numero3
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entrevista<br />
D<br />
Alejandra: soy un epitafio dorado<br />
Creí en Dios y en la vida eterna. Juré que amaría hasta la piel ajada. Y alguien en mis manos y con las<br />
cartas erró.<br />
“Vida llena de éxitos, llena de años, vida sin dolor y tormento en los ojos”.<br />
Vi un pájaro volar desde mi techo. Antes de morir. Y si hubiera sabido lo próximo, el golpe en la puerta,<br />
apostaría por una señal.<br />
Vi mis dedos azules.<br />
Y mi alma se aferró, pero fue imposible sujetarla ante tanta insistencia.<br />
8<br />
Una historia negra es un único tiempo, sin final ni principio.<br />
Todo parece un instante, a los ojos un único instante, que se vive desde el comienzo del mundo y hasta<br />
que el mundo muera.<br />
Una rosa sombría. Explayada. Con la forma de un sueño insistente o un multitudinario crepúsculo.<br />
F<br />
Antonio: soy un epitafio naranja<br />
Viví muerto. Antes de merecer la verdad de la muerte.<br />
Alejado de mi mundo, de mis lugares comunes, quise y busqué, traté de construirme otro, aunque no<br />
pude hacerlo por culpa de anclas y anclas con un peso sangriento.<br />
Escribí en una carta la definición del infierno: “De pie en una noche, solitario, y el frío y las luciérnagas,<br />
y las manos vacías, encadenadas por la distancia”.<br />
11<br />
Un suspiro gigante da el universo, cada segundo. Como un único amor se vive en el tiempo.<br />
Cada sufrimiento en el mundo, cada dolor, se olvida en nosotros.<br />
Cada acto perpetrado en la vida se lee en el aire.<br />
Y los muertos son un calor subterráneo. Un tic tac tic tac de la Tierra.<br />
V<br />
Andrea: soy un epitafio rosa<br />
Aunque vi el amor, vi la amargura más honda, esperé mucho más de la esquina lejana del tiempo.<br />
Con este mismo cuerpo, azul en sus formas, di la vida y la muerte, brindé el desamor y la felicidad momentánea.<br />
El cuerpo donde se engendraron la leche la caricia el canto.<br />
El cuerpo de las heridas innúmeras, que calentó la hierba el polvo los muros.<br />
Y esta es mi cara hoy. Azul. La misma y eterna que mirará la luna.<br />
Juan de Frono<br />
18<br />
No existe la palabra para definir el horror.<br />
No existe la palabra fiel, que abarque la inmensidad de las cosas.<br />
Toda palabra es un puente.<br />
El fin es silencioso.<br />
Y no hay redes. No hay palabras. Para tocar el fondo del mar.