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Santa María del Naranco:
Ordenada su construcción por Ramiro I (Rey de Asturias)
en el año 848, inicialmente como pabellón real,
seguramente dedicada a la caza, junto a una Capilla
dedicada a San Miguel. Se cuenta que en un corrimiento
de tierras que acaeció, la iglesia se destruyó y
entonces su altar fue trasladado a uno de los miradores
del Pabellón.
Se puede hacer una vista guiada por muy poco dinero,
de la iglesia. La misma conduce también a la vista de:
Es de destacar una serie de vidrieras originales que
quedan, elementos escultóricos y las tallas que hay en
las jambas de la puerta principal.
Sin duda Oviedo es un sitio ideal para
visitar, recordad y sin otro remedio, volver.
San Miguel de Lillo:
Al parecer los entendidos, dicen que solo queda la tercera
parte del edifico original. Lo que se corresponde
con el vestíbulo y el inicio de las naves. Fue capilla real.
Se puede ver en el exterior el perímetro inicial.
Revista de cultura y viajes / Marzo 2017 / www.icruceros.eu