Boletín "CARMEN", noviembre 2017

52 ÁNIMAS
CARMEN
de la Orden y diciendo estas
palabras: «Este será el privilegio
para ti y todos los carmelitas:
quien muriese con él no padecerá
el fuego del infierno». Desde
entonces, y como apunta
el carmelita López-Melús, «se
difundió esta devoción y uso
del santo Escapulario del Carmen
hasta que fue el vestido de
reyes y nobles, pobres y ricos,
clérigos y seglares, de todos los
tiempos y lugares».
Las ánimas del purgatorio
En torno al escapulario se
multiplicaron las tradiciones,
aunque tal vez la más relevante
sea la de la «Bula Sabatina».
Esta proviene de un sueño del
Papa Juan XXII, al que la Virgen
del Carmen hizo una increíble
promesa: todos aquellos que
fallecieran llevando puesto el
escapulario serían sacados del
purgatorio el sábado siguiente
a su muerte. Con este motivo
se fundaron numerosas «cofradías
de ánimas», que ofrecían
misas por las almas del purgatorio
en altares de la Virgen del
Carmen.
Pero, ¿qué es exactamente
el purgatorio? Según la Santa
Iglesia es el estado intermedio
entre la tierra y el cielo, donde
van las almas seguras ya de su
salvación pero que no están del
todo purificadas en sus corazones
aunque ya han sido perdonadas
por Dios de sus pecados.
Por tanto, como bien explica el
Padre González Alba, «es algo
de lo que no se puede dudar ni
menos aún negar (…) Creemos
que la inmensa mayoría de las
personas van al purgatorio,
pues pocos son los que mueren
perfectamente purificados, y
por otro lado esperamos que
sean pocos los que se condenen
al infierno porque Dios en
su infinito amor trata de suscitar
la conversión hasta el último
momento de la vida.»
Una devoción ligada a la
muerte
Dada la importancia adquirida
por la Bula Sabatina
desde 1332, la archicofradía
del Carmen llegó a ser la más
extendida de toda la cristiandad,
con sede en iglesias de
todo el mundo. Desde entonces
muchos cuadros y relieves
representan a la Virgen con las
almas del purgatorio a sus pies
y con ángeles que sacan de las
llamas a quienes están revestidos
del escapulario. El Padre
Juan Dobado hace hincapié en
esto mismo al recordarnos que
«artistas como Tiépolo, Espinal
o Cristóbal Ramos han dejado
magníficas muestras de la protección
de la Virgen del Monte
Carmelo en la hora de la muerte»,
algo que nos confirma el
lema del Escapulario: «En la
vida protejo, en la muerte ayudo
y después de la muerte salvo».
Por esta razón el 1 de noviembre
numerosas imágenes
del Carmen realizan rosarios de
ánimas o visitan el cementerio
de su localidad.