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VIVIENDA INFONAVIT

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ién en la falta de una organización unificada de los sectores<br />

más necesitados, para los cuales los programas de vivienda han sido<br />

cada vez más limitados.1<br />

El Conafovi cambió su nombre y se denomina Comisión Nacional<br />

de la Vivienda (Conavi), y el citado Consejo Nacional no se<br />

ha reunido en siete años, aun cuando ha sido reinstalado recientemente<br />

por la nueva Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y<br />

Urbano (Sedatu), dentro de la cual se ha incluido a la Conavi. Vale la<br />

pena aclarar que si bien antes hablábamos de coordinación, actualmente<br />

el término utilizado es el de “alineación de metas”, un término<br />

menos ambicioso que implica mayormente un acercamiento<br />

entre distintos programas, sobre todo entre aquellos destinados<br />

a productos nuevos, como por ejemplo los que tienen que ver con<br />

las llamadas hipotecas verdes u otros programas vinculados a la<br />

cuestión de la sustentabilidad, tema que ha estado mucho más presente<br />

en la segunda Ley de Vivienda del año 2006. Esta falta de<br />

coordinación, que en cierta medida ha significado la ausencia de una<br />

política concertada de vivienda para los distintos sectores sociales,<br />

es responsable de los desequilibrios que hoy padece el país en cuanto<br />

a la producción habitacional y del aumento de la segregación y la<br />

división social del espacio que hemos señalado en algunos trabajos.<br />

La división social del espacio y la política de vivienda<br />

Evidentemente la política de vivienda tiene una incidencia muy<br />

clara en la manera como se organiza el espacio urbano, en cómo se<br />

da la división social del mismo, en el aumento de la segregación,<br />

y en la desigualdad social. Siendo la vivienda un elemento que ocupa<br />

la mayor parte del espacio de las ciudades, resulta claro que la<br />

manera como ella es producida afecta la distribución de los distintos<br />

grupos sociales en la ciudad: si se dan ciudades compactas<br />

o de muy bajas densidades; si existe una concentración importante<br />

de la población en zonas centrales o periféricas y si las ciudades<br />

se expanden de manera irracional ocupando nuevos territorios de<br />

interés ambiental.<br />

La relación entre los programas de vivienda y la manera en<br />

que se da el desarrollo urbano ha sido en general muy poco estudiada.<br />

Si bien el tema de la coordinación, de la falta de una política<br />

concertada de vivienda, tiene un papel importante, no hay que dejar<br />

de lado la lógica económica de cada forma de producción, puesto<br />

que éstas están ligadas al tema del acceso al suelo, al crédito<br />

inmobiliario y a las escasas capacidades de pago de amplios sectores<br />

de la población en un país como México donde esos sectores<br />

son mayoritarios y donde el Estado ha dejado de lado una política<br />

rectora a su favor.<br />

Algunas características de la conformación espacial de la Ciudad<br />

de México y que además son comunes a otras metrópolis latinoamericanas<br />

son la gran expansión periférica; la existencia de grandes<br />

zonas homogéneas pobres dentro de esas periferias, donde a<br />

los bajos ingresos de las familias y a la mala calidad de la vivienda<br />

se agrega la falta de servicios, la difícil accesibilidad y, en particular,<br />

la lejanía a los lugares de trabajo; la segregación de los más pobres<br />

con todo lo que ello significa desde el punto de vista de su escasa<br />

integración a la ciudad; la falta de contacto con otros grupos<br />

sociales, la sensación de encierro y la ausencia de perspectivas para<br />

los jóvenes; la proliferación de barrios cerrados y de desarrollos<br />

inmobiliarios para las élites con los estándares de vivienda más altos<br />

del mundo y con la presencia de todo tipo de equipamientos<br />

sofisticados para las familias que los habitan; la disminución de espacios<br />

públicos en los que se pueda producir un mayor intercambio<br />

entre diferentes grupos sociales, lo cual exacerba la inequidad,<br />

las diferencias sociales y el desarrollo de una ciudad cada<br />

vez más fragmentada.2<br />

Con respecto a la gran suburbanización de los sectores populares,<br />

se da tanto a través de los asentamientos irregulares como<br />

por medio de la proliferación de conjuntos habitacionales promovidos<br />

con financiamiento de organismos del gobierno federal o local, y<br />

que cada vez se fueron localizando más alejados de la mancha<br />

urbana como consecuencia de la pérdida de control de los programas<br />

públicos de desarrollo, del avance del papel de los desarrollado-<br />

18<br />

1 SCHTEINGART, Martha y Luis Patiño (2006), “El marco legislativo,<br />

programático e institucional de los programas habitacionales”,<br />

en R. COULOMB y M, SCHTEINGART, Entre el Estado y el mercado.<br />

La vivienda en el México de hoy, México, UAM-Azcapotzalco-<br />

Miguel Ángel Porrúa.<br />

2 SCHTEINGART, Martha (2015), “La división social del espacio en<br />

ciudades mexicanas. Un balance explicativo desde una perspectiva<br />

latinoamericana”, en M. SCHTEINGART, Desarrollo urbanoambiental,<br />

políticas sociales y vivienda. Treinta y cinco años de<br />

investigación. El Colegio de México.<br />

INVESTIGACIÓN<br />

19

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