Entrelíneas 19

Oriundo de Concepción
y con un alto sentido
crítico y social, Arias
es un camaleón de las
comunicaciones. Ya sea
cubriendo las últimas
funciones de Proyecto
Vermut en Tomé,
viajando a un evento en
San Rosendo a las ocho de
la mañana, asistiendo al
lanzamiento de la nueva
edición de Revista Ruda
o fotografiando la vida
bohemia y los eventos
artísticos de Concepción,
Francisco permanece
ligado al movimiento
cultural penquista de una
u otra forma.
En más de una
ocasión he encontrado
a Pancho en diferentes
eventos artísticos.
Muchas veces éstos han
coincidido temporalmente
y en tales casos
nos saludamos rápidamente
y entonces, como
una línea aprendida,
Arias confiesa: “después
tengo que irme a…”. Y es
que el joven penquista
procura ser parte de toda
actividad relacionada con
la cultura en Concepción.
Con veinticinco años
y una vasta experiencia
en diversos proyectos,
Pancho tiene la experiencia
de un estudiante
que no limita sus actividades
al sistema académico
imperante, a quién
no le acompleja reconocer
que su puntaje PSU
no le alcanzó para estudiar
periodismo y que
no le importó demasiado
cuánto tardó para llegar
a concretar lo que está
haciendo. “Ni un brillo
hacer proyectos pa’ la U
y que los dejis botados y
no te sirvan para nada”,
confesó reconociendo
que siempre trata de
sacarle provecho a sus
responsabilidades académicas.
Francisco creció en
Concepción y su gusto
por el audiovisual nació
a partir de actividades
tan domesticas como ver
películas. Está convencido
con respecto a la
capacidad del cine para
crear realidades paralelas
y recuerda haber
sido acompañado por su
padre en esto. Es durante
el curso de su enseñanza
media cuando el interés
por el tema se intensificó:
“empecé a ir a los martes
cinematográficos. Tenía
un rollo con respecto a
qué estudiar, no tenía
claro si quería ser periodista
o ser cineasta, pero
en Conce no se impartía
la carrera como tal. Finalmente,
no me dio para
periodismo y comencé a
estudiar comunicación
audiovisual”.
¿Cuáles fueron
tus primeros acercamientos
al mundo
audiovisual?
Estudié en la Inmaculada
de Talcahuano.
Una vez que mis papás se
separaron comenzamos a
tener problemas económicos
y me cambiaron a
un colegio que quedaba
a la vuelta de mi casa,
Colegio Parque Central,
hice toda la básica ahí.
Es horrible mi historia en
términos educacionales,
porque después me iban
a cambiar al Salesiano
y no me dio la nota para
lograr entrar. De todas
formas, yo no quería ir a
ese colegio. Finalmente,
me matricularon en el
Liceo Lorenzo Arenas.
Esto fue en el año 2007,
recién pasada la Revolución
pingüina.
Fue muy cuático.
En el colegio que estuve
antes era todo súper
piola. Pasé de estar en
un colegio con gente que
vivía a la vuelta de mi
casa, a un liceo que era
otro mundo. Postulé a
presidente del centro de
alumnos y ahí comencé
a desarrollar un sentido
crítico y social. Asistí a
un dos por uno y terminé
la enseñanza media sin
atrasarme de acuerdo a
mi edad. Recuperé el año
que perdí.
Recuerdo haber visto
en la tele el típico backstage,
cuando muestran
a los camarógrafos, al
equipo, al coordinador
de piso, la sala de dirección
y se ve al director
pinchando cámaras con
el productor con la pauta
en mano al lado. Eso era
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Pancho en una discoteca penquista. Fotografía de Francisco Arias.