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Sin prisa<br />
Foto: Beatriz Silva<br />
El equipaje<br />
Lo que antes sonaba a locura se ha convertido en normal: miles de personas<br />
de todo el mundo se han lanzado a dejarlo todo y pedalear. “Sí, cada<br />
vez es más frecuente”, explica Itziar Marcotegui, de Un gran viaje. “Cuesta<br />
decidirse y hay que combatir miedos y prejuicios, pero anima conocer las<br />
experiencias de otros. La percepción de estos viajes también ha cambiado:<br />
antes, contar que habías recorrido el mundo se consideraba algo<br />
de vagos. Ahora implica que has aprendido muchas cosas, que tienes<br />
experiencia, que sabes negociar y solucionar problemas”. Biciclown<br />
confirma que, en efecto, cada vez se cruza con más ciclistas perpetuos,<br />
algo que no siempre es bueno. “Con la crisis económica mucha<br />
gente se ha quedado sin trabajo, cobrado indemnizaciones y, ante las<br />
pocas perspectivas laborales, se han animado a viajar. Es bueno pero,<br />
a veces, también es triste que algunos estén más dispuestos a contarlo<br />
en Internet que a compartirlo con compañeros de ruta. Hay ciclistas<br />
que ni se paran cuando les saludas. Corremos el peligro de terminar<br />
como los automovilistas”.<br />
Neill acaba de pesar su bicicleta: 75 kilos. “Viajo con varias personas”,<br />
bromea, “el ciclista, el payaso, el escritor, el documentalista…<br />
Cada uno va con su propio equipaje”. A Dual le acompaña un ordenador,<br />
una tienda de campaña, el impermeable y tres mudas, además de un<br />
libro electrónico, algunas cartas y fotos y un monedero en el que guarda<br />
piedrecitas recogidas en lugares especiales. Con poco más viajaba Rodrí-<br />
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