ATRAPADOS EN LA REVOLUCIÓN RUSA 1917

HELEN RAPPAPORT
enfermos de neumonía, toda clase de herramientas de primeros
auxilios, pijamas, americanas y trajes de ceremonia», para los heridos
en el frente o para los atendidos en el hospital Anglo-Ruso.
Ubicado en un ala del gran hospital Pokrovski de la isla de Vasilievski,
este centro se había convertido en el feudo personal de lady
Buchanan, que lo había puesto en marcha al estallar la guerra: su
hija Meriel también trabajaba allí, como enfermera voluntaria 18 .
Después de la entrada de Rusia en el conflicto, en 1914, la
ya establecida comunidad de expatriados de Petrogrado se había
visto incrementada con la llegada de una nueva oleada de
intrépidos norteamericanos: ingenieros y emprendedores que
suministraban material bélico, bienes manufacturados y municiones.
Los empleados de International Harvester (fabricante de
maquinaria agrícola), Westinghouse (dedicada durante años a
electrificar el tranvía de Petrogrado) y el fabricante de máquinas
de coser Singer (que importó las primeras a Rusia en 1865)
se codeaban ahora por las calles de la ciudad con sus compatriotas,
enviados desde Nueva York para gestionar las filiales en
Petrogrado del National City Bank y la New York Life Insurance
Company, por no hablar de los empleados de la YMCA estadounidense,
que habían fundado allí Mayak (El Faro), su equivalente
ruso en 1900. En abril de 1916 la comunidad diplomática
dio la bienvenida al nuevo embajador norteamericano, después
de que el anterior, George Marye, hubiese renunciado de forma
inesperada, presuntamente por motivos de salud. Los cotilleos,
no obstante, apuntaban a que el Departamento de Estado le había
apartado poco a poco, por considerarle demasiado prorruso en
un momento en el que EE.UU. aún era neutral en la guerra.
El sucesor de Marye fue el más improbable de los candidatos.
David Rowland Francis, un genial demócrata de Kentucky,
millonario hecho a sí mismo en Saint Louis con la venta de
grano y la inversión ferroviaria. Había sido gobernador de Missouri
(1889-1893), haciendo uso de su influencia además para
que su ciudad acogiese en 1904 la exitosa Exposición Comercial
de Louisiana –más conocida como Exposición Universal– y
los Juegos Olímpicos de ese mismo año. Su experiencia diplo-
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