Priego de Córdoba - periodicoadarve.com

La Nochebuena se viene,la Nochebuena se vaANTONIO ARAN DA HIGUERASEs cierto lo que dice el villancico, seviene y se va la Nochebuena. Sehan preparado cosas para esta noche,llegaron familiares que viventan lejos, a los que esperábamos encasa. A su hora y puntualmente latradicional cena de Nochebuena,para irse con tiempo y coger asientoen la Asunción y celebrar confervor y alegría la Misa del Gallo.Cierto, que con tanto anhelo llegaaño tras año la Nochebuena, perocon exactitud matemática, y sin remedioalguno, se nos irá.Llegarán su Fiesta y sus díasposteriores, para que sea un hecho,tantas veces deseado con palabrasy por escrito, de que nos llegarauna Feliz Navidad. A los pocos días,lo es, para un nuevo año, centenarioy milenario.Oye, creo que para un cristianoviene la Nochebuena, pero no debeirse nunca, porque debe dejar en elhondón del alma, el registro de unencuentro familiar, íntimo, entrañablecon Cristo, que abre sus ojosa la luz de la tierra, para encontrarsecon los ojos de los hombres, que leesperan y le buscan.A mi me gusta pensar, que cuan ­do el hombre, cualquier hombre,llega a la Navidad, piensa inmediatamenteen la luz, en la alegría, en lasonrisa, en el amor, aunque seanuna luz, un bien, una alegría y unamor pequeñitos y perecederos. Lavida de cada día, está compuestade cosas pequeñas.Cuando el hombre celebra, aunquesea a su manera, el nacimientode Jesús, Hijo de Dios, intenta serun poco mejor y acaso utiliza paraexpresarlo, los medios que normalmentetiene para transmitir, a suestilo, la felicidad .Aquí quería, venir a parar, peroeso sólo no es Navidad. La resplandecienteNavidad, dura poco en lavida y esto sí que es una pena, quese evapore tan fácilmente, cuandotiene su más profundo y peculiarsignificado.Ocurre, cuando ya se apagan lasluces del árbol y se meten en unacaja las figurillas del Belén, que elNiño ha planteado todo un caminode fe, en el alba del siglo XXI.iFeliz Navidad!PastoresISABEL RODRiGUEZTrae el aire un aroma a Navidad y en lasca lles nos topamos con los adornosnavideños de los escaparates, todos enpos de El Corte Inglés, que, como cadaaño, da el pistoletazo de salida. Dentrode muy poco, volveremos a ver losBelenes, con las tiernas figuras de José,de María, el Niño ... Los pastores. Pastorescomiendo su pan y su queso alpobre ca lor de sus fogatas; pastores contemplandocon ojo vigilante el tranquilo rumiar de sus rebaños;pastores anonadados de sagrado estupor ante lafulgurante aparición del ángel del anuncio, el portadorde la buena nueva ... ¿Pastores arrancando inocentementeuna mata de manzanilla - especie protegida,lo que acaso no sepan- para aliviar el tormentode una barriga inquieta?Acaso el Dios llegado entre nosotros, a investirsedel desamparo, la incertidumbre y lo azaroso de lacondición humana, preferiría que este pastor granadinose acercarse a El antes que otros, con sudolorida perplejidad ante la petición fiscal que puedeenviarle dos años a la cárcel; con sus preguntassin respuesta sobre por qué a él le quieren entrampillarpor cortar un manojo del natural remedio queel campo le brinda, mientras andan tan telendos porlas calles los responsables de Boliden - el ríoGuadiamar, Doñana, ¿no son bienes ecológicosobjeto de protección?- , los contumaces autores devertidos industriales, de vertidos de alpechín, deincendios forestales producto de la deliberación ode la inconsciencia y el descuido ... Seguro que elNiño Dios llamaría a su lado al indefenso pastor ymandaría al fiscal a purificarse, antes de presentarsea El, de su perversión de la justicia por estúpidacasuística y por insensibilidad social. Acaso. Másbien: seguro.Mientras, en nuestra ciudad, otros pastores -éstos, metafóricos: los que tienen a su cargo elcuidado de la comunidad- contemplan insensiblesy permiten, al menos con la complicidad del silencio,el acoso y derribo del refrescante jardín a cuyasombra amena se acogen tantos convecinos, quese sientan al arrimo de sus árboles, al tibio calorcillodel sol invernal, al cristalino murmullo del vientoentre las hojas. Desigual batalla la del humildejardín, un poco más arriba de la Plaza de Toros:contra la voracidad de los constructores, contra lalenidad de los poderes públicos en defender elpatrimonio de los débiles frente a la agresión de losfuertes.Que esos pastores no entren al portal. El NiñoDios, sin duda, prefiere a los pastores de las montañasKurdas, acosados por el poder iraquí o turco; alos pastores chechenos, que ya no tienen rebañosque guardar ni cabaña a la que acogerse; al pastorgranadino, con su breve infusión de manzanilla y laamenaza de la cárcel sobre su frágil cabeza delpueblo. Que pasen los pastores. Que se expu lse alfiscal y a sus secuaces a la fría inclemencia de lanoche.Ay, quién pudiera creer aún en un milagro deNavidad ...30 ADARVE / N° 565-566 - 15 de Diciembre 1999 - 1 de Enero 2000