05 - Encuentro N 1 - Nuestros buenos deseos

ENCUENTRO Nº 1: NUESTROS BUENOS DESEOS 13
No nos resultará difícil, querido hermano, conocer cada uno de los buenos
deseos que llevamos adentro. Porque son nuestros. Son el cimiento de nuestra
vida. Son tesoros que están en lo profundo de nuestro corazón. Son semillas
siempre listas para brotar, crecer y dar frutos.
Y nuestro mayor deseo, el más importante, es conocer a ese Padre bueno que
nos creó. Porque encontrándonos con Él, descubriremos todas las riquezas que
llevamos en el corazón.
El gran deseo que hay en el Corazón de Dios es que cada hijo lo reconozca
como Su Padre y sienta Su Amor y que ayude a sus hermanos a encontrarse con
Él.
A quienes sienten el Amor de Dios Padre no hay tristeza que los atrape en este
mundo, porque saben que los cuida y los protege en todo momento.
Un niño de ocho años subió solo a un avión de pasajeros. Ocupó su asiento,
sacó un cuaderno y se puso a dibujar. En medio del viaje se desató una fuerte
tormenta. El avión comenzó a moverse. Los pasajeros estaban asustados y con
mucho miedo, pero el niño estaba muy tranquilo y seguía con sus dibujos.
Uno de los pasajeros se acercó al niño y le preguntó:
— ¿No tienes miedo?
— No, porque mi papá es el piloto.
5-SOMOS LO QUE VEMOS MÁS LO QUE NO VEMOS
Podemos compararnos con
uno de esos grandes témpanos de
hielo que flotan en el mar.
La parte que se ve por encima
del mar es muy pequeña y la parte
que está por debajo del mar es
muchas veces mayor. Así somos:
lo que conocemos de nosotros
mismos es muy poquito, y lo que
no conocemos es enorme.
Digamos entonces, que cada uno es lo que ve de sí mismo más lo que no ve
de si mismo. Porque somos una unidad que no puede dividirse.