REVISTA SAPO CUENTOS 05

Asumiendo la palabra al instante los
ciudadanos expusieron:
—Son preguntas de análisis y una respuesta
simple no será posible. No se puede adentrar
en hechos que permitan posicionarnos
una manera neutral. Por eso es mejor que
usted decida una vez escuchadas nuestras
afirmaciones como camino que conduce a
mejores frutos.
Alarmantes resultan los sonidos
detonadores, esos que a su paso abren un
mar de materia gris contaminando no solo
el aire, sino las mentes inocentes que no
saben cómo responder cuando por estas
son sorprendidas. El resultado que de
dichas armas se desprende no es más que
una desmejora, aspecto que perjudica el
equilibrio en un globo que sufre por nuestras
acciones inconsistentes de protección.
Siempre median beneficios de vanidad. El
humano, en su intento por ser reconocido y
el deseo de asumir el poder, omite el daño
que a su paso causa. Entonces se vuelve un
simple esclavo de armas, por cuanto no solo
tiene que cargarlas a pesar de su peso, sino
que las mismas lo privan de caminos plácidos
de proyección social, imponen miedo y
resquebrajan el respeto.
La creatividad no se alimenta. Regalos
como los libros son escasos en los hogares.
Estos se tiñen de anticuados y, lejos de
instrumento para fomentar la recreación,
se percibe como algo hostil que sujeta entre
páginas y aporta poco. Precisamente es allí
donde inicia la debilidad, cuando asignamos
a medios que aportan adjetivos opuestos,
obsoletos y de poco interés, y aquellos que
difícilmente enriquecen que nos alejan de lo
que verdaderamente importa.
Seguro hay una respuesta que se entreteje
a las preguntas anteriores: ser personas
sensibilizadas sobre el hecho de que en la
tierra hace falta la práctica del amor. Con
ella, los frutos son más grandes que los que
trae la violencia. Las familias son el medio
propicio para ser más humanos y la posesión
de armas es una salida inútil ante la escasa
posibilidad de raciocinio que poseen los
“altos jerarcas”.
Por: Emmanuel Morales Mora, Costa Rica.
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