Exprésate con otro rollo sin odio
informe_semestral_2016
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La primera forma de criminalización y la más generalizada es generar una opinión pública que<br />
perciba la actividad de defensa de derechos humanos como una acción delictiva. En Guatemala,<br />
el estigma en torno a la defensa de derechos humanos empezó en la década del setenta, en el<br />
marco de la guerra <strong>con</strong>trainsurgente, señalando a activistas de derechos humanos, periodistas y<br />
<strong>sin</strong>dicalistas –todos defensores y defensoras de derechos humanos- como guerrilleros y/o<br />
delincuentes subversivos.<br />
Cuando se creó, en 1985, la Procuraduría de Derechos Humanos inmediatamente se señaló que<br />
“defendía delincuentes” en tanto que su primera actividad fue garantizar el debido proceso en el<br />
sistema de justicia. Constantemente, las autoridades policiales, fiscales y judiciales utilizan de<br />
excusa para la falta de resultados y la impunidad de que no pueden avanzar porque los de<br />
‘derechos humanos defienden a los delincuentes’. Este estigma lo sobrellevamos todos los que<br />
abiertamente re<strong>con</strong>ocemos que defendemos derechos humanos. Esa es la razón por la que<br />
muchas personas que defienden derechos humanos a inicios del año 2000 se resistían a<br />
identificarse como personas defensoras para evitar que se les estigmatizara.<br />
El estigma cambia en el año 2004, cuando lo que tímidamente señala el presidente de la<br />
República se <strong>con</strong>vierte en el 2007 en discurso abierto de identificar a los campe<strong>sin</strong>os y a<br />
indígenas <strong>con</strong> delincuentes, usurpadores de tierra, ladrones y guerrilleros. En el año 2011, ante<br />
los desalojos del Polochic y el inicio de las resistencias mineras, el presidente Alvaro Colom y su<br />
gobierno declara que existen dos tipos de defensores: los que siguen la ley y los enemigos del<br />
desar<strong>rollo</strong>, generadores de <strong>con</strong>flicto y terroristas.<br />
Este estigma empieza a afectar a personas, organizaciones y comunidades que defienden el<br />
derecho a la alimentación, la tierra, el agua, un ambiente sano, el territorio y el desar<strong>rollo</strong>. En el<br />
2012, empieza a emerger <strong>otro</strong> estigma que identifica a las personas, organizaciones y<br />
comunidades que piden justicia en los casos de genocidio y graves violaciones de derechos<br />
humanos como izquierdistas radicales, comunistas y terroristas.<br />
Luego de la sentencia del caso genocidio y la clara muestra de unidad por parte de personas y<br />
organizaciones que defienden diversos tipos de derechos humanos en el apoyo a las víctimas y la<br />
exigencia de justicia se genera una unificación de los estigmas que engloba a toda persona,<br />
organización y/o comunidad que defiende cualquier derecho o libertad.<br />
El Estigma hoy en 2016<br />
Las personas, organizaciones y comunidades que defienden derechos humanos y libertades<br />
fundamentales son defensores de delincuentes, izquierda y comunistas, enemigos del<br />
desar<strong>rollo</strong> y recalentadores de la historia, terroristas y delincuentes. Los verdaderos<br />
defensores y defensoras de derechos humanos son lo que <strong>con</strong>tribuyen al desar<strong>rollo</strong> como<br />
está ya definido, al olvido y a la paz.<br />
Este estigma hace que nuestros hijos e hijas y nuestro entorno a veces oculten lo que hacemos<br />
para evitar que se les intimide y acoso (bullying como dicen ahora) <strong>con</strong> los apelativos<br />
generalizados. Sin embargo, sólo es el <strong>con</strong>texto del trabajo y el inicio de la criminalización.<br />
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