Los Hospitales PsiquiÃ¡tricos en la(s) reforma(s). Notas para orientar ...

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puede verse incluso con esas cifras “oficiales”, el proceso general es la suma demuchos procesos territoriales muy diversos, entre las distintas ComunidadesAutónomas e incluso, dentro de algunas de ellas, entre diferentes instituciones.Pero ahí la información disponible es aún más escasa y poco comparable. Elesfuerzo realizado desde la AEN a través primero del Grupo de trabajo sobreRehabilitación (45) y posteriormente del Observatorio (44) muestra los resultadosque se pueden obtener a partir de la información facilitada desde las ComunidadesAutónomas: en unos casos no se tienen en cuenta los centros privados, en otrostampoco los transferidos a otras administraciones y en otros se dan por buenos loscambios de denominación como indicadores de cambios de sistema. Además de ladificultad de “casar” la información del “proceso de desinstitucionalización” con lareferida a “Unidades de Hospitalización de Rehabilitación”, “Unidades de Media ylarga estancia”, “Centros Psicogeriátricos” y otras estructuras, “herederas” enmuchas ocasiones de los antiguos hospitales. En conjunto y a falta de ese análisisdetallado y aunque la tendencia a disminuir lentamente las camas haya proseguidoen estos dos últimos años, cabe reafirmar lo que decíamos anteriormente y pocomás.Parece, sin embargo, que hay algunas Comunidades Autónomas queapostaron de manera más decidida, desde el inicio (3,48-51), por cerrar susHospitales Psiquiátricos y que, algunas de ellas parecen haberlo logrado en mayormedida. Así, Comunidades como Andalucía, Asturias y Navarra han conseguidocerrar definitivamente sus Hospitales Psiquiátricos públicos, en otras el proceso haavanzado de manera importante, incluyendo experiencias exitosas de cierre dealgunas instituciones (Leganés en Madrid puede ser un buen ejemplo (3)), mientrasque otras, o no han hecho prácticamente nada, o el proceso ha ido avanzando conbastantes contradicciones (disminución real de camas pero también operaciones de“lavado institucional” de distinto tipo). Comentaremos algo más al respecto másadelante al hablar de la experiencia de Andalucía.Pero no olvidemos que todo ello hace solo referencia a uno de lossignificados del término “desinstitucionalización”, el relativo al cierre deinstituciones monográficas y masificadas, lo que liberaría a la población de recibiratención en ellas. Ya hemos visto que, incluso a este nivel los resultados son26
discutibles 12 . Aspecto que se refuerza si tenemos en cuenta algunos datosfuncionales que recogemos en la TABLA 4.TABLA 4. DISTRIBUCIÓN DE CAMAS PSIQUIATRICAS EN FUNCIONAMIENTOSEGÚN AREAS Y FINALIDADES ASISTENCIALES EN ESPAÑA. 2002.Estadística de Establecimientos Sanitarios con Régimen de Internado. INE(46)AREAASISTENCIALHOSPITALESGENERALESFINALIDAD ASISTENCIAL DEL HOSPITALOTROSAGUDOSH DE LARGAESTANCIAPSIQUIATRICOSTOTALESU DE AGUDOS 2.957 66 49 1.850 4.922U LARGA ESTANCIA 916 20 14.939 15.875TOTALES 3.873 86 49 16.789 20.797En ella podemos ver como, en referencia en este caso al año 2002 (últimopublicado), del total de camas psiquiátricas de corta estancia disponibles (4.922),solo el 60 % de las mismas (2.957) estaban en Hospitales Generales, comoaconsejaba el Documento de la Comisión Ministerial y planteaba la propia LeyGeneral de Sanidad. Y como el 94 % de las camas de media y larga estanciaestaban todavía en instituciones monográficas más o menos remodeladas. Camasde media y larga estancia que seguían suponiendo el 76% del total de camascatalogadas como psiquiátricas.Pero si intentamos valorar el avance de la desinstitucionalización en los otrosdos sentidos del término los resultados no son mejores, ni en lo que respecta a lainformación disponible ni en lo que puede deducirse de ella. Así, con referencia a laposibilidad de residencia alternativa para los pacientes hospitalizados, además deconstatar el volumen existente de residentes de larga estancia, en antiguoshospitales psiquiátricos y en “nuevas” unidades de rehabilitación y/ o serviciossociales, los datos publicados en algunas comunidades autónomas con respecto alos programas de desinstitucionalización (40,52-54) ofrecen un cuadro en el quepredominan procesos de disminución de residentes debidos en gran parte al“movimiento natural de la población” 13 y a la transferencia a otras institucionesresidenciales, bien es verdad que en general menos estigmatizantes y de mejorcalidad 14 . Eso que se ha dado en llamar “transinstitucionalización”, probablemente12 Además de las insuficiencias de la nueva red, tanto en sus aspectos sanitarios como de apoyo social,tal y como puede verse en otros capítulos de esta Ponencia.13 Que traduce más un control de los ingresos que un incremento de las altas propiamente dichas.14 Básicamente las disponibles para la población general con edades superiores a los 60-65 años y /odiscapacidades intelectuales.27
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