Número 1.257 1-2 de marzo - Archidiócesis de Toledo

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8 IGLESIA EN TOLEDO COLABORACIÓNA LAS PUERTAS DE UN NUEVO CÓNCLAVE (1)DOS CÓNCLAVES EN MENOS DE 50 DÍASSantiago Calvo ValenciaCuando nos vamos recuperando dela sorpresa que nos produjo la renunciade Benedicto XVI vamosa vivir días de expectación, esperando laelección del nuevo Papa, que saldrá delcónclave, recuerdo los dos cónclaves delaño 1978, en que fueron elegidos en cincuentadías dos Papas, Juan Pablo I y JuanPablo II.Fui a Roma, acompañando a don Marcelo,a mediados de agosto de 1978. Eldía que llegamos fue invitado a cenar a laresidencia de las Religiosas de la Compañíade Santa Teresa, por don CiprianoCalderón, obispo español, que trabajabaen el Vaticano desde hacía treinta años yconocía a la perfección los ambientes dela Curia Vaticana. Ese día ya le llevó unlibro titulado Ilustrísimos señores, se loentregó a don Marcelo y le dijo: «Lea estelibro, porque el autor ya está empezando asonar como fuerte candidato para ser elegidoPapa». El autor era el Patriarca deVenecia, Cardenal Luciani.Al día siguiente empezó la vida normalque hacían esos días los cardenales:reunión todas las mañanas en el Vaticanojunto con todos los demás cardenales, cuyonúmero fue aumentando cada día. Porla tarde –dato importante–unos días iba avisitar a algunos cardenales y otros recibíavisitas de cardenales en su residencia.¿De qué hablaban en esas visitas? Se lopueden imaginar: de ver quienes podríanser los candidatos y quién podría ser elmás apropiado.Señalaron como fecha para entrar enconclave el 25 de agosto. El día antes yoacompañé a don Marcelo a ver la habitacióndel segundo piso del palacio vaticano,que en la vida ordinaria se utilizabacomo despacho. Era una habitación quedaba a un patio interior bastante grande.Tenía la ventana precintada y los cristalespintados de un materia que podía serlo que llamábamos «blanco España», demanera que no se podía ver a nadie, ninadie podía ver desde fuera al que estabadentro, aunque tuviera abiertas las contraventanas.Era lo más sencillo que uno se puedeimaginar: una cama, una mesa de tamañomediano, un lavabo portátil, con un jarrónde agua y dos sillas. La única ventilaciónla recibía de las «loggia», que daba alpatio de San Dámaso. Al ser verano y notener ventilación exterior y llevar cerradala ventana desde hacía unos días, hacía uncalor agobiante.Aprovechamos para recorrer los espaciosdel cónclave, que eran despachosconvertidos en dormitorios y las estanciasde los palacios vaticanos, acomodadospara y comedor y sala de estar. En laCapilla Sixtina, donde tendrían las reunionesvimos la estufa en que se quemaríanlas papeletas. Allí sobre una mesitahabía unas tiras finas como alambres, deunos veinte centímetros de longitud, unasde color gris y otras negras.Nos dijo un empleado que las teníanpreparadas para echarlas en la estufacuando se quemaran las paletas. Si elresultado de la votación era negativo,se echaría una mecha negra, que haría elhumo negro. Cuando fuera positiva echaríanuna mecha blanca que haría –comoya habían probado– humo blanco. Se ibaa suprimir lo que venían haciendo con pajaseca para la votación positiva y mojadapara la negativa.El primer día, en la cuarta votación,segunda de la tarde, salió elegido Papael cardenal Luciani. Hubo unos minutos,casi una hora de confusión, porque, con lapuesta de sol y el contraluz, desde la plazade San Pedro no se apreciaba si el humoera blanco, gris, o negro.Además, lo queocasionó la mayor confusión fue que unode los cardenales diáconos, encargado dequemar las papeletas, se emocionó por laalegría de haber elegido Papa tan prontoy por el nombre del elegido y queriendohacer mucho humo blanco, echó en la estufatodas las mechas grises que había, yconsiguió que el humo saliera del colorindefinido.Yo estaba en la plaza de San Pedro,con don Ángel Rubio, actual obispo deSegovia. Logramos llegar corriendo desdeel centro de la plaza hasta la fachadade la basílica de San Pedro y colocarnosen la primera fila, justo a la izquierda delbalcón en que iba a salir el nuevo Papa.Allí lo presenciamos y vivimos con todaemoción al Papa y a los cardenales quesalieron acompañandole. En el balcón dela izquierda salió don Marcelo, a quiensaludamos desde abajo y nos hizo señascon la birreta que llevaba en la mano.Los cardenales entraron en cónclaveel día 25, eligieron Papa el 26, por la tarde,y salieron el 27, a las 11 de la mañana.Don Ángel Rubio y servidor fuimos losprimeros en entrar al recinto del cónclavey vivir unas escenas muy emotivas que,por falta de espacio,es imposibledescribir. Recemospara que el EspírituSanto ilumine a loscardenales para queacierten en la eleccióndel nuevo Papa.PADRE NUESTRO / 2-3 DE MARZO DE 2013
