SACERDOTALIS CAELIBATUS - amoz.com.mx
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El proceso de la naturaleza y el proceso de la gracia63. Pero es también necesario que se tenga exactamente cuenta de su estado biológico parapoderlo guiar y orientar hacia el ideal del sacerdocio. Una formación verdaderamente adecuadadebe por tanto coordinar armoniosamente el plano de la gracia y el plano de la naturaleza ensujetos cuyas condiciones reales y efectiva capacidad sean conocidas con claridad. Sus realescondiciones deberán ser <strong>com</strong>probadas apenas se delineen las señales de la sagrada vocación conel cuidado más escrupuloso, sin fiarse de un apresurado y superficial juicio, sino recurriendoinclusive a la asistencia y ayuda de un médico o de un psicólogo <strong>com</strong>petente. No se deberáomitir una seria investigación anamnésica para <strong>com</strong>probar la idoneidad del sujeto aun sobre estaimportantísima línea de los factores hereditarios.Los no aptos64. Los sujetos que se descubran física y psíquica o moralmente ineptos, deben serinmediatamente apartados del camino del sacerdocio: sepan los educadores que éste es para ellosun gravísimo deber; no se abandonen a falaces esperanzas ni a peligrosas ilusiones y no permitanen modo alguno que el candidato las nutra, con resultados dañosos para él y para la Iglesia. Unavida tan total y delicadamente <strong>com</strong>prometida interna y externamente, <strong>com</strong>o es la del sacerdociocélibe, excluye, de hecho, a los sujetos de insuficiente equilibrio psicofísico y moral, y no sedebe pretender que la gracia supla en esto a la naturaleza.Desarrollo de la personalidad65. Una vez <strong>com</strong>probada la idoneidad del sujeto, y después de haberlo recibido para recorrer elitinerario que lo conducirá a la meta del sacerdocio, se debe procurar el progresivo desarrollo desu personalidad, con la educación física, intelectual y moral ordenada al control y al dominiopersonal de los instintos, de los sentimientos y de las pasiones.Necesidad de una disciplina66. Esta educación se <strong>com</strong>probará en la firmeza de ánimo con que se acepte una disciplinapersonal y <strong>com</strong>unitaria, cual es la que requiere la vida sacerdotal. Tal disciplina, cuya falta oinsuficiencia es deplorable, porque expone a graves riesgos, no debe ser soportada sólo <strong>com</strong>o unaimposición desde fuera, sino, por así decirlo, interiorizada, integrada en el conjunto de la vidaespiritual <strong>com</strong>o un <strong>com</strong>ponente indispensable.La iniciativa personal67. El arte del educador deberá estimular a los jóvenes a la virtud sumamente evangélica de lasinceridad (cf. Mt 5, 37) y a la espontaneidad, favoreciendo toda buena iniciativa personal, a finde que el sujeto mismo aprenda a conocerse y a valorarse, a asumir conscientemente las propiasresponsabilidades, a formarse en aquel dominio de sí que es de suma importancia en la educaciónsacerdotal.El ejercicio de la autoridad