia <strong>de</strong>disciplinamiento colonial naturalizado, <strong>de</strong> una interculturalidad siempre percibida entre ladomesticación y la amenaza. Pero la novedad nacional resi<strong>de</strong> en la tábula rasa genética, elgesto <strong>de</strong>sdiferenciador que borra las jerarquías y las clasificaciones para refundar otrassobre el <strong>de</strong>sconocimiento <strong>de</strong> la socialidad anterior; violencia simbólica (Bourdieu) que nosresulta constitutiva: <strong>de</strong>sconocimiento necesario para reconocerse en la ciudadanía nacional,distorsión perceptiva, pliegue cultural que habitamos cotidianamente. (Grosso; 2004: 274-275)A principios <strong>de</strong>l siglo XX, el proceso <strong>de</strong> homogeneización i<strong>de</strong>ntitario ya estabaefectivamente <strong>de</strong>finido y reproducido por diversas aparatos estatales (el ejército, el <strong>de</strong>recho, laescuela, la policía, los tribunales, la literatura, la prensa, las iglesias, etc.), gestando lahegemónica imagen <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad nacional como un crisol <strong>de</strong> razas,, percepción i<strong>de</strong>ntitaria apartir <strong>de</strong> la cual sería dominante la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que la Argentina era un país civilizado con cuyablancura abundante se con-fundirían los <strong>de</strong>más colores raciales, ergo las otras historias, vidas yrealida<strong>de</strong>s, para ser <strong>de</strong>finitiva y <strong>de</strong>sfachatadamente borroneados por la historia oficial. Estevariopinto país blanqueado sería entonces cínicamente con<strong>de</strong>nado al éxito, no sólo por lasproyecciones políticas hegemónicas <strong>de</strong> corte europeísta sino también por la jactancia científica<strong>de</strong>l “claro y natural mejoramiento in<strong>de</strong>finido <strong>de</strong> la especie” (Alberdi; 2000: 48)El Primer Centenario inauguró la conmemoración y celebración <strong>de</strong> los orígenes <strong>de</strong> laArgentina. En este contexto, un grupo <strong>de</strong> intelectuales, revisando lo realizado por la Generación<strong>de</strong>l ’80, repensó las esencias y los orígenes <strong>de</strong> la Nación pretendiendo re-tratar y reproducir elmito nacional y con ello, sus inclusiones y sus exclusiones, sus nosotros y sus otros. En esegrupo <strong>de</strong> pensadores y escritores se <strong>de</strong>stacaron, particularmente, las figuras <strong>de</strong> Ricardo Rojas,Manuel Gálvez y Leopoldo Lugones, entre otros. Ellos conformaron lo que se ha llamado la“Generación <strong>de</strong>l Centenario”: representantes insignes <strong>de</strong> las primeras manifestaciones <strong>de</strong>lnacionalismo argentino contemporáneo cuya literatura tenía un fuerte componente telúrico yaque se caracterizaba, particularmente, por la exaltación <strong>de</strong>l terruño, las <strong>de</strong>scripciones <strong>de</strong>lpaisaje y <strong>de</strong> las expresiones y costumbres lugareñas, don<strong>de</strong> pretendían hallar (y proyectar) laesencia inmutable que fundamentara la argentinidad10. A partir <strong>de</strong> tales producciones literarias,el indio, el gaucho y el mestizo serían extraídos <strong>de</strong> las sombras que hasta entonces cubrían susexistencias para reaparecer, arquetípica y ficcionalmente, en expresiones intelectuales yartísticas, como personajes <strong>de</strong> una esencia épica que daría sustento a la nueva i<strong>de</strong>ntidadcolectiva.7