numero3
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SUEÑO ANHELADO<br />
Estás en casa. Sentado a oscuras. Solo hay una luz pálida que emana<br />
de la pantalla del ordenador portátil que tienes apoyado en las<br />
piernas. Son las dos de la mañana y te sientes obligado a ver otra<br />
de esas películas online para intentar apalear el insomnio, ya rutinario,<br />
a base de imágenes semipixeladas y sonido enlatado. La<br />
película se carga lentamente. Las páginas piratas te obligan a repasar<br />
la publicidad para que el servicio siga siendo gratuito, ilegal,<br />
pero gratuito. Tus remordimientos son nulos, solo te limitas a ir<br />
cerrando todas las ventanas que van emergiendo a modo de catarata<br />
delante de tus ojos.<br />
Una pequeña pestaña aparece por la parte inferior derecha de tu<br />
escritorio virtual. Tiene la apariencia del chat de facebook pero no<br />
puede ser porque tienes esa página cerrada. La buscas por todos<br />
lados y lo<br />
confirmas. Cerrada.<br />
July86: hola guapo, estas?<br />
Si esta chica de supuesto nombre July y nacida en el 86, dato que<br />
no te incomoda porque en teoría solo eres cuatro años mayor que<br />
ella, te llama guapo es porque seguro que no te conoce. Te sientes<br />
engañado y vas directo a cerrar la ventana. Te cuesta encontrar la<br />
cruz que la haría desaparecer para siempre, y en lo que tardas ella<br />
vuelve a hablarte.<br />
July86: estas en madrid, no?<br />
July86: yo tambien, nos vemos?<br />
No sé para qué prestas atención a lo que dice. Nombran la ciudad<br />
en la que estás y ya sientes curiosidad. Piensas en cómo pudo averiguar<br />
el sitio en el que vives si hace menos de una semana que te<br />
has trasladado. La ventana te está esperando, el cursor parpadea<br />
con ansias de que escribas tu respuesta.<br />
Tú: hola July86<br />
Tu respuesta corta y tímida le hace saber que es tu primera vez, así<br />
que ella toma la iniciativa.<br />
July86: hola guapo, quieres que nos veamos?<br />
July86: seguro que podemos pasar una noche increible<br />
Tú: deja de llamarme guapo, no sabes como soy<br />
Tú: te obligan a decir estas tonterías para atrapar clientes?<br />
July86: tú no eres un cliente, amor, solo quiero conocerte<br />
July86: solo quiero hacerte pasar el mejor rato de tu vida. puedo<br />
hacerte sentir cosas que nadie te hizo sentir<br />
July86: este es mi mail, july86@gmail.com.ri, si quieres ya sabes<br />
donde estoy<br />
July86: podemos hablar por chat, webcam o puedo darte la dirección<br />
de mi casa y nos vemos en persona<br />
July86: un beso<br />
July86 está desconectada.<br />
La dirección de correo se quedó grabada en tu pantalla. Te das<br />
cuenta de que es un engaño. Ella sabe que estás aburrido, sin ganas<br />
de dormir, tienes dinero y te encantan las mujeres; pero optas<br />
por una acción impulsiva, haces clic en el mail para ver a dónde<br />
te lleva. Inmediatamente se abre una ventana que ocupa todo tu<br />
escritorio. Parece que acabas de conectarte a una cámara que te<br />
enseña una imagen fija de una cama con sábanas negras, en una<br />
habitación oscura, en la que un chorro de luz cae desde el techo<br />
dibujando una especie de círculo entre los almohadones que ocupan<br />
casi toda la cama. No es exactamente como te lo imaginabas.<br />
En medio de la pantalla hay un banner que te pide el número de<br />
teléfono. Sabes que te va a costar mucho dinero pero aquella imagen<br />
vacía te llama tanto la atención que no paras de pensar. Decides<br />
que solo vas a invertir diez euros como mucho para matar tu<br />
