24.06.2016 Views

05 - Encuentro N 1 - Nuestros buenos deseos

“Carta entre hermanos” CATEQUESIS POR CORRESPONDENCIA ENCUENTRO Nº 1 Nuestros buenos deseos Yo soy lo que veo de mí MÁS lo que no veo de mí Nosotros no somos cualquier cosa, querido hermano, somos hijos de Dios. Y ese es un Sello que tenemos adentro y que nadie nos puede quitar. Ni siquiera nosotros mismos. Ese sello divino nos hace ser personas muy valiosas para Dios, porque somos sus hijos. Si Dios nos preguntara a cada uno de nosotros: ¿Te sientes valioso por ser Mi hijo? ¿Qué le contestaríamos?

“Carta entre hermanos”
CATEQUESIS POR CORRESPONDENCIA
ENCUENTRO Nº 1
Nuestros buenos deseos
Yo soy
lo que veo de mí
MÁS
lo que no veo de mí
Nosotros no somos cualquier cosa, querido hermano, somos hijos de Dios. Y
ese es un Sello que tenemos adentro y que nadie nos puede quitar. Ni siquiera
nosotros mismos. Ese sello divino nos hace ser personas muy valiosas para Dios,
porque somos sus hijos.
Si Dios nos preguntara a cada uno de nosotros:
¿Te sientes valioso por ser Mi hijo? ¿Qué le contestaríamos?

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 11<br />

Cuenta una historia que, del nido de un águila, cayó un huevo y fue a parar<br />

al patio de una casa. Cuando el dueño de casa vio el huevo, lo llevó al gallinero<br />

y lo puso en el nido donde una gallina estaba empollando. Y se olvidó del tema.<br />

Cuando llegó el momento, junto con los pollitos nació el pichón de águila.<br />

Pasó el tiempo y el aguilucho vio que le habían salido unas alas mucho más<br />

grandes que las de sus hermanos. Se sintió mal porque se vio diferente. Los<br />

demás comenzaron a mirarlo como bicho raro. El aguilucho no sabía por qué<br />

tenía esas alas que crecían y crecían tanto. A veces pensaba que para algo le<br />

debían servir, pero no sabía para qué.<br />

Un día vino de visita un amigo del dueño de casa. El hombre vio el pichón de<br />

águila y le dijo al dueño:<br />

— ¿Me lo das?<br />

El otro le contestó:<br />

— Te lo puedes llevar, es tan grandote que molesta en el gallinero.<br />

El hombre se lo llevó mientras pensaba:<br />

— ¿Por qué tendrá un pichón de águila en el gallinero escarbando el suelo<br />

como si fuera un pollo? ¡Yo le voy a ayudar a usas sus alas!<br />

Esperó que creciera y, cuando ya era un águila hecha y derecha, la llevó a<br />

una loma muy alta y la largó al vacío. Casi se murió de susto el águila cuando<br />

se sintió en el aire. Comenzó a venirse abajo. Pensó que se estrellaría contra el<br />

suelo. Pero, de pronto, sin saber cómo, se abrieron sus grandes alas.<br />

Y comenzó a volar y volar. Entonces se dio cuenta de para qué le servían sus<br />

alas. ¡Y se perdió entre las nubes…!

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!