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Eran como una familia e incluso,<br />
una vez que estaba en el jardín <strong>de</strong><br />
la casa, con su canto los atrajo y al<br />
tomar unas fotografías, tres <strong>de</strong> ellos<br />
salieron sentados en las ramas <strong>de</strong>l<br />
árbol tarareando sus canciones.<br />
Vestían gorro y pantalón <strong>de</strong> peto<br />
ver<strong>de</strong> para confundirse entre el follaje,<br />
sin embargo, el brillo <strong>de</strong> sus<br />
pequeños y profundos ojos negros y<br />
esas orejas largas y puntiagudas, los<br />
<strong>de</strong>lataban. Eran muy simpáticos y<br />
amistosos, por eso, ahora si que tenía<br />
miedo, jamás le había tocado un<br />
gnomo malo y violento.<br />
-Wily, -le dijo Gladis una vez que<br />
escuchó su historia, -tienes que ir<br />
con la bruja y contarle lo que te pasa<br />
antes <strong>de</strong> que sea <strong>de</strong>masiado tar<strong>de</strong>,<br />
seguro ella sabe lo que <strong>de</strong>bes<br />
hacer, vamos te acompaño. La bruja<br />
recibió a Wilfredo y no dudo en<br />
asegurarle:<br />
-Wilfredo, tu convocaste a un ser<br />
que existe <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tiempos muy remotos<br />
y ahora corres un gran peligro<br />
ya que esta atrapado en esta<br />
dimensión y para liberarse tiene<br />
que matarte… ¡A menos que recuer<strong>de</strong>s<br />
el conjuro que utilizaste para<br />
atraerlo y encontremos una pócima<br />
para contrarrestarlo!<br />
-¡Espere!, ¡Espere!, ya recuerdo,<br />
hace unos años leí en el Talmud, el<br />
libro sagrado <strong>de</strong> los judíos, que si<br />
uno juntaba una serie <strong>de</strong> objetos,<br />
podía lograr atraer a un gnomo a<br />
nuestro mundo.<br />
-¿Y qué pasó?<br />
Mientras, Wilfredo mataba el tiempo<br />
molestando a los dos sapos que<br />
Gladis le regalara en su cumpleaños.<br />
Mientras, Wilfredo mataba el tiempo molestando a los dos sapos<br />
que Gladis le regalara en su cumpleaños. Aún sabiendo que contra<br />
los gnomos ningún arma humana funcionaba, colocó sobre el buró<br />
su pistola <strong>de</strong> diábolos y antes <strong>de</strong> que el sueño lo venciera revisó<br />
que quedara bien cargada.<br />
Por su parte, Gladis ya había localizado “la pócima para atraer gnomos”<br />
y la estudiaba <strong>de</strong>tenidamente. Veamos, -<strong>de</strong>cía-, los hongos, la<br />
piel <strong>de</strong> víbora, las uñas <strong>de</strong> murciélago… aja, hasta aquí habíamos<br />
llegado… <strong>de</strong>spués la tía Ifigenia le consiguió las famosas hierbas <strong>de</strong>l<br />
campo santo… ya sólo faltaban dos ingredientes ¡uy! No sería raro<br />
que en su habitación hubiera tres extremida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> araña patona,<br />
en su jardín son muy comunes y podrían subir hasta su recámara<br />
por la enreda<strong>de</strong>ra, mmm, así es que sólo faltaría… ¡No pue<strong>de</strong> ser!<br />
¡Tengo que avisarle antes <strong>de</strong> que sea <strong>de</strong>masiado tar<strong>de</strong>!<br />
Ya para ese momento, Wilfredo lloraba como un bebé. El gnomo lo<br />
había sorprendido y sujetándolo <strong>de</strong> la barbilla, le asestó dos rasgadas<br />
en el rostro con una filosa navaja. -Vas a morir lentamente, -<br />
gemía el enano con una voz chillona y a la vez rasposa, -pagarás por<br />
profanar los 300 años que llevaba habitando mi mundo. Hoy, esta<br />
misma noche perecerás, ¡jajaja!<br />
A punto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>smayo por la perdida<br />
<strong>de</strong> sangre, entre sus alucinaciones,<br />
oyó un murmullo más allá <strong>de</strong>l jardín,<br />
parecido a la voz <strong>de</strong> Gladis.<br />
Estiró la mano para tomar la pistola e<br />
intentar romper la ventana para escuchar<br />
mejor pero justo en el momento<br />
<strong>de</strong> disparar, como en otras ocasiones<br />
le había sucedido, algo le jaló la<br />
mano. Seguro había sido uno <strong>de</strong> los<br />
gnomos buenos haciendo sus famosas<br />
travesuras, y en que momento. El<br />
tiro salió <strong>de</strong>sviado y mientras Wilfredo<br />
cerrando los ojos se resignaba a<br />
-Vas a morir lentamente,<br />
-gemía el<br />
enano con una voz<br />
chillona y a la vez<br />
rasposa, -pagarás<br />
por profanar los 300<br />
años que llevaba habitando<br />
mi mundo.<br />
Hoy, esta misma noche<br />
perecerás..<br />
morir, el proyectil se estrelló contra la cabeza <strong>de</strong>l sapo <strong>de</strong>sbaratándolo<br />
en mil pedazos.<br />
-¡Son los sapos! Ahora si alcanzó a escuchar la voz <strong>de</strong> Gladis que<br />
repetía ¡Son los sapos! ¡Acaba con uno <strong>de</strong> ellos y el conjuro terminará!<br />
Wilfredo no pudo contestarle ya que una copiosa tos se lo<br />
impedía; a su lado reposaba la fina cuchilla y para ese instante, el<br />
pequeño gnomo ya corría libre por los bosques <strong>de</strong> Devon, al norte<br />
<strong>de</strong> Inglaterra, esperando no volver a ser molestado.<br />
<strong>LEONES</strong> <strong>de</strong> <strong>SABANA</strong> B7 MEXICO 21