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Pilar Dosal, Secretar Gabinete del Diputa "La potenciac sin discrimina activo de las La carrera por la igualdad entre m primeras fases, va a tener una inc afirmación, que puede parecer un en cuenta que quien la realiza, Pi economista y responsable de las p ¿Como se encuentra Euskadi con respecto a la igualdad entre mujeres y hombres? Los progresos realizados hacia la igualdad de mujeres y hombres han sido patentes, aunque los cambios no se han producido de manera automática, sino que son el resultado de las iniciativas de actuación estratégica para promover la igualdad. Sin embargo, el éxito en campos como el empleo es relativo, ya que siguen existiendo unas diferencias de género considerables. Los datos nos descubren que la pobreza y la precariedad laboral tienen perfil de mujer: por ejemplo, el 70% de las personas perceptoras de la Renta Básica son mujeres y la tasa de paro es de un 9,5% en mujeres frente al 6,5% de los hombres. Por todo ello, sigue siendo necesario actuar desde las Instituciones Publicas generando y regulando contextos y condiciones para contribuir a una estrategia de cambio y a esta estrategia se ha venido a sumar la recientemente aprobada Ley 4/2005 de 18 de febrero, para la igualdad de mujeres y hombres. En este sentido, cuando el pasado 1 de octubre el Lehendakari Juan José Ibarretxe presentó el Proyecto de Ley, pidió a los hombres vascos que "den un paso al frente y se impliquen en el logro de la igualdad entre sexos en todos los ámbitos". La participación de los hombres es un elemento crucial, por ello me sumo a este llamamiento.
ía Técnica de Políticas de Género del do General de Bizkaia ión de hombres y mujeres ciones es el principal empresas vascas" ujeres y hombres, que ya comienza a cumplir sus idencia evidente y positiva en la economía. Esta tanto arriesgada, adquiere mayor relevancia si tenemos lar Dosal, compagina estas tres cualidades: mujer, olíticas de género de la Diputación Foral de Bizkaia. ¿Cuáles son los puntos centrales de esta Ley para la Igualdad de mujeres y hombres? En la práctica, la reglamentación promueve las condiciones para la igualdad en los diferentes aspectos de las relaciones humanas y, por otra parte, protege con medidas concretas a las personas que sufren la discriminación. A las buenas intenciones en el ámbito laboral y empresarial le faltaba una norma que sumara a la concienciación la obligación de cumplir con este precepto. Así, la Ley se sustenta en cinco principios generales: Igualdad de trato, Igualdad de oportunidades, Respeto a la diversidad y a la diferencia, Integración de la perspectiva de género, y Acción Positiva, porque afirma la necesidad de medidas específicas para eliminar desigualdades por razón de sexo existentes en distintos ámbitos. Para la economía, ¿ qué va a representar la puesta en marcha de las políticas de igualdad? En una economía basada en la innovación, donde la capacidad de innovar también tiene que ver con sectores tradicionales, teniendo en cuenta cambios culturales, de valores y procedimientos, la puesta en marcha de políticas de igualdad ofrece la oportunidad de integrar la política económica y social asegurando la competitividad. En un país sin recursos naturales, como el nuestro, la competitividad de las empresas depende, de la innovación, las tecnologías, el servicio, la calidad y, en definitiva, de una Elkarrizketa Ent<strong>revista</strong> serie de factores subordinados en última instancia al recurso más importante con que se cuenta: el humano. Y la mitad de ese valioso recurso es, precisamente, femenino. La plena potenciación de todos los hombres y mujeres, sin discriminaciones ni diferencias que no provengan de la capacitación y el esfuerzo de cada cuál, se convierte en el principal activo de las empresas vascas. En este sentido, igualdad es requisito de competitividad. ¿Cómo se explica que hoy en día sea habitual que una mujer tenga un salario más bajo que un hombre en aquellas situaciones en las que ambos desempeñan un mismo trabajo? La brecha salarial entre mujeres y hombres sigue siendo del 16% de media en la UE, y apenas ha cambiado en los últimos años. Mucho más elevada en el sector privado que en el público, se debe en gran parte a las diferencias en la participación en el mercado de trabajo, a la segregación por sexos, a las estructuras de carrera profesional y salariales y a la relativa infravaloración del empleo con predominio femenino. Las mujeres predominan en sectores como la asistencia sanitaria y los servicios sociales, la educación, la administración pública y la venta al detalle, mientras que un número desproporcionado de hombres trabajan como técnicos, ingenieros, profesionales de las finanzas y ejecutivos. Son las mujeres las que siguen haciéndose cargo de la mayor parte del trabajo doméstico y familiar. Esto influye en sus patrones laborales y limita sus oportunidades para aceptar ocupaciones comparables a aquellas a las que, en general, se dedican los hombres. El hecho de que cobren menos, unido a los efectos de la tributación y de las prestaciones, puede hacer que encuentren menos alicientes en incorporarse a un empleo retribuido, como puede ser el caso, en particular, de las mujeres con hijos pequeños. Actualmente, ¿cuáles son los principales obstáculos para llegar a una situación de igualdad? Los patrones sociales han cambiado en los últimos veinte años; ha dejado de predominar el modelo de varón cabeza de familia para dar paso a las familias donde tanto el padre como la madre aportan ingresos. Las jóvenes permanecen más tiempo en la educación, del mismo modo que lo hacen ellos. No obstante, a las mujeres les sigue resultando difícil compaginar sus responsabilidades familiares con un empleo a jornada completa. En este contexto, la sociedad tendrá que hacer frente a los importantes retos que plantea la necesidad de ofrecer servicios para el cuidado de los hijos e hijas y de otras personas dependientes. La desigualdad entre mujeres y hombres es un fenómeno multidimensional que ha de ser abordado mediante una combinación global de medidas. El reto consiste en garantizar unas políticas que apoyen la igualdad de oportunidades para mujeres y hombres en la educación, el empleo y el desarrollo profesional, el espíritu emprendedor, la igualdad de salario por igual trabajo o trabajo de igual valor, un mejor reparto de las responsabilidades familiares, una participación equilibrada de las mujeres y de los hombres en la toma de decisiones y la eliminación de la violencia de género. ¿Qué representa el Proyecto Parekatuz para nuestra sociedad? Podemos decir que es una oportunidad para el desarrollo y efectividad práctica de las medidas propuestas en el Plan Foral para la Igualdad de Oportunidades de mujeres y hombres, ya que nos permite contar con la implicación de aquellas entidades que son agentes claves en la vida económica, social, política y cultural. El Proyecto Parekatuz constituye la oportunidad de abrir procesos de sensibilización y motivación hacia el cambio. 13
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