Porque v iv imos e n comunid a dincumbe reconocer <strong>en</strong> ella la voluntad de Dios y cumplirla comotal. Dios – el Espíritu creador – dio forma a la naturaleza y nos la <strong>en</strong>com<strong>en</strong>dóa nosotros, sus hijos e hijas, como su her<strong>en</strong>cia. Al mismotiempo nos la ha dado como tarea: nuestro jardín debe transformarse<strong>en</strong> el jardín de Dios, y nuestra labor debe fom<strong>en</strong>tar su Reino.No podemos sino vivir <strong>en</strong> <strong>comunidad</strong>, porque nos inspira el mismoEspíritu creador y unificador que dispone la unidad de la naturaleza,y transforma toda labor y cultura <strong>en</strong> <strong>comunidad</strong> bajo Dios.12
Porque v iv imos e n comunid a dLa <strong>comunidad</strong> es signo del Reino v<strong>en</strong>ideroLa <strong>comunidad</strong> como heraldo del reino de Dios – como presagio deque Dios triunfará <strong>en</strong> esta tierra – no es m<strong>en</strong>os importante que elsímbolo de la <strong>comunidad</strong> como cuerpo. Cuando reine Dios, habráalegría, paz y justicia. Al igual que cada cuerpo vivi<strong>en</strong>te consiste demillones de células indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes que forman un organismo, la humanidad<strong>en</strong>tera llegará a ser un organismo. Este organismo ya existehoy <strong>en</strong> la iglesia invisible.Cuando aceptamos la unidad y el ord<strong>en</strong> de la iglesia invisible,reconocemos al mismo tiempo la libertad del Espíritu d<strong>en</strong>tro deeste ord<strong>en</strong>. Una <strong>comunidad</strong> que se sabe portadora de tal única tarea,estará consci<strong>en</strong>te de pert<strong>en</strong>ecer a la una sancta, la Iglesia Una. Formaparte de un organismo más grande, y necesita la reciprocidad queresulta de servir al Cuerpo <strong>en</strong>tero.Autodeterminación y sumisión. El secreto de la <strong>comunidad</strong> reside<strong>en</strong> la libertad de autodeterminación de cada persona, es decir, <strong>en</strong> lalibre decisión personal que toma cada miembro de <strong>en</strong>tregarse deltodo para el todo, y al mismo tiempo de ejercer su propia voluntadpara el bi<strong>en</strong>. Esta libertad, sin la cual la vida <strong>en</strong> común es imposible,no consiste <strong>en</strong> dominarse a sí mismo a fuerza de voluntad, nies tampoco cobardía o des<strong>en</strong>fr<strong>en</strong>o. En una <strong>comunidad</strong> de hombresy mujeres profundam<strong>en</strong>te conmovidos crey<strong>en</strong>do <strong>en</strong> el Espíritu, lalibertad de cada individuo reside <strong>en</strong> la libre decisión g<strong>en</strong>erada por elEspíritu. Cuando cada miembro ti<strong>en</strong>e por única meta el bi<strong>en</strong> de losdemás, esta libertad se transforma <strong>en</strong> unanimidad y armonía. Unavez liberada, la voluntad del individuo se ori<strong>en</strong>ta hacia el Reino, haciala unidad tal como la concibe Dios, hacia el bi<strong>en</strong> de la humanidad<strong>en</strong>tera.Vivimos <strong>en</strong> un mundo dominado por la muerte, razón por lacual la voluntad activa se verá obligada a def<strong>en</strong>derse constantem<strong>en</strong>tecontra las fuerzas destructivas de la m<strong>en</strong>tira y de la impureza, delcapitalismo y del poderío militar. Está luchando <strong>en</strong> todos los fr<strong>en</strong>tes:contra el espíritu de matanza, contra toda hostilidad (incluso13