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En este libro, Melchor Cano, trata de explicar y ... - amoz.com.mx

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UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE MÉXICO<br />

DE LOCIS THEOLOGICIS<br />

PROF. DR. JULIÁN A. LÓPEZ A.<br />

ALUMNO: ADRIÁN SÁNCHEZ REYES.<br />

LIBRO IV. LA AUTORIDAD DE LA IGLESIA CATÓLICA EN LOS DOGMAS DE FE.<br />

<strong>En</strong> <strong>este</strong> <strong>libro</strong>, <strong>Melchor</strong> <strong>Cano</strong>, <strong>trata</strong> <strong>de</strong> <strong>explicar</strong> y <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r la autoridad <strong>de</strong> la Iglesia, tema<br />

muy <strong>de</strong>batido. Lo propio <strong>de</strong> esta exposición es <strong>trata</strong>r sobre la autoridad <strong>de</strong> la Iglesia en el juicio<br />

sobre la fe y exponer si <strong>de</strong>l <strong>com</strong>ún sentir <strong>de</strong> los fieles se pue<strong>de</strong>n sacar argumentos sólidos para<br />

<strong>de</strong>mostrar los dogmas <strong>de</strong> la teología.<br />

<strong>En</strong> la historia <strong>de</strong> la Iglesia han existido algunos personajes que han negado la autoridad <strong>de</strong> la<br />

Iglesia: Montano, Nestorio, los iconoclastas, los donatistas y los rogacianos, y Lutero. Esto es<br />

propio <strong>de</strong> los herejes en cuanto se ven apremiados por la autoridad <strong>de</strong> la Iglesia, o <strong>de</strong>spreciarla o<br />

transferir a sí mismos la realidad y el nombre <strong>de</strong> la Iglesia y negar que esté en los que está<br />

verda<strong>de</strong>ramente.<br />

CAPÍTULO 1-6. ARGUMENTOS CONTRA LOS QUE SE IMPUGNA LA AUTORIDAD DE LA IGLESIA /<br />

REFUTACIÓN DE LOS ARGUMENTOS<br />

[1] Si la Iglesia <strong>de</strong> Cristo, al igual que Aarón (cfr. Ex 32,1-6) adora esculturas, errará<br />

vergonzosamente en la fe y en la religión.<br />

[1b 1 ] Ni Moisés, ni Josué, cayeron en el furor y en la locura <strong>de</strong>l pueblo, <strong>com</strong>o tampoco es cierto que<br />

todos cayeron en la infamia. Aarón todavía no era iniciado en el sacerdocio, así que no es extraño<br />

que errase en la fe y en la religión. Pecó por miedo no por falta <strong>de</strong> fe.<br />

[2] La Iglesia en tiempos <strong>de</strong> Isaías y Jeremías, se equivocó en el culto <strong>de</strong>l único Dios verda<strong>de</strong>ro; La<br />

Iglesia es la misma y en <strong>este</strong> asunto no habrá ninguna diferencia entre el pueblo nuevo y el antiguo.<br />

[2b] Generalmente la palabra divina acusa a las turbas impías <strong>de</strong> la Iglesia, <strong>com</strong>o si fuesen todos<br />

impíos… hemos <strong>de</strong> estar prevenidos <strong>de</strong> que bajo un cierto número se nombra a todos (San Agustín).<br />

[3] La Iglesia no necesita estar en el can<strong>de</strong>lero; pue<strong>de</strong> permanecer oculta, sin ninguna forma visible.<br />

[3b] La Iglesia no nos está oculta… está sobre un can<strong>de</strong>lero, para que alumbre a todos (san<br />

Agustín contra los donatistas)<br />

[4] Hilario en su tiempo creía más en la Iglesia invisible que en la que veía. Afirma que la Iglesia no<br />

se tiene que buscar ni en los obispos, ni en los sacerdotes, ni en los templos, ni en medio <strong>de</strong>l gentío,<br />

sino en los hombres santos.<br />

[4b] La Iglesia alguna vez se oscurece, es cierto, por la cantidad <strong>de</strong> escándalos… en otras se ve<br />

anegada y azotada por las olas <strong>de</strong> las tentaciones, y tal era el tiempo en que escribió Hilario. (S.<br />

