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EL PLACER DE
IR DE COMPRAS
¿Por qué es algo tan especial ir de compras por Viena? Los diseñadores
nacionales y las tiendas de larga tradición se mezclan
con las marcas internacionales de lujo. Además vale la pena
levantar la vista de vez en cuando y olvidar las tentaciones de
los escaparates para admirar las fachadas de los edificios, que
tampoco tienen desperdicio.
La calle del Kohlmarkt brilla y reluce por todas partes, no sólo
durante el período navideño, cuando se viste de gala. Verdaderamente
no se trata de una calle para cruzarla a toda prisa, ya que
a quí se mezclan nombres como Tiffany, Chopard y Cartier con
empresas tradicionales vienesas. Una joya de otro tipo (arquitectónica)
es la llamada Artaria­Haus, obra del arquitecto Max
Fabiani que se reconoce por su fachada algo retirada. Bastante
más joven es la entrada del joyero vienés Schullin, diseñada en
los años 80 por el famoso arquitecto Hans Hollein.
La armonía entre lo antiguo y lo moderno queda demostrada
cuando, dejando el Graben a mano derecha, se continúa todo
recto por la prolongación del Kohlmarkt. Ya en el siglo XIII se
encontraban aquí las bóvedas de los comerciantes de paños y los
sastres, que dieron el nombre a la calle: Tuchlauben. Actualmente
se han instalado aquí algunas de las tiendas insignia de más
alto nivel. Los vieneses llaman “Barrio Dorado” a esta nueva
zona peatonal, que en sus más de 11.000 m2 de superficie reúne
los nombres de Prada, Armani, Miu Miu y Louis Vuitton.
En el “Barrio Dorado” se puede
gozar de todo tipo de lujo.
Chic vienés
El mundo de la moda en Viena es pequeño pero de calidad, y ha
conseguido hacerse un nombre en el extranjero. El duo de diseñadores
de Schella Kann ya ocupa un puesto fijo en el mundo
de la moda. La tienda situada en un edificio art déco de la Spiegelgasse
promete con sus formas arquitectónicas lo que cumple
el diseño de sus creadores: líneas claras y detalles refinados.
El espacio de la diseñadora Michel Mayer respira aires puritanos
y se halla justo detrás de la Catedral, en la Casa de la Orden
Teutónica (Deutschordenshaus), en la Singerstrasse. Más de una
dama encarga aquí su traje para el Baile de la Ópera.
Emmy Ephrussi encargó un “vestido de satín blanco duchesse”, como puede
verse en el muestrario de Jungmann & Neffe.
La calle del Kohlmarkt: pasear y admirar con unas magníficas vistas
Tradiciones y privilegios
Según un proverbio autóctono, los oficios artesanos tienen un
fondo de oro. En tiempos del imperio, en Austria se galardonaba
a las empresas artesanas con un privilegio que les permitía
convertirse en proveedores de la casa imperial y real. Y así se les
continúa llamando hoy todavía: “K. u. k. Hoflieferant”.
Cuando uno se introduce en la elegante tienda Knize de la plaza
del Graben, lo primero que llama la atención es el olor a bergamota,
cedro, naranja y una pizca de madera de sándalo. Así
huele Knize Ten, la primera serie masculina de perfumes del
mundo. En esta famosa tienda de moda masculina puede uno
encargar un traje a medida o quedarse ya directamente con uno
de los modelos de prêt­à­porter.
En la Albertinaplatz reside desde 1881 la empresa Jungmann &
Neffe. En las estanterías de madera se descubren balas de tela
de variados colores y en las vitrinas de cristal pueden admirarse
corbatas y extravagantes tirantes. El libro de muestras es toda
una pieza de museo, en el cual puede leerse qué telas escogían
las personalidades de antaño, como por ejemplo la emperatriz
Sisi, la baronesa Vetsera o Emmy Ephrussi, inmortalizada literariamente
por Edmund de Waal en su obra “The Hare with Amber
Eyes” (El conejo de ojos de ámbar).
La única virgen con certificado de autenticidad de Viena, que se
remonta al año 1720, es la que da nombre a una lencería que antiguamente
era la encargada de que al emperador no le faltaran
pañuelos. Hoy en día, en la Schwäbische Jungfrau se puede adquirir
ropa de mesa y de cama, pero también encargar artísticos
bordados de iniciales.