revistafebrero

en que el conoce lo mejor para mi.
Mi parte favorita es donde Dios se involucra en mi
historia de amor, hace tiempo leí lo siguiente y me
encanto: Una Joven cristiana conoce un joven
también cristiano, el decide ofrecerle llevarla a casa
junto con su hermana, ella no acepta. El pide llamarla
y gentilmente le pide su número, ella no tan gentil le
dice que puede conseguirlo en la guía telefónica de la
Iglesia (Jajaja era dura) ¿Por qué su actitud? Esta
cansada de jóvenes cristianos desesperados por
conseguir novia, cuya fe reside en sus hormonas.
Mas de un joven le había dicho que había recibido
palabra por parte de Dios diciéndole que ella seria su
esposa y había entendido que esa era su estrategia
para conseguir muchachitas (Yo se, nada parecido a
nuestra realidad jaja) “Señor”, dijo ella en oración, “si
este joven es diferente a los demás, si en verdad el te
escucha a ti, entonces dile que no me llame” y se
acostó a dormir, en el otro lado de la ciudad el joven
también ora a Dios, “Señor”, muéstrame por favor si
debo llamarla por teléfono o no, el pudo percibir con
claridad que Dios le estaba hablando y le decía:
“José, no la llames” Dios hablo y el obedeció. Y lo
demás es historia hoy tienen mas de 35 años de
casados, con un matrimonio basado en la voluntad
de Dios desde el principio.
Algún día tendré una historia que contar a quien
quiera escucharla y vos también. ¿Cuál será tu
reacción cuando un día de estos mires hacia atrás y
veas tu historia de amor? ¿Traerá lágrimas de
alegría, de gozo, o lagrimas de remordimiento? ¿Te
hará recordar la bondad de Dios o tu falta de fe en su
voluntad? ¿Será una historia de pureza, fe y amor
desinteresado, o será de impaciencia, egoísmo y
traición a tus convicciones cristianas?
Los asuntos del amor no se pueden hacer de prisa,
espera el momento apropiado porque a la larga
tendrás tú recompensa. Yo ya conocí al amor de mi
vida y lo que único que espero, es que me envié a mi
compañero de vida para poder adorarles juntos.
La decisión es tuya, vos tenes en tus manos el poder
o no de hacer una historia de amor que te haga sentir
orgulloso de contarla.
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