Agustín); Peligraba la nave <strong>de</strong> los Apóstoles, ya no quedaba ni chispa <strong>de</strong> esperanza… Todos los<br />

1 La letra b se refiere a la respuesta que <strong>Cano</strong> da los argumentos <strong>de</strong>l capítulo 1.


obispos que habían sido d<strong>este</strong>rrados <strong>de</strong> sus propias se<strong>de</strong>s, vuelven a sus iglesias (Jerónimo).La nave<br />

<strong>de</strong> la Iglesia, flotando en un mar <strong>de</strong> herejías, <strong>de</strong> sediciones y <strong>de</strong> discordias, sin duda ha sido<br />

zaran<strong>de</strong>ada por las tormentas y casi cubierta por las olas, pero no ha sido hundida ni siquiera en tan<br />

gran tempestad.<br />

[5] Si los fieles hubiesen buscado una Iglesia visible en el tiempo <strong>de</strong>l cisma, sin creer en otra que no<br />

fuera la que pudieran ver, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego que no habrían encontrado una. ¿La Iglesia estuvo oculta?<br />

[5b] La fe <strong>de</strong> la Iglesia no se llega a disolver u ocultar bajo varios pontífices enfrentados; por el<br />

contrario, la Iglesia Católica da una inequívoca prueba <strong>de</strong> su fe; aunque en ese momento los juicios<br />

<strong>de</strong> los pastores –débiles e inseguros- corren peligro.<br />

[6] ¿Por qué no po<strong>de</strong>mos temer que la Iglesia <strong>de</strong> Cristo pueda verse oculta y ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> ciega noche<br />

y espesa oscuridad <strong>de</strong> tal modo que no resplan<strong>de</strong>zca su verda<strong>de</strong>ro aspecto? ¿Por qué <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>mos el<br />

aspecto externo <strong>de</strong> la Iglesia y su esplendor, cuando toda la gloria <strong>de</strong> la hija <strong>de</strong>l rey es interna?<br />

[6b] Se ha <strong>de</strong> extirpar el error <strong>de</strong> los que han llegado a juzgar que la fe pue<strong>de</strong> permanecer sólo en un<br />

único fiel; pues <strong>com</strong>o el nombre <strong>de</strong> Iglesia es colectivo, si solamente creyera uno, no creería la<br />

Iglesia. La Iglesia <strong>com</strong>o cuerpo <strong>de</strong> Cristo, permanecerá hasta el fin (Mt 28,20). La profecía <strong>de</strong><br />

Apocalipsis (9,2) se ha cumplido en Lutero, a quien se le dio la llave <strong>de</strong>l pozo <strong>de</strong>l abismo para que<br />

<strong>de</strong>rramando errores sumergidos y enterrados en su interior, ensombreciese el Orbe con tan gran<br />

oscuridad que pareciera que hasta la mismísima luz estaba ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> tiniebla, sin embargo, aún<br />

brilla la luz <strong>de</strong> la Iglesia para los que tiene ojos para ver. Es evi<strong>de</strong>nte que así <strong>com</strong>o en la esposa <strong>de</strong><br />

Cristo no hay nada ficticio, falso o simulado, sino que todo es verda<strong>de</strong>ro, sincero y sólido, también<br />

toda la gloria externa proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> la virtud y esplendor interiores.<br />

[7] La Iglesia sólo está formada por el número <strong>de</strong> los pre<strong>de</strong>stinados, y nadie más que Dios sabe el<br />

número <strong>de</strong> los elegidos; por lo tanto, la Iglesia está <strong>com</strong>pletamente oculta y no la conocemos.<br />

[7b] <strong>En</strong> la Iglesia hay hombres <strong>de</strong> todos los pueblos y costumbres. Por hijo <strong>de</strong> Dios no siempre se<br />

entien<strong>de</strong> al virtuoso, sino también al que ha dilapidado los bienes paternos. Se llaman hijos aquellos<br />

que por el bautismo han sido engendrados para Cristo y para la Iglesia, pero entre estos, hay hijos<br />

malos y necios.<br />

[8] La verda<strong>de</strong>ra Iglesia <strong>de</strong> Cristo <strong>de</strong>be <strong>de</strong> ser perfecta e inmaculada; por ahora no existe ninguna <strong>de</strong><br />

esta clase.<br />

[8b] La Iglesia a la que se refiere el Apóstol (Ef 5,26) no es la que es, sino la que será cuando<br />

aparezca gloriosa, y aquellas cosas (perfecta e inmaculada) se refieren a la eficacia actual <strong>de</strong><br />

Bautismo. La Iglesia es inmaculada y santa en los muchos que están limpios <strong>de</strong> iniquidad y crimen.<br />

[9] Los fieles están obligados a creer no en cualquier Iglesia, sino en la que es santa. <strong>En</strong> una<br />

sociedad santa sólo hay santos.


