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(A) Homilía del P. Ignasi M Fossas, monje de Montserrat 31 de julio ...

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DOMINGO XVIII DEL TIEMPO ORDINARIO (A)Homilía <strong><strong>de</strong>l</strong> P. <strong>Ignasi</strong> M <strong>Fossas</strong>, <strong>monje</strong> <strong>de</strong> <strong>Montserrat</strong><strong>31</strong> <strong>de</strong> <strong>julio</strong> <strong>de</strong> 2011Is 55, 1-3 / Sal 144, 8-9.15-16.17-18 (R.: 15) Rom 8, 35.37-39/ Mt 14, 13-21Queridos hermanos y hermanas:A veces la Palabra <strong>de</strong> Dios consuela, reconforta, anima. A menudo, por no <strong>de</strong>cirsiempre, señala el camino <strong>de</strong> la vida, es luz que apunta en la oscuridad, enseña cómohacer para vivir <strong>de</strong> acuerdo con el plan <strong>de</strong> Dios. Y otras veces, la Palabra <strong>de</strong> Dios esincómoda porque <strong>de</strong>nuncia nuestro pecado, nuestra ten<strong>de</strong>ncia a errar el camino, avivir como si Dios no existiera o como si no tuviera nada que <strong>de</strong>cirnos. A esto último serefieren las lecturas <strong>de</strong> hoy. Tanto el fragmento <strong><strong>de</strong>l</strong> profeta Isaías, o el ardor <strong>de</strong> sanPablo que <strong>de</strong>nuncia nuestra tibieza, como las palabras <strong>de</strong> Jesús son especialmenteimpresionantes en nuestros días. Cuando en amplias regiones <strong>de</strong> África, en muchosotros lugares <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, y seguramente también muy cerca <strong>de</strong> nosotros, haypersonas que pasan hambre, el profeta Isaías nos grita: ¿Por qué gastáis dinero en loque no alimenta, y el salario en lo que no da hartura? La opulencia <strong>de</strong> los ricos, <strong><strong>de</strong>l</strong>mundo que llamamos <strong>de</strong>sarrollado, ofen<strong>de</strong> a millones <strong>de</strong> personas necesitadas,ofen<strong>de</strong> la dignidad humana y ofen<strong>de</strong> a Dios.El profeta llama la atención sobre el alimento verda<strong>de</strong>ro, lo que da la vida parasiempre. Este alimento es Dios mismo. Decir eso cuando hay gente que pasa hambreno es una huida hacia a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante, porque el acercamiento a Dios y el interés por los<strong>de</strong>más van juntos. Quien encuentra en Dios el propio alimento espiritual, recibe lafuerza para compartir los alimentos materiales con los que tienen necesidad.La palabra <strong>de</strong> Jesús que hemos oído en el evangelio, no es menos incisiva. Élrespon<strong>de</strong> a los discípulos que querían <strong>de</strong>spedir a la multitud para comprarse comida,diciéndoles: No hace falta que vayan, dadles vosotros <strong>de</strong> comer. Es incómodo oír esto,porque en el contexto <strong>de</strong> la celebración Jesús nos dirige estas palabras a cada uno <strong>de</strong>nosotros. Dadles vosotros <strong>de</strong> comer. Cada uno en la medida <strong>de</strong> sus posibilida<strong>de</strong>s, sise siente tocado por la persona <strong>de</strong> Jesucristo, <strong>de</strong>be hacer algo por los niños, losjóvenes, los adultos, los ancianos que pasan hambre o se mueren <strong>de</strong> hambre. Dadlesvosotros <strong>de</strong> comer. Alguien podría replicar a Dios: "Y tú, que hiciste el cielo, la tierra yel mar, que eres todopo<strong>de</strong>roso y eterno, ¿por qué permites que mueran losinocentes? ¿Por qué no lo arreglas, tú que lo pue<strong>de</strong>s todo? ". Hay un clamor <strong>de</strong>solado,un grito <strong>de</strong> dolor y <strong>de</strong> revuelta en estos interrogantes, hay un abismo <strong>de</strong> misterio queno po<strong>de</strong>mos preten<strong>de</strong>r llenar. Pero Dios nos recuerda que con la revelación <strong>de</strong> la Ley,con los diez mandamientos y con las bienaventuranzas, ya nos ha proporcionado lasherramientas para dar <strong>de</strong> comer al que tiene hambre. Dios nos responsabiliza anosotros <strong>de</strong> la suerte <strong>de</strong> nuestros hermanos, y por eso nos invita a darles <strong>de</strong> comer. Elalimento material que hace falta para vivir y el alimento espiritual que da la vidaeterna. Dadles vosotros <strong>de</strong> comer. Y cuando reconocemos humil<strong>de</strong>mente nuestrainsuficiencia (Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces), el Señor Jesúsmultiplica el don <strong>de</strong> sí mismo, multiplica la fuerza <strong>de</strong> su Espíritu Santo para que todoslos que estén dispuestos a acogerlo puedan trabajar por la justicia, la solidaridad, lapromoción <strong>de</strong> la persona humana, la difusión <strong><strong>de</strong>l</strong> evangelio, la extensión <strong><strong>de</strong>l</strong> Reino <strong>de</strong>Dios.En la tradición monástica, las palabras <strong><strong>de</strong>l</strong> salmo responsorial <strong>de</strong> hoy sirven paraben<strong>de</strong>cir la mesa: Los ojos <strong>de</strong> todos te están aguardando, tú les das la comida a sutiempo; abres tú la mano, y sacias <strong>de</strong> favores a todo viviente. No estaría mal que entodas las familias cristianas renováramos la costumbre <strong>de</strong> ben<strong>de</strong>cir la mesa, es <strong>de</strong>cir,


<strong>de</strong> alabar a Dios que nos da el pan <strong>de</strong> cada día y nos hace responsables <strong><strong>de</strong>l</strong> pan <strong>de</strong>nuestros hermanos más necesitados.

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