Trinchera_Literaria_Cuarto_Número_Noviembre_2016

Yael lo meditó un momento y su respuesta fue que no lo quería. Así los dos
partieron en direcciones contrarias. Yael encontró el camino de regreso a su
aldea y ya en ella relató a sus hermanos todo lo que le había ocurrido. En poco
tiempo toda la aldea ya conocía la historia.
El consejo de ancianos mandó llamar a Yael para que fuera él mismo quien les
contara su historia. Así se juntó toda la aldea para escuchar su relato. Un
hombre entre la multitud que escuchaba atentamente su historia le preguntó
cómo era posible que hubiera dejado pasar la oportunidad de hablar con los
animales, a lo que Yael le contesto:
-Porque me ofrecieron algo que yo ya tenía, yo siempre me he podido
comunicar con los animales.
-Sí, pero ellos no te entienden a ti- replicó el hombre.
Yael le contestó que estaba seguro de que lo animales lo entendían, además, le
dijo, era un don muy valioso que pudría necesitarlo alguien más -Todo depende
de la perspectiva con que las mires-.
Así, Yael continuo haciendo lo que sabía hacer y le traía las más gratas
recompensas. ~
FIN 5