a imagen de diosdarnos su espíritu, Dios nos convirtió en seres responsables que tienen<strong>la</strong> libertad de pensar y actuar, y de hacerlo con amor.Sin embargo, aun si poseemos un espíritu viviente, seguimos siendosólo imágenes del Creador. Y si consideramos <strong>la</strong> creación desde un puntode vista enfocado en Dios, y no en los seres humanos, entenderemosnuestro verdadero lugar en su orden divino de <strong>la</strong> vida. La persona queniega que tiene su origen en Dios, que niega que Dios es una realidadviviente en su vida, pronto se perderá en un vacío terrible. Por fin, seencontrará atrapada en una autoido<strong>la</strong>tría que trae consigo el despreciopropio y un desprecio hacia el valor de los demás.todos anheLamos Lo imPerecedero¿Qué seríamos si Dios no hubiera sop<strong>la</strong>do en nosotros su aliento devida? Toda <strong>la</strong> teoría de evolución de Darwin, fuera de contexto, es peligrosae inútil porque no está enfocada en Dios. Algo dentro de cadauno de nosotros se rebe<strong>la</strong> contra <strong>la</strong> idea de que hemos sido producidospor un universo sin ningún propósito. Dentro de lo más profundo delespíritu humano existe <strong>la</strong> sed de conocer lo que es perdurable e imperecedero.Ya que somos creados a <strong>la</strong> imagen de Dios, y Dios es eterno, no podemos,al final de <strong>la</strong> vida, desvanecernos simplemente como el humo.Nuestra vida está arraigada en <strong>la</strong> eternidad. Christoph Blumhardt 2 escribe:«Nuestras vidas llevan <strong>la</strong> marca de <strong>la</strong> eternidad, del Dios eternoque nos creó para ser su imagen. Él no quiere que nos inundemos en lotransitorio, sino que nos l<strong>la</strong>ma a sí mismo, a lo que es eterno». 3Dios ha colocado <strong>la</strong> eternidad en nuestros corazones, y en lo másprofundo de cada uno de nosotros existe un anhelo por <strong>la</strong> eternidad. Sinegamos esto y vivimos sólo por el presente, todo lo que nos sucede en<strong>la</strong> vida quedará cubierto de conjeturas tormentosas, y seguiremos profundamenteinsatisfechos. Ninguna persona, ningún arreglo humano,<strong>Un</strong> LLamado a La PUreza
a imagen de diosjamás puede llenar el anhelo de nuestras almas.La voz de <strong>la</strong> eternidad hab<strong>la</strong> más c<strong>la</strong>ramente en nuestra conciencia.Por eso <strong>la</strong> conciencia es, quizás, el elemento más profundo dentro denosotros. Nos advierte, despierta y dirige en <strong>la</strong> tarea que nos ha dadoDios (cf. Romanos 2.14-16). Y cada vez que se hiere el alma, nuestraconciencia nos acusa con vehemencia. Si le hacemos caso a nuestraconciencia, nos puede guiar. Sin embargo, cuando estamos separadosde Dios, nuestra conciencia titubeará y se descarriará. Esto le sucede nosólo a una persona, sino también a un matrimonio.Desde ya en el capítulo 2 de Génesis, leemos acerca de <strong>la</strong> importanciadel matrimonio. Cuando Dios creó a Adán, dijo que todo lo quehabía hecho era bueno. Luego creó a <strong>la</strong> mujer para ser una ayuda yco<strong>la</strong>boradora del hombre, porque vio que no era bueno que el hombreestuviera solo. Este es un misterio profundo: el hombre y <strong>la</strong> mujer–lomasculino y lo femenino –deben estar juntos para formar un cuadrocompleto de <strong>la</strong> naturaleza de Dios y ambos se pueden encontrar en Él.Juntos llegan a ser lo que ninguno de ellos podría ser solo y separado.Todo lo que Dios ha creado nos ayuda a entender su naturaleza:<strong>la</strong>s montañas majestuosas, los océanos inmensos, los ríos y <strong>la</strong>s grandesexpansiones de agua; <strong>la</strong>s tormentas, los truenos y relámpagos, losgrandes témpanos de hielo flotante, los campos, <strong>la</strong>s flores, los árbolesy helechos. Hay poder, aspereza y hombría, pero también hay ternura,calor materno y sensibilidad. Y así como <strong>la</strong>s diferentes formas de vidaen <strong>la</strong> naturaleza no existen ais<strong>la</strong>das unas de otras, así también los hijosde Dios, varón y hembra, no existen a so<strong>la</strong>s. Son diferentes, mas los dosfueron creados a <strong>la</strong> imagen de Dios y se necesitan el uno al otro pararealizar sus verdaderos destinos.cUando se desfigUra La imagen de dios, Las reLacionesPersonaLes de La vida Pierden sU ProPósitoEs trágico que en muchos aspectos de <strong>la</strong> sociedad actual, <strong>la</strong>s diferencias<strong>Un</strong> LLamado a La PUreza
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