revistafebrero

“Mami tengo hambre”, “Hija no tengo
nada que darte de comer” palabras que
marcaron mi vida en ese momento sin
saber que ese momento de crisis lo
usaría Dios para bendecir a mi familia.
Esta bendición comienza desde hace
muchos años atrás porque mi Bisabuela
con mi Abuela tuvieron por muchos
años un restaurante donde ahí creció mi
Mami.
Ella aprendió hacer todo el trabajo de
cocina recetas de mis Abuelas y todo lo
que implicaba el tener un restaurante.
Paso el tiempo se casó con mi papi
tuvieron 3 hijos y ella se dedicó por
completo a su esposo e hijos. A mis
hermanos y a mí nos encantaba su
comida pero ella nos decía que no le
gustaba mucho cocinar que ella lo hacía
por amor a cada uno de nosotros.
Después de comer siempre decíamos
“Mami que rico estaba, mami quiero
más”.
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Llego un momento de nuestras vidas
como familia donde perdimos todo y la
comida empezó a faltar recogíamos
monedas para ajustar una Coca, un
molde de pan y mantequilla.
Proceso difícil por el cual Dios nos
permitió pasar para valorar un granito de
arroz y aprender a darle gracias a Dios.
Después de cierto tiempo Dios nos
empezó a bendecir económicamente
con un negocio en el área de Hotelería y
Turismo, para este momento mi
hermano mayor estaba en la universidad
estudiando Mercadotecnia Internacional
y un día le dice “Mami usted cocina
riquísimo pongamos un restaurante
hace almuerzos buffet y por las tardes
vende diferentes tipos de queso con una
copa de vino”. Después de que mi
hermano y nosotros le insistimos ella
accedió, yo apenas tenía 15 años ya por
salir de secundaria para ir a la
universidad.
Solicitamos un préstamo para comenzar
con nuestro negocio, ese fue nuestro