[9b] Para que la Iglesia sea santa no es necesario que sean santos cada uno <strong>de</strong> los que se dicen que<br />

son parte <strong>de</strong> ella; con verdad se llama santo al Pueblo Cristiano. La Iglesia es santa, porque es un<br />

pueblo <strong>de</strong>dicado a Dios por el Bautismo, consagrado y santificado.<br />

[10] Quien no escucha la voz <strong>de</strong> Cristo no pertenece a su redil, y no es parte <strong>de</strong> la Iglesia <strong>de</strong> Cristo.<br />

[10b]<br />

[11] Si constituyeran la Iglesia los buenos y malos conjuntamente, así <strong>com</strong>o se llama santa por unos<br />

pocos, se llamaría inicua por los muchos injustos. Sólo los buenos forman la Iglesia <strong>de</strong> Cristo, por<br />

lo cual es invisible para los hombres y es poco conocida.<br />

[11b] Es usual en las Escrituras llamar al pueblo feliz y santo en función <strong>de</strong> los justos, y otras<br />

<strong>de</strong>sgraciado y miserable a causa <strong>de</strong> los malos. <strong>En</strong> asuntos <strong>de</strong> esta clase es mayor la fuerza <strong>de</strong> los<br />

buenos que la <strong>de</strong> los malos. Pero sobre todo, la Iglesia es santa porque está especialmente<br />

consagrada a Dios.<br />

[12] No es bastante claro a cuál <strong>de</strong> las dos Iglesias [Latina y Griega] hay que creer. La verdad y el<br />

nombre <strong>de</strong> Iglesia no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> un único pontífice. La Iglesia Latina usurpa arrogantemente para<br />

sí el nombre <strong>de</strong> Iglesia Católica en el juicio sobre la fe, porque si no siente lo mismo que la Iglesia<br />

Griega, carece <strong>de</strong> autoridad <strong>de</strong> Iglesia universal.<br />

[12b] Los griegos son cismáticos y por tanto no está la Iglesia entre ellos, pues creemos en una sola<br />

Iglesia Católica; <strong>de</strong> lo que se <strong>de</strong>duce que el que se separa <strong>de</strong> la unidad, ni siquiera está en la Iglesia.<br />

Los griegos a<strong>de</strong>más son herejes porque niegan que Cristo haya instituido a san Pedro el único<br />

pastor <strong>de</strong> toda la Iglesia. Cuando muere el Sumo Pontífice, sin duda la Iglesia permanece una, y está<br />

en ella el Espíritu <strong>de</strong> Verdad, pero se queda in<strong>com</strong>pleta y <strong>de</strong>bilitada sin el Vicario <strong>de</strong> Cristo y pastor<br />

único <strong>de</strong> la Iglesia católica. No se pue<strong>de</strong> admitir que existan dos Iglesias, porque Cristo solamente<br />

tiene un cuerpo. Por eso en cuanto un fiel <strong>de</strong>sprecia al único pastor, abandona la unidad <strong>de</strong>l cuerpo<br />

y <strong>de</strong>l redil. La Iglesia se <strong>de</strong>fine un solo cuerpo por tener un solo Espíritu, que exige una sola<br />

esperanza, necesita un solo Señor, exige una sola fe; es necesario un Bautismo y el testimonio<br />

externo <strong>de</strong> la fe.<br />

[13] La Iglesia no tiene una autoridad cierta, puesto que ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser católica –universal.<br />

