Boletín "CARMEN", noviembre 2017

56 COMUNICACIÓN
CARMEN
FÉLIX DÍAZ
sencia de estas corporaciones
en redes sociales. Los primeros
datos recogidos se corresponden
con Twitter, y entre las
conclusiones que arroja esta
panorámica –la más actualizada
de cuantas se han hechonos
quedamos con un par de
datos. El primero es la paulatina
incorporación de casi todas
las hermandades a este universo,
hasta el punto que, a finales
de septiembre, de las 193 hermandades
sacramentales, de
penitencia y gloria de la capital,
solo diez aún no disponen de
un perfil oficial en Twitter .
La primera institución cofrade
en incorporarse a esta
corriente fue la Hermandad de
la Candelaria, en septiembre de
2009; el perfil más reciente es
el de la Divina Pastora de San
Antonio, desde mayo de 2017;
la hermandad que cuenta con
más seguidores es la Esperanza
de Triana (con 43.947); y la
cifra total de seguidores de las
hermandades de Sevilla asciende
a 951.637.
El caso de los perfiles de la
Hermandad del Carmen vale
como medida de esta realidad
global. Su primera señal en Twitter
data de octubre de 2012, y
tres años más tarde desembarcó
en Facebook e Instagram.
Son cuentas administradas de
forma amateur por dos hermanos
con la experiencia y los
conocimientos necesarios, que
se guían en esta tarea en base
a una serie de criterios. Entre
ellos, la publicación diaria de
la referencia al Evangelio y una
fotografía cada miércoles bajo
el lema “Hoy es Miércoles…” El
resto de publicaciones responde
a lo que va demandando la
actualidad informativa en la
propia hermandad, en la ciudad
y en la Iglesia. En la actualidad
cuenta con casi 14.000
seguidores en la red del pajarito
azul, 2.345 en Facebook y
6.117 en Instagram.
Espacios sin ley
Se destaca la Semana Santa
de 2013 como la de mayor
repercusión en redes sociales,
hasta el punto de convertirse
en trending topic (tendencia) a
nivel nacional (no es difícil imaginar
qué habría pasado en la
tristemente famosa Madrugada
de 2000 si el público que se
agolpaba en las calles hubiera
contado con los smartphones
y las conexiones a internet actuales).
Los motivos en 2013
no son para que nadie se ponga
una medalla: el cruce de los
cortejos procesionales de Los
Panaderos y La Lanzada al final
de la calle Cuna y la secuencia
friki del ‘Petaíto’ de Montesión.
Evidentemente, se trata de dos
situaciones que explican cómo
las hermandades están muy
lejos de poder marcar lo que
sale o deja de salir sobre ellas
en estos medios. Es algo que
hubo que explicar en su día a
miembros de juntas de gobierno
no iniciados en este ciberespacio,
que comprobaron cómo,
tampoco en las redes sociales,
podían ‘acotar’ la información
relacionada con la hermandad
(una vieja aspiración que, por
supuesto, no se ciñe a este ámbito
cofrade). La aparición de
perfiles de contenido cofradiero,
muchas veces con seudónimo,
que cuentan con el favor
de miles de usuarios, es una de
las contingencias insalvables
para aquellos que siguen sin
acostumbrarse a una prensa
(medios, perfiles...) alejada de
los parámetros -digámoslo asíde
la oficialidad. Por descontado,
hay que demandar de estos
nuevos medios el seguimiento
de criterios deontológicos que
deberían alumbrar cualquier
ejercicio de la profesión periodística.
Las redes sociales no
pueden derivar en espacios sin
ley donde el insulto y la zafiedad
imperen a sus anchas.
Son numerosos los aldabonazos
pontificios en esta
línea. Benedicto XVI, el primer
pontífice con un perfil en Twitter
llegó a afirmar que estas
tecnologías son “un verdadero
don para la humanidad”, antes
de advertir de los efectos que
se derivaban de un uso inadecuado,
sobre todo en una juventud
“paralizada” a un paso
de caer en la “soledad y desorientación”.
El periodista Sergio
Figueroa definió en 2013
al pontífice alemán como “un