ACTUALIDAD IGLESIA EN TOLEDO 9RELIQUIAS DE SAN JUAN DE ÁVILA SOLEMNE EUCARiSTÍA EN LA CATEDRALEl Sr. Arzobispo recuerda a san Juan deÁvila para dar las gracias a Benedicto XVILa visita de las reliquias de san Juan de Ávila a nuestra archidiócesis tuvo su momento central en la SantaMisa en la Catedral Primada que presidió el Sr. Arzobispo el pasado domingo. En la homilía recordó unsermón del nuevo Doctor para expresar la gratitud de toda la Iglesia diocesana a Benedicto XVI.El Sr. Arzobispo comenzó recordandoque pasamos porpruebas y desesperanzas, «perola esperanza cristiana es firme,porque Dios es fiel y no defrauda».Por creer en Jesús, el Hijode Dios, los cristianos –recordódon Braulio– somos los verdaderosdescendientes de Abraham:«La Pascua del Señor hahecho posible la nueva alianzade Dios con su nuevo Pueblo.Vivir mejor esta alianza, prepararsea ella es lo que la Iglesiapretende con la Cuaresma cadaaño».Para confiar en el Dios fielnecesitamos, sin embargo, very gustar la promesa que Él noshace: «Aunque parezca, pues,que la promesa no llega, se hacepresente por la ayuda poderosade Dios», recordó don Braulio.Don Braulio recordó el impactoque causó en los Doce elanuncio que Jesús hizo de sumuerte: «Tenían una idea muyconcreta de cómo entender lafigura del Mesías, que coincidíabastante con lo que pensabanla mayor parte de los contemporáneosde Cristo. Él tiene,por ello, que dedicarse, tras elanuncio de su muerte, a una enseñanzaparticular sobre su Persona:quería prepararles para laprueba que su pasión les provocaría».La idea de un Mesías sufrienteera dura para los Apóstoles;tal vez también para nosotros:«La Transfiguración deCristo viene a ayudar a los discípulosa superar el escándalo,que no llegará a su fin sino en lamañana de la Resurrección».Por eso con acierto la Iglesiapropone la lectura de latransfiguración en cuaresma.Don Braulio recordó que losantiguos Padres de la Iglesia yan LAS RELIQUIAS DE SAN JUAN DE ÁVILA, el corazón y unaclavícula, permanecieron en la archidiócesis de Toledo desde el22 hasta el 28 de febrero. Han estado, además de en la capital, enSonseca, Talavera de la Reina, Camuñas, Villa de Don Fadrique,Torrijos e Illescas. En la foto, el relicario es trasladado a hombrosde jóvenes seminaristas hasta el Seminario Menor.destacaron que la transfiguraciónde Cristo era un regalo quehizo Dios a los Apóstoles parahacerles ver en la humanidadde Cristo la luz del Dios inaccesible,«de manera que cuandovieran su rostro escupido y humillado,permanecieran firmes,seguros de que ese mismo rostroera el rostro del Hijo de Diosque no podía ser vencido por elmal».El Primado dirigió seguidamentesu mirada al presente dela Iglesia, «un poco sorprendidospor el anuncio que BenedictoXVI declaró el 11 de febrero;estamos también un pocotristes por no gozar en adelantede su ministerio y la luz que supalabra sabia nos ha prestado enestos casi 8 años como Papa; eldía 28 habrá sede vacante. ¿Notendremos, por ello enseguidaun Papa nuevo? Ciertamente.»Por todo esto propuso unsermón de san Juan de Ávila,cuyas reliquias estaban presentesen la celebración, para hacercaer en la cuenta de la importanciadel Papa, sucesor de Pedro,en la vida de la Iglesia.Se trata de un sermón enJueves Santo donde el MaestroÁvila dice: «Veamos a quecasa los envía Jesús para que leaparejen la Pascua. ¿Qué señas,Señor, tiene vuestra casa, paraque los discípulos atinen a ellapara os aparejar la fiesta? Alentrar en la ciudad os saldrá alencuentro un hombre; seguid aun hombre que lleva un cántarode agua... En la divina Escritura,el agua significa la gracia.Pues mirad bien, que el aguava en cántaro, y así podréis porel cántaro atinar el agua. ¿Quécántaro contiene gracia celestialcon que se apagan los malosdeseos, y se riega el ánima, conque da fruto que lleve a la vidaeterna, sino los sacramentos dela iglesia?».Continua el nuevo Doctorde la Iglesia: «Aquella Iglesiaque cree y tiene la Escrituradivina, y que tiene y confiesahaber sacramentos por los cualesse da la gracia, aquella tieneseñales de verdadera Iglesia…Dadme otra señal más precisa yque no me deje engañar; señalclara, visible, manifiesta. ¿Cuáles, Señor, vuestra Iglesia? Miradbien en lo que he dicho,que allí lo veréis. No digo yo;Entrad en una casa y mirar dondehubiere un cántaro de aguay allí aparejad, sino: Seguidun hombre que lleva un cántarode agua. Si miráis a solas elagua o el cántaro, por venturaos engañaréis; más mirad quelo lleva un hombre, y de ciertono os faltará nada para acertar.Herejes puede haber que tratenpalabras de Dios, sacramentos;mas no quieren confesar quehay un hombre no más que lleveese cántaro de agua. Dicen queno es menester que haya cabezaque sea hombre, sino que bastaque el que es Dios y hombre seacabeza, y que a ése habemos deseguir».«Mirad –continúa el santo –que dice que un hombre lleva elcántaro de agua, porque ha dehaber un hombre que sea cabezay guía a quien vosotros sigáis».Así, tomando estas palabras delMaestro Ávila el Prelado recordólo que Cristo ha querido parasu Iglesia y el oficio del sucesorde Pedro. «¡Gracias Santo Padre,Benedicto XVI!», concluíadon Braulio. «Rezaremos conconfianza por el próximo Obispode Roma, como su Santidadha pedido en estos días últimosde su pontificado2 -3 DE MARZO DE 2013 / PADRE NUESTRO
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