[13b] La Iglesia ha recibido el nombre <strong>de</strong> católica porque se ha extendido por todo el orbe, a toda<br />

clase <strong>de</strong> gente, en esto se distingue la Iglesia <strong>de</strong> la sinagoga (congregación), <strong>de</strong> los grupos <strong>de</strong><br />

herejes. Es católica porque tiene una fe en <strong>com</strong>ún y una doctrina universal, y es <strong>de</strong> muchas maneras<br />

en razón <strong>de</strong> los hombres, por razón <strong>de</strong> lugar, por razón <strong>de</strong>l tiempo. Lo que en todo tiempo y lugar se<br />

cree y se enseña por todos con certeza y constantemente, a esto se le llama con verdad dogma<br />

católico, y a la que tiene dogmas y disciplinas <strong>de</strong> esta clase se le llama con verdad Iglesia Católica.<br />

La Iglesia es la misma y conserva la misma fe que divulgaron los Apóstoles por toda la tierra. Sin<br />

duda la universalidad <strong>de</strong> la fe actual hay que referirla a la universalidad que existió en la Iglesia en


tiempos pasados y que los Apóstoles extendieron por todo el orbe. Se llama Católica a cada una <strong>de</strong><br />

las iglesias <strong>com</strong>prendidas en la Iglesia Universal, ya que tiene la misma fe que tiene y tuvo siempre<br />

la Iglesia Universal.<br />

[14] Es posible que alguien diga: los pastores representan a la Iglesia y así ellos son la misma<br />

Iglesia, por lo que basta con buscar su sentir, que será el mismo sentir <strong>de</strong> la Iglesia.<br />

[14]. Dos son las clases <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>s que se creen en la Iglesia: una que es <strong>com</strong>ún a todos por igual.<br />

La otra clase es la <strong>de</strong> aquellas verda<strong>de</strong>s que interesa conocer en la Iglesia a los mayores y a los<br />

sabios, no a los rudos e ignorantes. Si se pidiera la opinión <strong>de</strong>l vulgo sería lo mismo que interrogar a<br />

un ciego sobre los colores.<br />

Conclusión: La Iglesia es bastante conocida <strong>com</strong>o para que se ponga en tela <strong>de</strong> juicio. Los<br />

sobrenombres <strong>de</strong>muestran abierta y evi<strong>de</strong>ntemente quien posee la verda<strong>de</strong>ra señal y carácter <strong>de</strong> la<br />

Iglesia: si en alguna parte se oye que los que se dicen <strong>de</strong> Cristo son llamados por algún otro<br />

nombre…, hay que saber que no son la Iglesia <strong>de</strong> Cristo, sino la sinagoga <strong>de</strong>l Anticristo (S.<br />

Jerónimo).<br />

CAPÍTULO 2 CUÁL SEA EL SIGNIFICADO DEL TÉRMINO IGLESIA<br />

Iglesia es una palabra griega que significa convocación. Quienquiera que concurre en ella lo<br />

hacen no por sus méritos y santidad, sino por la vocación y la gracia <strong>de</strong> Dios. La Iglesia es no sólo<br />

el lugar mismo don<strong>de</strong> se reúne el pueblo, sino el pueblo mismo; se distingue <strong>de</strong> la sinagoga<br />

(congregación).<br />

El término Iglesia pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> dos modos: a) se llama Iglesia a la que está formada<br />

por la congregación <strong>de</strong> todos los fieles <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio hasta el fin <strong>de</strong>l mundo; b) es la que se<br />

reúne en nombre <strong>de</strong> Cristo por el Bautismo, que no sólo es sacramento <strong>de</strong> la Fe, sino que hace a los<br />

fieles partes y miembros <strong>de</strong> la Iglesia. Por tanto, la Iglesia está constituida no sólo por la Fe interior,<br />

sino también por el sacramento exterior <strong>de</strong>l Bautismo. Con esto, <strong>Melchor</strong> <strong>Cano</strong> quiere <strong>de</strong>mostrar:<br />

que la Iglesia está constituida por la reunión <strong>de</strong> todos los fieles, fuertes y débiles, santos y<br />

pecadores.<br />

CAPITULO 3. QUIÉNES SON LOS FIELES QUE FORMAN VERDADERA Y PROPIAMENTE LA IGLESIA.<br />

Algunos opositores a la Iglesia afirman que sólo pertenecen a ella: quien tenga una <strong>com</strong>pleta<br />

pureza e integridad <strong>de</strong> vida, sólo los pre<strong>de</strong>stinados y los justos; estos tres errores se refutan con las<br />

parábolas <strong>de</strong>l Evangelio, ya que la Iglesia tiene sus miembros carnales, a los que no hay que<br />

separara <strong>de</strong> los espirituales; tiene enfermos y débiles, a quienes los médicos les administran los<br />

remedios <strong>de</strong> los sacramentos preparados por Cristo. Si la Iglesia sólo está en los santos, no habría<br />

seguridad en nada. Por tanto el nombre <strong>de</strong> Iglesia abarca a todos los fieles, justos y pecadores.<br />

CAPITULO 4. LA AUTORIDAD DE LA IGLESIA CATÓLICA EN LOS DOGMAS DE FE.


