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El archipiélago que componen las cinco islas de Malta
ha sido considerado clave en todas las épocas, dada su
situación privilegiada en el Mediterráneo, al sur de Sicilia
y al norte de Libia.
Hay indicios de que las islas estaban habitadas desde el
año 5.000 antes de Cristo, siendo su época dorada durante
el Neolítico, prueba de ello son los restos encontrados
de los templos megalíticos dedicados a la diosa
de la fertilidad.
Las islas han estado dominadas por los fenicios, cartagineses,
romanos, bizantinos, árabes, normandos y aragoneses.
Carlos V legó Malta a la Orden Militar de San Juan
de Jerusalén, dándole una nueva edad de oro. A la Orden
le fue arrebatada por Napoleón y posteriormente pasó a
dominio inglés. Finalmente consiguió su independencia
en 1964.
Es un país lleno de historia y muy apetecible para el turismo.
Políticamente es una república y pertenece a la
Unión Europea desde Mayo de 2004; todos sus habitantes
hablan el maltés y el inglés.
Si decidiéramos visitar Malta, isla del mismo nombre que
el país, estaríamos en la isla más importante del archipiélago,
deberíamos de empezar por conocer sus dos
capitales, la antigua Mdina y la actual, cuyo nombre es
La Valeta.
Mdina
Pequeña ciudad totalmente amurallada que era la antigua
capital del país, hasta que se la cambió a La Valeta
en 1570. Cuenta con una población de poco más de 300
habitantes.
Su puerta de entrada principal es un lugar muy visitado
y fotografiado.
Es llamada la ciudad del silencio, tiene prohibido el tráfico
motorizado, ya que despejadas sus calles del turismo,
es un remanso de paz, fundamentalmente por las noches.
Es cuna y lugar de residencia de los nobles, incluso
hoy en día, por eso se pueden ver en sus calles muchos
palacios y edificios religiosos representativos de distintas
familias.
75 icruceros Junio 2017