Libro de navidad 2014

86 Rogelio Pérez Bustamanteconveniencia y utilidad. Comprendo el riesgo que se corre y el desagrado y consecuenciasque puede ocasionar, pero creo sin embargo que con riesgo desagradoy consecuencias que deben arrostrarse en cambio de la menor de las ventajas quepuede debérsele. Cuando se ha equivocado la aristocracia inglesa absolviendo lospoderosos adalides que aparecían en la oposición. ¡Cuánto auxilio y autoridad lesha debido! ¡Cuantas luchas han apaciguado!Si licet in maginis parís exemplis uti. ¿Por qué no hemos de inspirarnos enlos más altos, cuando de cosas pequeñas se trate? ¿Por qué no hemos de seguiraconsejando en asuntos de nuestro Colegio lo que tan buenos resultados ha dadoen Inglaterra y a que tantas ventajas hemos debido, aun en nuestra pequeñez?Por estas consideraciones opino y pido a la Junta que al hacer el nombramientode que se trata tengan presentes las observaciones indicadas y obre consiguientea ellas, si merecen su aprobación.”Esta intervención le serviría para que se produjera la aprobación de su propuestade nombrar a Alberto Aguilera para este propósito. Alberto Aguileraera ya una personalidad con larga trayectoria que había comenzado como licenciadoen derecho en la Universidad de Madrid, licenciándose e ingresandoen la carrera judicial a los veintiocho años de edad, y había sido su último cargoel de Gobernador de Sevilla en el Reinado de Amadeo I.La mala salud de Cortina es bien conocida por la Junta. Se conserva unacarta que el 22 de mayo de 1876 dirige a Manuel Silvela en la que manifiestasu deseo de dimitir del decanato: “Mi querido compañero y amigo: el mal estadode mi salud que no me permite salir de casa hace cuatro años y medio, como ustedsabe, me obliga hoy más que otras veces en que lo he hecho, a pedir al Colegioque me reemplace en el decanato que el servidor ya veinte y 8 años. Y como misinteriores solicitudes con igual objeto se me haya contestado con reelecciones, porunanimidad o por aclamación, que aún agradeciéndoles con toda mi alma, hanpuesto obstáculo, que no he podido vencer, a que me negara a admitir dicho cargo;me he resignado ante su voluntad.Ahora que me encuentro cada vez más imposibilitado para servir al Colegio,como siempre he procurado hacerlo, recurrí, como usted recordará, a la Junta deGobierno que tengo el honor de presidir para que contribuyera con su autoridady justa influencia en la general que debe celebrarse en este día, a fin de que accedieraa mis deseos; usted sabe también que ni me quiso oír; y en tan duro trance leruego que antes de la lección recuerde a mis compañeros mi tan reiterada súplica,asegurándoles que se insisten en su anterior propósito, aunque arriesgo de poder