Acerca <strong>de</strong> los hombres <strong>de</strong> Iglesia, <strong>Cano</strong>, intenta exponer que la autoridad <strong>de</strong> la Iglesia tiene<br />

tanta fuerza para <strong>de</strong>mostrar, que también proporciona firmísimos argumentos a los teólogos. Para<br />

ello hace una advertencia: la Iglesia no sólo es la asamblea <strong>de</strong> los católicos, sino también es el<br />

conjunto <strong>de</strong> los mismos príncipes y prefectos eclesiásticos, en quienes resi<strong>de</strong> la autoridad <strong>de</strong> esta<br />

República. Establece cuatro conclusiones<br />

1º La fe <strong>de</strong> la Iglesia no pue<strong>de</strong> faltar. La iglesia es la esposa <strong>de</strong> Cristo por la fe, pero si faltara la fe<br />

<strong>de</strong> la Iglesia, se disolvería el matrimonio <strong>de</strong>l esposo y <strong>de</strong> la esposa, sin embargo su unión es<br />

indisoluble y perpetua, Yo estaré con uste<strong>de</strong>s… (Mt 28,20)<br />

2º La Iglesia cuando cree no pue<strong>de</strong> errar. Algunos interpretan la perenne fe <strong>de</strong> la Iglesia <strong>de</strong> tal forma<br />

que entien<strong>de</strong>n que Dios estará presente en la Iglesia hasta el fin <strong>de</strong> los siglos, para que nunca le falte<br />

ni la verda<strong>de</strong>ra fe ni la caridad. La Iglesia <strong>com</strong>o cuerpo <strong>de</strong> Cristo, esta movida y gobernada por su<br />

cabeza, por tanto cualquier error <strong>de</strong> la Iglesia <strong>de</strong> la imputaría a Cristo <strong>com</strong>o autor, por tanto <strong>de</strong><br />

ningún modo pue<strong>de</strong> errar en la fe. La Iglesia tiene la promesa <strong>de</strong> que nunca será abandonada por<br />

Cristo: Yo rogaré al Padre…. (Jn 14,16s; 16,13). Sin embargo, los herejes intentan eludir <strong>este</strong><br />

argumento <strong>de</strong> dos maneras: a) estas palabras <strong>de</strong>ben enten<strong>de</strong>rse referidas sólo a los Apóstoles y no<br />

atañen a los que vendrán <strong>de</strong>spués en la Iglesia; b) Afirman que Cristo prometió el espíritu <strong>de</strong> verdad<br />

no sólo al conjunto en cuanto tal <strong>de</strong> los Doce, sino también a cada uno <strong>de</strong> los apóstoles por<br />

separado; y <strong>de</strong> modo semejante lo prometió a los <strong>de</strong>más discípulos.<br />

<strong>Cano</strong> refuta <strong>este</strong> argumento diciendo que es evi<strong>de</strong>nte que aquellas palabras hay que referirlas<br />

no sólo a los Apóstoles, sino también a los sucesores, sobre todo por aquello: el cual permanecerá<br />

con vosotros para siempre (Jn 14,16); He aquí que yo estoy con uste<strong>de</strong>s (Mt 28,20).<br />

3º La Iglesia actual ni la futura hasta la consumación <strong>de</strong> los siglos pue<strong>de</strong> ni podrá errar en la fe. Las<br />

promesas <strong>de</strong> Cristo acerca <strong>de</strong> su presencia, no se refieren sólo a la Iglesia <strong>de</strong>l tiempo <strong>de</strong> los<br />

Apóstoles, sino también a la Iglesia Católica que existirá hasta el fin <strong>de</strong> los siglos. El que<br />

pretendiera negar el Espíritu <strong>de</strong> Verdad a la Iglesia presente, le negaría también el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> atar y<br />