curiosidad que, según lo que estás leyendo en la letra pequeña, eso<br />
te va a dar para unos seis minutos como mucho. Además, pone<br />
que si se corta la conexión dejan de cobrarte, así que cuando se<br />
cumplan esos seis minutos solo tendrías que limitarte a desconectar<br />
la línea telefónica y punto. Más que nada para no arriesgarte<br />
a no poder encontrar la salida de un laberinto virtual de escapes<br />
ocultos. Tecleas el número el móvil casi instintivamente pero, justo<br />
antes de apretar la tecla “enter”, un momento de claridad invade<br />
tu ser. Piensas que por más aburrido que estés, estas cosas no son<br />
para ti. Decides que vas a dejarlo pero justo cuando vas a borrar<br />
los números que habías tecleado, una voz que resuena por todas<br />
las neuronas de tu cerebro amplificadas por los auriculares que<br />
te habías olvidado que llevabas puesto, te dice –No me dejes, por<br />
favor. Detectas un alto grado de desesperación, como si July se encontrara<br />
en apuros. En realidad no sabes si es ella, pero realmente<br />
lo deseas porque aquella voz, tímida, desprotegida, casi adolescente<br />
te remueve las entrañas. Dejas el número donde está y presionas<br />
“enter” inmediatamente. Impulsivamente. Ansiosamente.<br />
Por la parte derecha de la pantalla aparece una sombra que dibuja<br />
la silueta de una mujer. Se acerca muy lentamente a la cama. Está<br />
de espaldas. Se hace la tímida. En silencio se sienta en la cama y el<br />
roce de sus piernas contra las sábanas te acelera el corazón. Lleva<br />
un vestido negro que se funde con el color de la cama y desaparece<br />
entre las sombras que abundan fuera de aquel círculo de luz. Su<br />
piel es blanca y la iluminación le hace parecer un ángel. Te atrae.<br />
Ves su mano asomarse por el hombro. Se abraza a sí misma por<br />
debajo del pelo color ámbar que recorre su piel hasta la mitad de la<br />
espalda. Su cabeza se mueve lentamente descubriendo un rostro<br />
inocente, calmado, de piel suave, pómulos rozados y un detalle<br />
que aumenta irracionalmente tu ansiedad: sus ojos están cerrados.<br />
Se mueve por la cama. Entra y sale del túnel de luz que parece bajar<br />
directamente desde el cielo. El tiempo pasa y te das cuenta de<br />
que ya llevas casi cinco minutos. En la parte de abajo de la pantalla<br />
hay una ventana de chat. Le escribes. Le pides. Casi le ordenas que<br />
abra los ojos y mire a la cámara. Ella te responde. No le hace falta<br />
escribir. Habla y tú la escuchas. –Todo lo que tú quieras, amor<br />
–dice la supuesta July86 arrodillada frente a la cámara, cabizbaja,<br />
entregada, pero con cierta timidez que hace que te estremezcas.<br />
Su mirada se descubre poco a poco y sus ojos verdes hacen que tu<br />
mundo se paralice. Pierdes la noción del tiempo pero inconscientemente<br />
sabes que te van a sacar todo el dinero porque te acaba de<br />
atrapar. Ella está quieta. Hace exactamente lo que le habías pedido,<br />
mira fijamente a la cámara, convirtiendo el código binario que<br />
construye tu conexión en un mar de sensaciones inexplicables,<br />
ineludibles.<br />
De repente, y sin que se lo ordenaras, July sale de la cama. Desaparece<br />
en<br />
la sombra. La imagen vuelve a estar vacía, solo puedes ver la cama<br />
y el rayo de luz.<br />
–Tú: No te vayas por favor, vuelve.<br />
–July: ¿Estás dispuesto y preparado para vivir algo que nunca vas<br />
a olvidar?<br />
–Tú: Aún no, quiero saber tu nombre.<br />
–July: Soy July, Julia en realidad…<br />
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