IMPULSA No. 11

Revista IMPULSA de Universidad La Salle Cuernavaca
nes de preservar, difundir y crear la cultura.
A fines del siglo XX, autores como Román
Mayorga (1999) propusieron una reflexión
acerca de los retos que las universidades
tendrían que enfrentar y resolver en el siglo
XXI. En su escrito intitulado “Los desafíos a la
universidad latinoamericana en el siglo XXI”,
enfocado a los países iberoamericanos, Mayorga
propone diez retos que las universidades
tendrán que cumplir para el siglo XXI 1 :
1) Construir una sociedad justa basada en
el conocimiento; 2) Afianzar la identidad cultural
iberoamericana en un mundo globalizado;
3)Transformar los sistemas educativos
de la región;4) Prolongar la educación
durante toda la vida; 5)Emplear eficazmente
los nuevos medios tecnológicos disponibles;
6)Hacer investigación científica y
tecnológica de alta calidad;7) Vincular a las
universidades con las empresas;8) Resolver
el problema del financiamiento universitario;
9)Contribuir a la integración latinoamericana;
y 10) Cumplir bien las funciones
universitarias tradicionales.
Si bien, apenas estamos rebasando la primera
década y media del siglo, de estos retos
tal vez nos acercamos a cumplir con los que
mencionan “el empleo eficaz de los medios
tecnológicos disponibles, hacer investigación
científica y tecnológica de calidad, vincular
a las universidades con las empresas y
cumplir con las funciones universitarias tradicionales”.
Por supuesto que podemos preguntarnos,
si estos serán los retos más importantes a
abordar por las universidades, ya que lo que
se observa en estos últimos años, es que los
grandes (y más acelerados) avances tecnológicos
no han mejorado la conciencia que los
seres humanos tenemos acerca de nuestra
propia humanidad. Las tendencias y aspiraciones
discriminatorias y genocidas siguen
alimentando guerras y destructividad entre
los pueblos, así como las ansias colonialistas,
disfrazadas en ocasiones de ayudas
humanitarias continúan amenazando la libre
decisión de algunos países.
El cumplimiento de las funciones universitarias
consideradas “tradicionales”: la docencia,
la investigación y la conservación y
difusión de la cultura aparecen inmersas en
el reto de encontrar utilidad y aprovechar al
máximo las aportaciones de la tecnología de
la información, en las tareas educativas en
conflicto con el uso lúdico y recreativo que
de estos recursos hacen los estudiantes.
Este reto se presenta más bien en resolver la
contradicción entre desarrollar el pensamiento
crítico de los estudiantes para evitar que
asuman que los dispositivos tecnológicos los
relevan de la actividad de pensar.
¿Cómo hacer para aprovechar en la academia
todas las aportaciones de la llamada
Tecnología de la Información?
¿Será posible que toda esta tecnología pueda
aprovecharse para sensibilizar a los niños
y jóvenes, en las instituciones educativas,
en la importancia del respeto al bienestar de
otros, a investigar innovando en aportaciones
que mejoren la calidad de la vida de los
seres humanos, en armonía con el cuidado y
preservación de la naturaleza?
¿Será posible que la escuela recupere su
1. Román Mayorga (1999). Los desafíos a la universidad latinoamericana en el siglo XXI. http://rieoei.org/rie21a02.htm
Revista Iberoamericana de Educación Número 21
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