<strong>de</strong>satar, le negaría los sacramentos y el sacerdocio, y todos los carismas <strong>de</strong>l Espíritu Santo. La<br />

Iglesia <strong>de</strong> Cristo se reduciría a un nombre vacío y sería una palabra imaginaria sin contenido.<br />

4º No sólo la Iglesia Universal tiene <strong>este</strong> Espíritu sempiterno <strong>de</strong> Verdad, sino también lo tienen los<br />

príncipes y pastores <strong>de</strong> la Iglesia. Con la palabra Iglesia se <strong>de</strong>signa tanto al pueblo fiel <strong>com</strong>o a los<br />

pastores <strong>de</strong> la Iglesia. Esta conclusión afirma que los pastores y doctores <strong>de</strong> la Iglesia no pue<strong>de</strong>n<br />

errar en materia <strong>de</strong> fe, sino que todo lo que enseñan al pueblo fiel, referente a la Fe <strong>de</strong> Cristo, es<br />

absolutamente verda<strong>de</strong>ro.<br />

CAPITULO 5. ALGUNAS OBJECIONES CONTRA LA AUTORIDAD DE LOS PASTORES DE LA IGLESIA.<br />

[1] Ciertos teólogos objetan la ultima conclusión (4ª <strong>de</strong>l capítulo 4) por el hecho <strong>de</strong> que en el<br />

momento <strong>de</strong> la pasión <strong>de</strong>l Señor todos los apóstoles perdieron la fe en Cristo. Por lo que todos los


obispos podrían per<strong>de</strong>r la fe en Cristo. Sus argumentos son: el Señor lo anuncia: esta noche se<br />

escandalizarán (Mt 26,31); las palabras <strong>de</strong> las mujeres les parecieron <strong>de</strong>lirios (Lc 24,10); Cristo<br />

echó en cara su incredulidad y dureza <strong>de</strong> corazón (Mc 16,4); y san Agustín dice que los discípulos<br />

fueron vencidos por el ladrón. Sin embargo no se <strong>de</strong>be <strong>de</strong> creer que todos los apóstoles perdieron la<br />

fe, a no ser que se piense que todos fueron infieles. Pues la fe una vez recibida no <strong>de</strong>saparece sino<br />

por infi<strong>de</strong>lidad. Sin embargo, cuando faltaron todavía no eran jefes <strong>de</strong> la Iglesia. Y cuando fueron<br />

constituidos <strong>com</strong>o pastores mantuvieron siempre la Fe Católica.<br />

[2] Cuando los herejes afirman que los pastores <strong>de</strong> la Iglesia son hombres y pue<strong>de</strong>n engañar y ser<br />

engañados, olvidan que los pastores no pue<strong>de</strong>n caer en una falsa doctrina porque han recibido el<br />

Espíritu <strong>de</strong> Verdad, por tanto todos los doctores <strong>de</strong> la Iglesia son hombres, dirigidos y llevados a los<br />

dogmas verda<strong>de</strong>ros por el Espíritu divino, y no pue<strong>de</strong>n caer en falseda<strong>de</strong>s.<br />

[3] Algunos piensan que nosotros no creemos «en» la Iglesia porque está formada por hombres y<br />

en verdad todo hombre es mentiroso. Rufino afirma: no se dice creer «en» la Iglesia, sino hay que<br />

creer «a» la Iglesia, no <strong>com</strong>o a Dios, sino <strong>com</strong>o Iglesia unida a Dios.<br />

[4] Los herejes dan a la Iglesia un nombre odioso y oscuro y consi<strong>de</strong>ran aquella Iglesia que ningún<br />

mortal ha visto hasta ahora; nosotros en cambio nos quedamos con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Iglesia según la<br />

costumbre <strong>de</strong> la Palabra Divina y <strong>de</strong> nuestra vida; fijémonos en la Iglesia que existe y <strong>de</strong>jemos <strong>de</strong><br />

hablar <strong>de</strong> la que no existe en ninguna parte.<br />

CANO, <strong>Melchor</strong>, De Locis Theologicis, Juan Belda Plans (ed.), Serie Biblioteca Clásica, BAC maior<br />

85, Madrid 2006, pp. 219-287.

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